Una pareja pide la restitución de una niña que tuvo en custodia judicial por casi tres años en Buenos Aires

Mariana y Marcelo Ikonikoff son un matrimonio que aceptó acoger en su casa a una bebé llamada Mimi, mientras esperaba para ser adoptada. Después de casi tres años de que la niña conviva con esta pareja, la justicia ordenó que sea dada en adopción sin tener en cuenta el vínculo que se formó después de vivir tantos años juntos por la demora del juzgado para decidir su caso. Ahora ellos piden que la nena sea restituida a su hogar.

 

La pareja que  forma parte del programa de Acogimiento Familiar del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se inscribió en 2015 en el programa para “acompañar a los niños en situación de vulnerabilidad o que están siendo judicializados, durante el tiempo que dure ese proceso», explicó Maraiana. 

 

 

En estos casos la ley establece que un niño no debe permanecer por más de seis meses conviviendo con una familia de acogida, justamente para evitar este tipo de vínculos que se formó entre Mimi y sus padres de acogida.  

 

 

«Sólo le pido a alguno de los jueces que tenga sentido de humanidad y sensibilidad. Que tenga piedad por lo que está viviendo esa niña y lo que estamos pasando nosotros», expresó Mariana.

 

 

El matrimonio llegó al programa del Gobierno porteño a través de la ONG Familias Abiertas, de Bella Vista, que tiene un convenio con el Consejo de los derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, explicó Mariana, y remarcó que ya el año pasado comenzó a manifestar ante la organización su preocupación por el vínculo que se había generado con la niña.

 

 

«Desde el principio le contamos a Mimi que estaba con nosotros de manera transitoria, que en algún momento era probable que se tenga que ir a vivir a otro lugar, pero el año pasado empezó a angustiarse cada vez que hablábamos de su egreso, ella dice que su familia somos nosotros y eso fue lo que les dije a la gente de la ONG», mencionó. 

 

 

Y además, agregó “en su momento me dijeron que por la pandemia no se podía ir a ver a ningún juez, que tenía que esperar y el 15 de noviembre de un día para el otro nos comunican que la justicia cerró el pedido con la familia biológica y dispuso el estado de adoptabilidad de la nena», explicó Mariana y agregó que ante esa decisión ella presentó «una medida cautelar de no innovar , es decir que no cambien el hogar de residencia de Mimi».

 

 

Este pedido fue rechazado, pero con esta presentación judicial, los tutores señalaron que la nena tenía que irse a otro hogar porque «se incumplieron las reglas de una familia de acogimiento» y entonces comenzó un proceso de vinculación con otro hogar.

 

 

«Solo les pedí que el proceso sea cuidado, para que la nena no lo sufriera de golpe, con una adaptación entre los hogares, nos dijeron que sí y al tercer día vinieron a mi casa dos hombres, uno era de la ONG y el otro un abogado a decir que la nena se tenía que ir ese mismo día porque ya la habían dado en adopción», señaló la mujer.

 

 

«Ese día fue tremendo, Mimi no paraba de llorar, nos agarraba fuerte y querían llevarla a la fuerza, sentí que tenía que llevarla yo misma al auto, le dije que iba a estar bien, que yo la amaba y que siempre la iba amar», recordó Mariana. 

 

 

Después de ese suceso, los Ikonikoff presentaron un pedido de restitución que fue rechazado el 24 de diciembre por la jueza de primera instancia, decisión que fue apelada y pasó a la Cámara de Apelaciones que es la que debe decidir si Mimi vuelve a su hogar en Escobar o no.

 

 

«Desde ese día que se la llevaron de acá no sé nada de ella, nos bloquearon los celulares, no nos responden, nos reunimos con gente de Ruaga (Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos) para saber cómo está, les hablamos del trauma horroroso que pasó la nena, que podrían haber esperado y sólo nos dijeron que nosotros éramos los culpables porque se había generado un vínculo», contó Mariana. 

 

 

El matrimonio espera la sentencia de Cámara -en la primera intervino el Juzgado Nacional en lo Civil Nº 84- y presentó escritos para «que se determine si fue regular la guarda transitoria» que otorgaron ya que les parece que la dieron «de manera exprés», apuntó Mariana y remarcó «en todo el proceso se consideró a la niña un objeto, sin escucharla, ni evaluar lo que ella quiere y cómo se siente con nosotros».

 

Fuente: Télam

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