Coronavirus: alarmante aumento de internados en el Área Metropolitana de Buenos Aires

La ocupación de las camas UTI creció un 40% a nivel nacional desde el 15 de marzo. La situación es especialmente crítica en el AMBA, donde hoy están ocupadas el 78% en promedio, con distritos donde se supera el 93%.

La creciente ocupación de camas de terapia intensiva es hoy el principal indicador que miran con preocupación las autoridades nacionales, provinciales y porteñas, así como también los prestadores del sector privado y las obras sociales. Fue lo que motivó la reunión del presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense Axel Kicillof el viernes por la tarde, para analizar la situación sanitaria por el COVID-19 en el Área Metropolitana (AMBA). En el encuentro, que se prolongó por más de dos horas, evaluaron medidas de emergencia para ampliar la cantidad de camas en hospitales ante el posible desborde del sistema de salud bonaerense, producto también de la saturación de ocupación de camas en las clínicas privadas porteñas, que provoca cada vez más derivaciones hacia el Gran Buenos Aires. Ninguno de los dos descarta la posibilidad de volver al cierre casi total de las actividades para enfrentar la suba de contagios y fallecimientos

Mientras que el ministro de Salud porteño el viernes habló de una “estabilización” en la curva de contagios en la Ciudad ya que habrían dejado de crecer, si bien se mantienen en un número muy alto, en el gobierno de Kicillof sostienen que la administración de Horacio Rodríguez Larreta “oculta” la realidad de la situación y que el cuadro de situación es muy crítico en el AMBA, especialmente en la ocupación de la unidades de terapia intensiva (UTI), que llegó al 78%, y no hay indicios de que cambie en el corto plazo.

Qué pasa a nivel nacional

En Argentina hay 12.501 camas en unidades de terapia intensiva (UTI) en todo el país, incluyendo las del sector público y privado. Al día de ayer, 4.858 estaban ocupadas por pacientes con COVID: el 39% del total, el punto máximo desde el vertiginoso ascenso de contagios en el último mes. Este porcentaje implica una gran sobrecarga para el sistema sanitario nacional, que durante la primera ola no colapsó (salvo casos puntuales), pero que ahora se encuentra en una situación de máxima tensión debido a la escalada de casos que arrancó a mediados de marzo y aún no se detuvo.

 

El año pasado le tomó a la pandemia casi siete meses llegar al pico más alto de ocupación de camas UTI. El pico fue 1 de noviembre cuando hubo 5.119 pacientes internados con COVID en unidades de terapia intensiva, que ocupaban el 41% de las camas totales para cuidados críticos de todo el país.

 

 

Pero en esta segunda ola, la casi saturación de camas de terapia se produjo en poco menos de un mes y medio. Y si bien ayer no se llegó al récord del 1 de noviembre, la ocupación de las camas UTI creció un 40% a nivel nacional en los últimos 40 días. El 15 de marzo había 3.469 enfermos críticos con COVID en unidades de terapia de todo el país, con una concentración de pacientes en el AMBA.

 

 

Si se mira cómo fueron creciendo las internaciones en terapia, se ve que en la semana del 11 al 17 de abril se sumaron 216 nuevos pacientes con COVID-19 en grave estado a las UTI de todo el país. Pero en esta última, la cantidad de nuevos casos en terapia fue tres veces más, 881, lo que implica un aumento del 308% de una semana a la otra. Una variación difícil de asimilar para cualquier sistema hospitalario, máxime si se produce en un período tan corto de tiempo.

 

 

Ayer, en su último parte vespertino, el Ministerio de Salud de la Nación reportó 68% de ocupación de camas UTI en todo el país por todas las patologías, incluyendo al sector público y privado y para todas las patologías. El 15 de marzo pasado la ocupación era del 54%.

