Reflexión del Pastor Guillermo Decena: “El tiempo del fin”

Cuando se habla del fin de los tiempos, todos paramos las antenas y nuestro corazón palpita un poco más rápido. Es que en lo profundo del ser hay un temor a que todo se acabe. Se puede ver, que las condiciones parecen darse para el fin de los tiempos y uno tiene la sensación que hay indicios del “agotamiento del sistema” espiritual, todos lo piensan, ¿cuándo será? Nadie lo sabe. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.

 

«En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro» Daniel 12:1 RVR.

(Daniel 12:2-13)

Cuando se habla del fin de los tiempos, todos paramos las antenas y nuestro corazón palpita un poco más rápido. Es que en lo profundo del ser hay un temor a que todo se acabe. Se puede ver, que las condiciones parecen darse para el fin de los tiempos y uno tiene la sensación que hay indicios del “agotamiento del sistema” espiritual, todos lo piensan, ¿cuándo será?… nadie lo sabe, pero la globalización es uno de los factores que más alerta a los estudiosos bíblicos, sobre todo la globalización de la maldad. Y cuando todos los grupos humanos se unen para la maldad, el desastre puede ocurrir.

 

Definitivamente habrá un final, y la inmensa cantidad de posiciones en cuanto a los eventos del final solo están diciendo: no pueden conocer todas las cosas, y también: solo estén preparados para encontrarse con Dios. Las posiciones de los tiempos finales, varían desde los más catastróficos hasta los que actúan irresponsablemente, como si nunca hubiera de existir un final. Y en esto deberíamos ser lo más equilibrados posible.

 

Pues lo que se observa es que los ministerios más apocalípticos no ayudan a la gente, por eso no viven avivamientos en la actualidad y debemos atender a la gente también enseñando que un día la realidad material va a pasar. Pero en este pasaje profético hay tres tipos de personas delante de tan tremendo acontecimiento. Vemos aquí en final:

– Los muertos muertos.

Hay una descripción metafórica cuando el ser humano deja el cuerpo: dormir, pues en el tiempo de Dios, la muerte física es algo momentáneo y que será por poco tiempo. En Mateo 10:28, Jesús dice: «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma («psyché»); temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (infierno)».

 

La palabra griega «psyché» significa alma; a continuación, el texto establece la supervivencia del alma después de la destrucción del cuerpo de la persona. Esto tiene una implicancia, el ser interior no entra en un sueño, donde no tiene conciencia de nada. Por esto la historia que cuenta Jesús es clarísima: en Lucas 16:19-51, en la parábola del rico y del pobre Lázaro, Jesús presenta la supervivencia consciente en la eternidad, tanto de los creyentes y los incrédulos.

 

El hombre rico después de la muerte va a un lugar de tormento, y el pobre a un lugar de disfrute. Todo esto mientras la vida continúa en la tierra, es decir, antes del regreso de Jesús. El rico tenía cinco hermanos que también podrían condenarse; el texto muestra que el alma de los difuntos sobrevive después de la muerte y que reciben el premio o castigo antes del juicio universal.

 

Dice el pasaje que hemos leído que el mismo profeta Daniel dejaraía el cuerpo y partiría a la eternidad. (Filipenses 1:21-23) La resurrección del cuerpo, es en verdad un cuerpo glorificado en el último día, en la consumación de la historia con el regreso de Jesús, otorga algo más de felicidad a los justos cuyas almas ya están en el disfrute de la presencia de Dios. Estas almas se unirán a sus cuerpos resucitados y vivirán en la plenitud de su ser. La resurrección sería recibir “el cuerpo glorificado” y esto completa el orden y la armonía que el alma santa ya disfruta después de la muerte.

 

Vemos en Apocalipsis 6: 9-11, que las almas de los justos martirizados aspiran, en la presencia de Dios, el pleno restablecimiento del orden y la justicia violada por el pecado; y así, esperan algo que no ha sucedido todavía, y que sólo va a suceder en la aparición de Cristo. A pesar de que ya están recubiertos de vestiduras blancas, que es un símbolo de victoria final y la felicidad, continúan siguiendo nuestra historia, aguardando con expectativa el juicio del Señor.

 

– Los vivos muertos.

El ultimo día encontrará a personas vivas físicamente, pero sin vida espiritual. “deja que los muertos entierren a sus muertos” dijo Jesús un día. Es que Él se presenta como el camino, la verdad y la vida, el que tiene a Cristo tiene la vida, y cuando alguien tiene la vida de Cristo se ve por los frutos, porque contagia la vida de Dios.

 

Cuando Cristo intervenga en la historia habrá muchos que no le habrán reconocido y estarán desprovistos de la vida eterna. Es por esto que el esfuerzo de la evangelización debe ser constante, sin dejar de predicar de Cristo como Señor y Salvador, para que la gente tenga vida espiritual. ¿Cómo creerán si no hay alguien que les predique? dice en Romanos 10:14 -15. Es tan importante que todos puedan escuchar el evangelio, por dos razones importantes: porque Dios no quiere que nadie se pierda, y segundo para que nadie pueda decir: “no tuve oportunidad”.

 

– Los vivos vivos.

Se refiere a los que siendo hijos de Dios están firmes hasta el final, que recibirán recompensa abundante en el cielo. Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre. Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados! Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre.

 

Y nosotros, los que estemos vivos también seremos transformados. Pues nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos inmortales. Entonces, cuando nuestros cuerpos mortales hayan sido transformados en cuerpos que nunca morirán, se cumplirá la siguiente Escritura: La muerte es devorada en victoria, como dice en 1 Corintios 15:50 – 54 NTV.

 

El día profetizado por Daniel vendrá. Nosotros estaremos en una de las tres posiciones, habremos partido, algunos estarán sin Cristo y otros muy preparados. Y entendamos que hoy puede ser el día de la transformación, del cambio o de la manifestación milagrosa de Dios en mi interior. Entrega toda tu vida a Jesús reconociendo tus pecados y vive la vida abundante que Dios prometió para sus hijos.

 

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado 

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