A 45 años de la peor Dictadura que atravesó nuestro país hoy se conmemora el Día de la Memoria la Verdad y Justicia

En homenaje a todas las víctimas que dejó la última dictadura cívico militar, el dolor y la lucha de sus familiares, hoy se conmemora en nuestro país el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, una jornada donde los argentinos gritan: Nunca más.

 

El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en nuestro país se conmemora a las víctimas de la última dictadura militar que usurpó el gobierno del Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.

El objetivo es construir colectivamente una jornada de reflexión y análisis crítico de la historia reciente.

En las escuelas se propone como un día para que los niños y los jóvenes, junto con los directivos, docentes y todos los integrantes de la comunidad educativa y local comprendan los alcances de las graves consecuencias económicas, sociales y políticas de la última dictadura militar y se comprometan activamente en la defensa de la vigencia de los derechos y las garantías establecidos por la Constitución Nacional, y del régimen político democrático.

La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación N° 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.

 

¿Qué sucedió un 24 de marzo?

 

El 24 de marzo de 1976, los comandantes a cargo de la Junta Militar Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti derrocaron por la madrugada a la entonces presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón, quien había asumido la presidencia tras la muerte del General Juan Domingo Perón dos años atrás.

 

El proceso se autodenominó por los militares como “Proceso de Reorganización Nacional”, sin embargo se trató de la más atroz de las dictaduras que duró más de siete años y que tuvo como consecuencia la desaparición de 30.000 personas, entre los que se encuentran más de 600 trabajadores de la educación, 500 bebés apropiados y miles de exiliados.

 

Desde ese entonces, las madres y abuelas de Plaza de Mayo, como se denominan las organizaciones de madres y abuelas que perdieron a sus hijos hijas y nietos en este proceso, aún no cesan de reclamar por saber qué sucedió con sus seres queridos y por recuperar a sus nietos.

abuelas plaza de mayo
Familiares de detenidos-desaparecidos y miembros de organismos de Derechos humanos en la tradicional ronda de los días Jueves. 1982. Foto: Guillermo Loiacono / ANM.

El procedimiento de hacer desaparecer a los opositores, centrando su atención en jóvenes militantes, estudiantes o iniciados en la política era un método represivo que se basa fundamentalmente en la producción de desconocimiento.

Estos cruentos operativos de detención eran realizados comúnmente por militares o paramilitares fuertemente armados que se movían en grupos con previo acuerdo con las fuerzas de seguridad que liberaban la zona donde iban a actuar.

Acorralaban a las víctimas en la calle, en bares, cines, en sus casas o en el lugar donde se encontraran en ese momento.

Una vez detenidos eran trasladados a un centro clandestino de detención donde se los interrogaba mediante un régimen de tortura sistemática.

Finalmente, en la mayoría de los casos, fueron asesinados y sus cuerpos hechos desaparecer mediante los denominados «vuelos de la muerte», sepultados en fosas comunes, o como N. N.

 

desaparecidos

 

Esta cruenta dictadura tuvo el apoyo de algunos medios de comunicación privados que amenizaban la situación, la indiferencia de la comunidad internacional y la pasividad de la sociedad argentina que estaba atemorizada y no quería salir de sus hogares.

 

 

Mantener vivo el recuerdo de este día, nos permite reflexionar no sólo acerca de nuestra trágica historia y de la incansable lucha de los organismos de derechos humanos contra la impunidad, sino también acerca de nuestras perspectivas a futuro como nación soberana.

 

 

Por eso, cada 24 de marzo, los argentinos recordando uno de los días mas tristes de nuestra historia gritan ¡NUNCA MÁS!

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