 

 

La edad de los internados en terapia

Si se analiza el número de internados en camas UTI que actualiza diariamente la cartera sanitaria, durante la primera quincena de abril, a nivel nacional el mayor porcentaje corresponde a pacientes de entre 60 y 69 años de edad: el 28%. Según el dataset descargable analizado por Infobae, le siguen los enfermos de 70-79 años con el 25%; los de 50-59 con el 20%; los mayores de 80 con el 13%; y los de 40-49 años, con el 9%. El resto tiene menos de 40 años.

 

“La edad promedio de los internados por COVID en terapia bajó. Pero eso no significa que los jóvenes se enfermen con una modalidad más grave. Lo que pasa es que actualmente los adultos mayores ocupan menos camas de terapia porque están en una gran proporción vacunados, y por eso la edad promedio en las UTI baja”, explica Quirós cuando lo consultan sobre el tema.

 

“En la franja de 50 a 60 años hay el cuádruple de casos. Eso no indica más gravedad, si no que la curva tiene una edad promedio distinta y los jóvenes son hoy los que más se contagian. Pero no hay ninguna evidencia de que ninguna de las nuevas variantes ataque más a los jóvenes”, reitera en sus intervenciones el funcionario hoy con mejor imagen del gobierno de Rodríguez Larreta.

 

Otro intendente del Gran Buenos Aires coincide en que, en su distrito, hay pacientes de menor edad en terapia. “Pero no quiere decir que haya fallecidos más jóvenes, porque la mortalidad es más baja que en los adultos mayores. Sí pasan más tiempo en terapia, y luego en su gran mayoría se recuperan. El año pasado, los pacientes que ingresaban en terapia tenían más edad y, también, fallecían más y en menos días”, advierte.

 

 

El AMBA en alerta

Pero la situación es principalmente crítica en el AMBA, donde la ocupación de camas UTI total es del 78%, según los datos que publica la Sala de Situación de la cartera de Salud de Nación. Este valor vino creciendo día a día. El aumento es considerable en especial si se tiene en cuenta que el pasado 15 de marzo ese nivel de ocupación estaba en el 59%.

Al pararse sobre cada línea de color, se puede ver el porcentaje de ocupación de camas UTI día a día.

 

Según cifras brindadas  por el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, en los partidos del conurbano bonaerense que integran el AMBA – sin la Ciudad de Buenos Aires – hay un total de 3.117 camas de terapia intensiva del sector público y privado, de las cuales están ocupadas 2394, un 77%. De este número, 1.344 son pacientes COVID positivo cuyo cuadro requiere cuidados intensivos.

 

Preocupado porque la segunda ola viene golpeando con más fuerza que la primera, el gobernador bonaerense es el que viene insistiendo con más dureza en aumentar las restricciones, en medio de la disputa política con Rodríguez Larreta por la decisión del jefe de Gobierno porteño de mantener la presencialidad en las escuelas.

 

Kicillof basa su reclamo en reportes sobre la ocupación de camas camas de terapia de los hospitales públicos y de los efectores privados en los municipios bonaerenses que integran el AMBA, y que recibe de manera periódica de manos de Daniel Gollán, su ministro de Salud. Según los datos del informe elaborado el miércoles último, el nivel de ocupación supera el 90% en algunos distritos, y hay clínicas y sanatorios privados por encima de ese porcentaje.

 

De los 34 distritos de los 40 que conforman el Área Metropolitana, Ituzaingó era el distrito más complicado con 93% de ocupación de camas UTI y solo 2 disponibles. San Isidro estaba en una situación similar, con sólo dos camas disponibles y 90% de ocupación. Escobar, Berisso, Berazategui, Vicente López, General San Martín, Merlo, Lanús, Tigre y La Plata tenían valores de ocupación de entre el 81 y el 88%. Los dos distritos con menos ocupación de camas UTI eran a mediados de la semana San Vicente (41%) y Presidente Perón (33%).

