Paraguay en crisis: crecen los reclamos por las maniobras políticas del presidente que evita ser destituido

El actual presidente de Paraguay Abdo Benítez, se salvó de otro juicio político que intentó iniciar su oposición pidiendo su destitución al cargo. Mientras tanto crecen los reclamos por sus actos de corrupción y por su mala gestión durante la pandemia.

 

 

Un gran número de ciudadanos autoconvocados se manifestaron hoy para reclamar la renuncia de Abdo y de su Vicepresidente Hugo Velázquez alarmados por el recrudecimiento de la pandemia, el colapso de los hospitales, la falta de medicamentos e insumos sanitarios y la casi nula importación de vacunas en contraste con los demás países de la región.

 

 

«Si los parlamentarios no escuchan el clamor popular se van a tener que ir también ellos», apuntó Efraín Alegre, quién encabeza la oposición.

 

 

Abdo Benítez evitó el pedido de juicio político de destitución entablado esta semana por la oposición -por segunda vez en poco más de un año. En agosto de 2019 ya se salvó de ser juzgado políticamente por la mayoría parlamentaria oficialista por un confuso acuerdo con Brasil por el cual Paraguay resignaba, según la oposición, sus beneficios en la explotación de la hidroeléctrica Itaipú.

 

 

Uno de los casos de corrupción que le adjudicó la oposición fue el de la compra de «tapabocas de oro», hasta a 300% por encima de su precio de mercado, y de insumos hospitalarios diversos.

 

 

En esta acusación los opositores señalaron que el Gobierno transfirió erróneamente 9.650.615 de dólares a la fundación de Bill Gates, cuando el dinero debía ir a la cuenta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la adquisición de las vacunas del mecanismo Covax.

 

 

Por su parte, la OPS comunicó que el dinero debió ser transferido a la cuenta de la OPS/OMS y no a la Fundación GAVI. Aunque el Ministerio de Salud luego aclaró que el monto «fue devuelto en su totalidad».

 

La población comenzó a manifestar su malestar con mayor fuerza una vez que renunció el director del hospital cabecera Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente, Felipe González. El ex director expresó estar devastado por la falta de insumos y por la emergencia sanitaria que estaban atravesando.

 

 

El día de su renuncia manifestó, «la falta no depende de mí. El descontrol es creciente y los contagios son masivos». Desde ese entonces los reclamos no cesan, y al parecer esto continuará así. «No habrá paz para los corruptos», vociferaron los autoconvocados.

 

 

Fuente: Clarín

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