Una buena comunicación: la clave para poder educar y adiestrar a un perro

El educador canino Luis García visitó el estudio de Misiones Online y explicó cuáles son las claves para educar y adiestrar a un perro, cómo es la psicología canina y la importancia de controlar las emociones para no transmitirlas al animal. 

 

 

 

“Es importante diferenciar la educación del adiestramiento”, aseguró García y explicó que «la primera afecta la conducta diaria del animal en situaciones cotidianas como no ladrar a una visita o no correr cuando sale a pasear. El adiestramiento, por otro lado, tiene que ver con una orden y una respuesta cómo enseñarle al perro a sentarse cuando se le indica».

 

“Para llegar a un equilibrio lo más importante es la comunicación, si uno no sabe comunicarse con la mascota no puede enseñarle y esto hace que el perro muerda y rompa cosas, haga pis en cualquier parte o le salte a un tercero que entra al hogar”, aseguró García.

 

El profesional aseguró que la edad del perro “no tiene nada que ver, uno puede empezar un adiestramiento dentro del hogar a los 45 días fundamentalmente con técnicas de liderazgo”. 

 

«La clave para educar y adiestrar a un perro es saber comunicarse con el animal»

 

García contó que cuando una persona adopta un perro, antes de comenzar con las clases es recomendable dejarlo un mes para que reconozca y se adapte al lugar “ahí se empieza a trabajar con ejercicios de manera simple y sencilla, donde el perro reconoce liderazgo” que es el pilar más importante en la educación canina. 

 

 

El profesional explicó también que el perro debe obedecer a toda la familia “desde el más grande hasta el más chico, es mentira que el perro solo reconoce a una persona como autoridad”. El animal se conecta con todos desde la energía “el perro es inteligente y reconoce emocionalidad, por eso, a la hora de pedir algo va a recurrir a la persona más débil emocionalmente para convencerlo”. 

 

«Es fundamental para educar y adiestrar a un perro que reconozca el liderazgo»

 

“Hay que tener en cuenta que el perro absorbe el estado emocional del dueño, si es ansioso el perro va a ser ansioso”, aseguró y explicó que es importante “satisfacer las necesidades del perro y no la de la persona”. 

 

Explicó además que “el perro es terapéutico, recibe toda nuestra energía y si no descarga esa energía la va a descargar mordiendo o portándose mal”. 

 

 

Según García muchos estudios demostraron que “el perro tiene necesidades psicológicas y mentales que, cuando no se satisface, es cuando el animal se comporta mal”. 

 

Para no transmitirle ansiedad a las mascotas García recomienda que “antes de ingresar a casa respirar profundamente. Inhalar por 3 segundos, sostener por 6 y largar en 9; eso hace que el cerebro se tranquilice, libera la energía negativa y la ansiedad y te conectas con el perro de forma correcta”. 

 

Con respecto al contexto social de pandemia que atraviesa la sociedad, García detalló que es un buen momento para trabajar con el animal dentro de la casa “se puede trabajar con el perro desde el olfato, ya que al desarrollar el olfato el animal es menos impulsivo y por lo tanto menos ansioso. Desarrolla el autocontrol y es más reflexivo”.

 

Con respecto a las razas y los problemas de comportamiento García aseguró que ninguna raza es violenta ni imposible de tratar y que “el tiempo de entrenamiento va a depender del problema”. 

 

Trastornos leves como ansiedad y estrés se resuelven en 66 días de tratamiento, si bien a los 20 días ya se pueden notar mejoras. Por otro lado, los temas graves de agresividad “pueden llevar hasta seis meses”. Aunque todo va a depender del problema, del dueño y de la raza. 

 

García afirmó que “El perro tiene la posibilidad de razonar, no hay razas malas y todos los perros son educables”. 

 

El adiestrador detalló que un tratamiento convencional de 66 días, comienza con tres días de presencialidad con el dueño donde “se le dan herramientas simples y sencillas para que trabaje a diario, con una visita del profesional cada 15 días al hogar de la mascota”.

 

“Las herramientas son fáciles, yo trabajo con neurociencia pero no porque sea científico quiere decir que sea difícil, son técnicas simples, sencillas y divertidas que funcionan y solucionan los problemas de conducta”, finalizó.