 

Sin embargo, un referente de un municipio del norte del conurbano advierte que los porcentajes de ocupación varían constantemente. “Un 85% de ocupación hoy puede ser 90% o 95% mañana. Y si bien es cierto que las terapias intensivas están acostumbradas a trabajar con alta demanda, como los casos se dispararon muy abruptamente, no se llegó a reprogramar a la misma velocidad todas las operaciones que se podían reprogramar. Por otro lado, hay una cantidad de pacientes de terapia no COVID por operaciones que se complican y las urgencias, que no se pueden dejar de atender”.

 

Seleccionar arriba la pestaña a visualizar en el AMBA sin CABA: % de ocupación, camas ocupadas cada 100.000 habitantes y camas libres.

 

El temor del gobierno nacional y del bonaerense es que haya una multiplicación de casos, fundamentalmente en el segundo y en el tercer cordón del Gran Buenos Aires, donde el sistema de salud podría verse desbordado por ser más endeble. Por eso, el Presidente y Kicillof analizan, junto a sus equipos de Salud, la posibilidad cierta de volver a la Fase 1, como la dispuesta el 20 de marzo de 2020.

 

“Si cierra todo, el gobierno provincial tapa su propia ineficiencia porque van a bajar los promedios de contagios, a la fuerza. Y lo económico, después vemos”, advierte un intendente del conurbano de la oposición.

 

La semana pasada, la administración de Kicillof destacó que durante el 2020 se aumentaron las camas de terapia de 883 a 2.183 camas, un incremento del 147%. Ahora, de cara al recrudecimiento de la pandemia, informó hace 10 días que planean agregar otras “250 camas nuevas camas de terapia intensiva al sistema sanitario bonaerense en dos etapas”, con un intervalo de dos semanas.

 

Al día de hoy, las camas UTI del sector público y privado en la Provincia totalizan 4.518, según datos brindados por el Ministerio de Salud bonaerense a Infobae. Están ocupadas 3.156, de las cuales 1.790 tienen pacientes con COVID-19.

 

Según explicaron desde la cartera a cargo de Gollán, “el gobierno de la Provincia de Buenos Aires es el único que cuenta con un tablero integrado de ocupación de camas UTI, es decir, con información en tiempo real del nivel de ocupación, tanto en el subsector público como privado”.

 

 

El acceso a esta información de la disponibilidad de camas está en manos exclusivas de esa cartera sanitaria bonaerense. Así por ejemplo, las derivaciones por necesidad de camas UTI entre un hospital municipal y otro provincial en un mismo distrito son gestionadas desde Salud de la Provincia, no desde el Municipio respectivo.

 

“Kicillof no quiere ceder el manejo de la pandemia a los intendentes. Todo se centraliza en la Provincia. Para que el mérito, si funciona, no sea nuestro, sino del gobierno provincial”, reclama un jefe comunal opositor. Y se queja que “el diálogo con Gollán es muy difícil”, no así con su segundo, Nicolás Kreplak, con quien “se puede hablar los temas ejecutivos”.

 

A partir de este tablero unificado con la disponibilidad de camas UTI, Kicillof dispuso esta semana implementar un sistema de gestión de camas en el que todos los hospitales públicos y privados de la provincia de Buenos Aires informen, en cuatro actualizaciones diarias, los lugares que tienen disponibles, con información y seguimiento de cada paciente, traspasos y la habilitación de camas “supernumerarias”.

 

 

También estableció que deben informarse los respiradores disponibles en stock, junto al ingreso y egreso de cada paciente, en los distintos servicios habilitados, y la suspensión y reprogramación de toda cirugía y/o procedimiento que se puedan postergar y que, a criterio médico, no revistan urgencia, sosteniendo la atención ambulatoria y las acciones de prevención.

El gobernador Axel Kicillof y su ministro de salud, Daniel Gollán.El gobernador Axel Kicillof y su ministro de salud, Daniel Gollán.

La ocupación de camas UTI en CABA

La Ciudad de Buenos Aires dispone de 450 camas UTI en el sector público destinadas a COVID. El 15 de marzo había 115 ocupadas. El viernes último, 359, el triple.

