Aldosivi venció sobre el final al Ciclón por 2 a 1 con goles Francisco Grahl (47m PT), y Rodrigo Contreras (51m ST), mientras que Franco Di Santo (47m ST) había empatado transitoriamente para el local.
Es una derrota durísima para San Lorenzo, que duele porque los de Boedo no consiguen despegar en un campeonato en el que llevan cinco partidos sin triunfos (tres derrotas y dos empates) y en el que apenas convirtieron cuatro goles en seis fechas.
Todo le cuesta a San Lorenzo. Desde generar juego hasta el gol, nada se le hace fácil a un conjunto que no termina de soltarse ni de encontrar un funcionamiento colectivo que les permita a sus individualidades mostrar todo su potencial.
Es cierto que hubo mucho mérito del Aldosivi de Fernando Gago, un equipo que desde el arranque mostró una intención de protagonizar el partido, de robarle la pelota al local con lapsos de presión alta para interrumpir el circuito de gestación del rival e impedirle pensar al contrario.
Aldosivi intentó asumir un rol protagónico, haciendo ancha la cancha con sus extremos para generar espacios por el centro. Sin embargo, San Lorenzo concedió muchas ventajas. Fue un equipo en el que abundaron defensores y delanteros, ya que tanto Óscar como Ángel Romero se desenvolvieron en la función de extremos. Como consecuencia de eso, al Ciclón le faltaron mediocampistas con juego para conectar líneas. Cuando los mellizos se retrasaron algunos metros aparecieron más líneas de pase y el Ciclón tuvo un poco más de creación e ideas más lúcidas para fabricar espacios.
San Lorenzo jugó mucho mejor el segundo tiempo que el primero, en el que había dejado la vara muy baja. El Ciclón tuvo empuje y mereció llegar al empate, algo que consiguió gracias a Di Santo. Pero en su afán por ir por el triunfo se desprotegió demasiado y Contreras sacó rédito de un contragolpe para sellar el triunfo de Aldosivi.
Los mejores momentos de Aldosivi fueron de más nivel que los buenos lapsos del Ciclón, que volvió a desnudar su fragilidad: ya recibió diez goles en seis encuentros por torneo. En el Tiburón se vio una idea, un sello que en San Lorenzo aún no se logra apreciar con nitidez.
Fuente Olé y Télam
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