La Justicia de Puerto Iguazú dispuso la detención nuevamente en una cárcel común de Carlos Rodrigo Oulier (37 años), quién cumplía prisión domiciliaria con el uso de una tobillera electrónica, en la causa en la que está acusado por abuso sexual de su hijo.
Ayer el sistema reportó una falla en el monitoreo satelital de la tobillera electrónica y en una inspección policial se estableció que la misma presentaba un daño, se presume de manera intencional. Por seguridad, el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites, revocó el arresto domiciliario en forma provisoria, ordenó su detención fuera de su vivienda y quedó alojado en la comisaría local.
El imputado cumplía con el arresto domiciliario impuesto por el magistrado, desde abril del año pasado. Ayer a la tarde, los efectivos policiales de la comisaría primera de la Unidad Regional V de Iguazú fueron alertados sobre una posible alteración de la tobillera del acusado, que estaba siendo monitoreada por las autoridades judiciales y policiales.
Constituidos al lugar, los policías constatan que el dispositivo electrónico poseía una cinta adhesiva y que el acusado manifiesta que lo hacía para no mojar. Inmediatamente se da aviso de tal circunstancia a la secretaria actuante del Juzgado de Instrucción interviniente, quien dispone se proceda detención de Oulier y su traslado la División Resguardo de Detenidos.
Por estas horas, el juez Brites analiza los pasos a seguir y decide el nuevo lugar de detención para el acusado. Se trata de “una suspensión de la prisión domiciliaria hasta tanto se haga una verificación de la tobillera electrónica, por parte de los técnicos”, según trascendió de fuentes judiciales.
El arresto domiciliario
Al momento de otorgarle el arresto domiciliario, el juez Brites, afirmó que su decisión obedecía a una “cuestión humanitaria”, debido que el detenido “padece una enfermedad crónica –sufre de asma– y se realiza en el contexto de la pandemia por coronavirus”.
Asimismo, el magistrado sostuvo que “están neutralizados los riesgos procesales” del acusado en relación a su reclusión domiciliaria. El imputado tiene una tobillera electrónica, no puede salir del domicilio -excepto para una internación médica– y es monitoreado por los médicos y la Policía.
Por último, el Juez Martín Brites, aseguró que “la medida no implica excarcelación o impunidad frente a la acusación o el proceso que se lleva adelante en su contra”. Cabe destacar que Carlos Rodrigo Oulier cumplía reclusión en la Unidad Penal III de Eldorado con prisión preventiva.
El detenido está acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y suministro de material pornográfico a menores”, a su hijo que hoy tiene 11 años.
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