Reflexión del Pastor David Decena: “Desnudando al enemigo“

No es casualidad que Jesús nos pidiera ser “tan astutos como las serpientes”, pero “tan inofensivos como las palomas”, al enviarnos como corderos en medio de lobos (Mateo 10:16). En otras palabras dijo: “Los estoy enviando a un mundo en el que estarán rodeados de personas enceguecidas por el diablo. Y aunque ustedes son vulnerables, sean más astutos que el enemigo y no dañen a nadie”.

 

Si Jesús está esperando que seamos astutos como la serpiente es para evitar todo tipo de trampa que el enemigo nos pone en el camino.

 

En toda guerra no hay manera de ganar al enemigo sin conocerlo primero. Como estamos en medio de una guerra espiritual, necesitamos saber desnudar al diablo para saber cómo opera, y por lo tanto tener una astucia superior a la de él.

 

No es casualidad que Jesús nos pidiera ser “tan astutos como las serpientes”, pero “tan inofensivos como las palomas”, al enviarnos como corderos en medio de lobos (Mateo 10:16 TPT). El original de “astucia” en Génesis es el hebreo arúm, y es la misma palabra que aparece registrada con Jesús en Mateo. Esta es del griego «frónimos».

 

Pero, ¿qué significa tener astucia? Significa, ser alguien “hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin”. Evidentemente la astucia que quiere que tengamos tiene que ver con la habilidad para evitar cualquier engaño, y lograr el fin que tenemos, que es establecer Su Reino.

 

El contexto en el que Jesús pronunció esto fue el de una advertencia. En otras palabras, dijo: “Los estoy enviando a un mundo en el que estarán rodeados de personas enceguecidas por el diablo. Y aunque ustedes son vulnerables, sean más astutos que el enemigo, y no dañen a nadie”.

 

Si Jesús está esperando que seamos astutos como la serpiente es para evitar todo tipo trampa que el enemigo nos pone en el camino.

 

Tres áreas básicas a cuidar:

1 – Mente (corazón)

El enemigo siempre busca cuestionar la verdad de la palabra de Dios sobre nosotros. Solamente lo que Dios dijo puede darnos una identidad correcta. Cualquier otra palabra contraria a lo que el Padre nos mostró, o a lo que Él dijo que somos, debe ser rechazada.

 

El enemigo es descripto por Jesús como “padre de mentira” (Juan 8:44). Jesús también define al Espíritu Santo, que habita en todo seguidor de Jesús, como “Espíritu de verdad”, que nos guía a toda verdad (Juan 16:13).

 

Todo lo que el enemigo quiera plantar en nuestra mente no es digno de confianza. Mientras que el Espíritu, que es Dios mismo, habita en nosotros y nos guía a toda verdad. Pero aunque Él viva en nosotros, eso no nos libra de recibir ataques en nuestra mente a través de pensamientos y emociones contrarios a la verdad.

 

Muchas veces esos pensamientos o emociones no serán pecados en apariencia, pero si nos van a llevar a pecar. Todo acto contrario a la voluntad de Dios, sea en nuestro interior, en nuestras palabras o en nuestras acciones, primero fue un pensamiento.

 

Tengamos cuidado de manera especial con las emociones y sensaciones negativas. Podemos tener momentos difíciles en nuestro interior, pero nosotros decidimos qué dejamos que nos gobierne. Nuestras victorias o nuestras derrotas se van a determinar en la mente.

 

2 – Contexto

Un contexto incorrecto en sí mismo no es pecado. Pero sí puede ser el disparador que nos lleve a pecar. ¿Cuál es el contexto que tenés que evitar? Los contextos son utilizados por el enemigo como un mecanismo de atracción para cumplir su cometido con nosotros. Entonces, no nos hagamos los fuertes, sino que cuidemos nuestra salvación con temor y con temblor (1 Corintios 10:12-13).