 

Esta cifra representa un 80% de ocupación en las UTI destinadas a COVID en los hospitales públicos de CABA. “Los promedios son promedios, pero luego hay 4 hospitales que tienen la terapia llena, pero eso no es la generalidad del sistema. El sistema está muy tensionado, pero no colapsado”, advierten sin embargo desde la cartera sanitaria porteña.

 

Durante la primera ola, el mayor porcentaje de ocupación de las camas de terapia había sido de 68%, con 308 camas ocupadas el 14 de agosto de 2020. O sea que se superó por un amplio margen ese pico. “El año pasado, esas 450 camas en hospitales para COVID y el sistema público estaban prácticamente en su totalidad dedicado a atender la pandemia, no había otras patologías. Llegamos a ocupar 306 camas de terapia con pacientes con coronavirus en el pico de fin de agosto”, reconocen en el entorno del ministro Quirós.

 

Según estas mismas fuentes del Ministerio de Salud, históricamente el 30% de las camas de terapia en los hospitales de la Ciudad las ocupan pacientes que tienen domicilio en la Provincia de Buenos Aires, y otro 20% de otras coberturas.

 

“Ahora, con esta segunda ola, estamos reorganizando camas de no COVID a COVID, y reabriendo áreas que habían sido neutralizadas en el verano. Es un plan complementario para sumar camas UTI a las 450 que hoy tenemos para COVID”, aseguran.

El ministro de Salud porteño, Fernan Quiros.El ministro de Salud porteño, Fernan Quiros.

Pero la saturación del sistema sanitario en la Ciudad se evidencia principalmente en el sector privado, donde el nivel de ocupación de camas en las unidades de terapia intensiva en los sanatorios y clínicas privadas está en el 95% en promedio en el AMBA, según alertan fuentes de la Unión Argentina de Salud (UAS).

 

Esto se debe a la demanda contenida que arrastraron durante los largos meses de la cuarentena del 2020. “Algunas instituciones están en el 90 y otras en el 100%. Esta segunda ola nos agarra con los sanatorios que ya venían con una ocupación de enfermedades no relacionadas con COVID-19″, explican desde la organización que agrupa a las prepagas médicas.

 

 

“Por otro lado, un 95% de las camas de terapias ocupadas implica, en realidad, tener una ocupación a pleno, porque hay que tener un backup para pacientes internados en sala común o las urgencias, por un infarto, un parto o un accidente, por ejemplo. Si un paciente en sala común se descompensa, hay que mandarlo a terapia del mismo sanatorio, no se lo manda a otro sanatorio”, agrega la fuente del sector privado.

 

 

Frente a esta situación, y para evitar un colapso del sistema, clínicas y sanatorios privados empezaron, desde hace ya más de dos semanas, a suspender cirugías programadas para liberar camas de terapia intensiva. También comenzaron, hace más de dos semanas, a ampliar las camas para pacientes leves con COVID, en hoteles que alquilan las propias prepagas para sus afiliados. Funcionan como prolongación de sus sanatorios, con equipamiento y equipo médico, y un sistema de derivación en caso de urgencia. En paralelo, están “complejizando” las camas comunes que se liberan en los sanatorios para cuidados más críticos.

 

 

Desde la cartera sanitaria porteña precisaron esta semana que, de las 1.682 camas de terapia que tienen en conjunto las prepagas, las obras sociales y los hospitales nacionales, universitarios y de las fuerzas de seguridad en la Ciudad de Buenos Aires, 882 están actualmente ocupadas con pacientes con COVID. Este número implica una ocupación del 85% de todas las camas dedicadas a atender pacientes cuyo cuadro requiere cuidados intensivos por estar infectados con coronavirus.

 

Para enfrentar la mayor demanda de camas

“Sobre la curva de proyección de ocupación de cama de terapia, tenemos una proyección de ampliación de camas del sector público y privado para que el sistema no colapse”, aseguran en el entorno de Quirós ante la pregunta de si piensan ampliar camas UTI para enfrentar la segunda ola.