 

Si sabemos que el enemigo nos ató en un área específica en el pasado, él no será tan creativo como para querer afectarnos en otra área. Volverá a la misma.

 

3 – Relaciones

Cuidar a quién le abrimos el corazón, qué hablamos, y qué consejos escuchamos, será clave para vivir agradando al Padre y escapando de cualquier engaño del enemigo (Proverbios 13:20).

 

Jesús mismo tuvo que enfrentarse a la realidad de poner límites a las personas que tenía cerca suyo. Por eso un día, luego de que Pedro le expresara su deseo de que no tuviera que sufrir la muerte, Jesús le respondió lo que dice en Mateo 16:23.

 

Mucha gente no es mala. Pero no se da cuenta que está viendo tu situación desde un punto de vista humano. Esta es otra forma de decir que el enemigo, que es el príncipe de este mundo (Juan 14:30), quien tiene enceguecida a la humanidad, influencia a muchos en sus pensamientos, palabras y acciones.

 

Hay dos claves para cuidar qué relaciones cultivamos. Primero, cortar toda relación que nos aleje de Dios y nos lleve a pecar. Y no hay necedad más grande que dejarse influenciar por alguien que no buscar poner a Dios en el centro. Segundo, tendremos que aprender a poner límites en nuestras relaciones, con más razón cuando ellas no entienden lo que Dios nos está pidiendo.

 

Esto pasa mucho con familiares y amigos. No logran entender la voluntad del Padre, y quizás con buenas intenciones terminan volviéndose un instrumento del enemigo.

 

Tres armas para contraatacar:

1 – Oración y ayuno

Hacer de la oración y el ayuno nuestro estilo de vida nos inmunizará contra toda estrategia del enemigo. El resultado final de una relación estrecha con Dios a través de la búsqueda será el discernimiento. Uno con el tiempo entiende que mientas más lugar tiene en nuestra vida la oración y el ayuno, más rápido maduramos(Hebreos 5:13-14 NVI).

 

Pablo mismo describe al discernimiento como un don que da el Espíritu. Cultivemos una vida de búsqueda espiritual, que lograremos ver en quiénes y en dónde el enemigo está operando para tener victoria.

 

2 – Meditación

No hay mejor antídoto contra la mentira que alimentarnos de la verdad. La verdad es lo que Dios habló y está hablando. Necesitamos hacer de la meditación en la Palabra de Dios un hábito diario.

 

Para los que seguimos a Jesús meditación no es dejar la mente en blanco, sino llenar la mente de las palabras que salen de la boca de Dios. Por eso tenemos la obligación de meditar en las promesas, mandatos, diseños e ideas de Dios de día y de noche (Josué 1:8).

 

Aprendamos a orar con las palabras y las promesas de Dios. Ellas están en la Biblia no solo para ser leídas una vez, sino para ser repetidas, reclamadas y declaradas sobre nosotros.

 

3 – Discipulado y comunidad

Cuando Pablo tuvo problemas con la iglesia que estaba en Corinto les escribió estas palabras cargadas de revelación en 2 Corintios 10:3-5.

 

Pablo reclamaba su autoridad como padre espiritual, y discipulador de esa iglesia. En otras palabras, esto nos revela que ser discípulos siempre nos permitirá contar con personas que nos ayudarán a “derribar las fortalezas del razonamiento humano” y a “destruir argumentos falsos”.

 

Todo seguir de Jesús está llamado a SER discípulo y HACER discípulos. Necesitamos tener autoridades espirituales sobre nuestras vidas, y también necesitamos cultivar una vida de comunión con la iglesia. La iglesia es una familia que está para acompañarnos en las buenas y en las malas.

 

¿Por qué no reemplazamos cualquier relación que nos hunda por relaciones que nos levanten? La clave de que el enemigo no use a personas para llevarnos a retroceder, es rodearnos de la gente correcta. La iglesia fue diseñada para eso.

 

 

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor David Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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