 

 

“El sector público tiene una conducción hospitalaria consolidada, con un funcionamiento como una verdadera red. Hay vasos comunicantes entre los hospitales cuando uno tiene terapia llena. Del lado privado, si bien es mucho más potente, tienen dificultades porque la cama de una clínica sirve para una cobertura, y no para otra. Es mucho más difícil la articulación de una red”, señalan.

 

Esta situación del sector privado es admitida desde los propios efectores, donde no todos coinciden en la necesidad de “unificar” la disponibilidad de camas de terapia en la pandemia.

 

Frente a este panorama, desde la cartera sanitaria de CABA detallaron ante este medio: “Le estamos dando operacionalidad desde el Ministerio. Hicimos un plan de ampliación del sector privado, donde cada uno se compromete a una ampliación, le hemos dado en comodato estructura tecnológica, servicios, y una lista de personal que puede atender. Facilitamos la derivación, sobre todo para obras sociales pequeñas. Por ejemplo, a una prepaga grande le facilitamos que alquile una terapia con 10 camas a un prestador pequeño. Estamos supervisando las derivaciones para que se concreten. Ayudamos a esa fluidez”.

 

 

El jueves pasado, la administración de Rodríguez Larreta – en sintonía con lo dispuesto por Kicillof – también decidió restringir las operaciones quirúrgicas que no sean de urgencia durante 30 días con el fin de no ocupar camas en las unidades de terapia intensiva, tanto en el sector público, como en el privado y de la seguridad social. Asimismo, dispuso que se deberá suspender “la atención programada y las intervenciones médicas vinculadas a patologías que con criterio médico no sean de carácter urgente o que puedan ser discontinuadas o postergadas, a fin de contar con la mayor cantidad de recursos asistenciales disponibles que permitan la atención de pacientes con COVID-19, tanto ambulatoria como de internación”.

 

El aumento de los casos y los fallecimientos

La aceleración de los contagios y la mayor demanda y ocupación de camas UTI también tiene un correlato con el aumento de los fallecimientos por COVID-19.

 

Tras superar los 60.000 muertos el miércoles 21, el viernes se produjo el récord de decesos por coronavirus desde que comenzó la pandemia: 557 notificados, la cifra más alta para un solo día desde el inicio de la pandemia. Ayer sábado, el número reportado fue inferior, 298 muertes, de las cuales 231 ocurrieron en la provincia de Buenos Aires y 30 en el distrito porteño. Los decesos en todo el país ya suman 61.474.

 

No obstante, pese al aumento en la cantidad de muertos – en la última semana sumaron 2.210 – la letalidad es de 2,16, un indicador que se mantuvo estable a lo largo de la pandemia y que implica que mueren 2 de cada 100 pacientes contagiados.

 

La suba en el número de muertos está vinculada con el ritmo de crecimiento de nuevos casos diarios, que comenzó a acelerarse desde mediados de marzo pasado y alcanzó su mayor pico el pasado 20 de abril, con la notificación de 29.145 nuevos casos en sólo 24 horas. Es un número 60% más alto que el pico de la primera ola, cuando el 21 de octubre pasado se informaron 18.326 nuevos casos en solo un día.

 

Ayer sábado, se informaron 21.220 nuevos contagios, de los cuales 10.156 correspondieron a la provincia de Buenos Aires, y 3.008 a la Ciudad.

 

En la distribución geográfica, el 62% de los nuevos casos diarios se da en CABA y PBA, y el 38% en el resto del país. En agosto del año pasado, el 80% de los casos se concentraban en las dos jurisdicciones más populosas del país.

 

La fuerza con que la segunda ola está golpeando a la Argentina no es un caso aislado, sino que se da en un contexto mundial muy complicado. El viernes pasado se notificaron a nivel mundial 894.043 nuevos casos de coronavirus reportados en 24 horas, según la OMS el mayor aumento en un solo día desde que comenzó la pandemia.

Las fuentes de los datos son los ministerios de salud de las respectivas jurisdicciones. El registro contiene información discriminada por tipo de efector: público y privado. Fuente: Infobae

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