Armas de fuego: advierten que su uso para defensa personal requiere preparación, práctica y conciencia de sus consecuencias jurídicas y psicológicas

El instructor de Tiro, Sergio Romero, afirmó que el uso y la tenencia de armas de fuego en manos de los civiles, cuando se pretende usarlas para defensa personal requiere de una serie de advertencias que pasan por tener plena conciencia de las consecuencias que pueda implicar, que van desde lo jurídico hasta lo psicológico. “El tener que defenderse con un arma de fuego, tomar la decisión de poder lastimar a otra persona. En nuestro ordenamiento jurídico no tenemos el hecho de matar a otra persona, lo que vamos a hacer es defendernos legítimamente de una agresión y que el agresor se neutralice”, apuntó.

 

Romero explicó que en Argentina rige una ley de 1973 que fue sancionada con el objetivo de controlar la cantidad de armas en el país y destacó que se trata de una norma que es restrictiva porque establece diferentes condiciones para que una persona pueda acceder a ellas. El control estatal se asegura que los usuarios de armas de fuego estén en condiciones y no representen un peligro para la sociedad.

 

 

“El civil le puede dar tranquilamente un uso recreativo, por ejemplo, los coleccionistas; un uso deportivo, aquellas personas que practican las diferentes disciplinas asociadas al tiro o también un uso defensivo de la seguridad. Mientras sea civil, la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) le va pedir requisitos y va ejercer los controles necesarios”, explicó.

 

Romero apunto que uno de los problemas que tiene la sociedad respecto al uso de armas de fuego es la influencia de las películas, cuando la realidad implica algo completamente diferente. “La decisión de tener un arma para seguridad en la casa requiere un conceso familiar, una planificación en el caso de tener que usarla y el entendimiento de que el uso del arma, en esas condiciones, tiene consecuencias jurídicas importantes”, argumentó.

 

 

El experto, que brinda capacitación teórica y práctica sobre el uso de las armas de fuego, agregó que la primera medida que se lleva adelante con los civiles que buscar este tipo de artefactos para usar como herramienta de defensa, es orientarlos en la realidad de lo que significa su utilización.

 

“El primer consejo es traer a la realidad, explicar las condiciones y las características. Hay otra cuestión que se suele pasar por alto que es el costo psicológico, el tener que defenderse con un arma de fuego, tomar la decisión de poder lastimar a otra persona. En nuestro ordenamiento jurídico no tenemos el hecho de matar a otra persona, lo que vamos a hacer es defendernos legítimamente de una agresión y que el agresor se neutralice”, reveló.

 

 

En ese sentido, Romero insistió en diferenciar las acciones ficticias que suceden en las películas, con la realidad. “Neutralizar al agresor tiene un montón de presupuestos y opciones antes de llegar al uso del arma. También aclaramos la posibilidad de que el costo psicológico sea muy elevado, no es lo que nos transmiten las películas. La reacción para defenderse tiene que estar entrenada. Y lleva tiempo, preparación psicológica, técnica y preparación física y una planificación en el caso de tomar esa decisión”, añadió.

 

Armas de fuego: formación de los tiradores

 

Romero explicó que, como instructor, trabaja en la formación de los tiradores, en las medidas de seguridad, para accionar el arma y en la propia seguridad de la persona. El especialista afirmó que la legislación argentina permite el acceso a una variedad de armas, pero quedan excluidas las que son de uso exclusivo de las instituciones armadas, como las de disparo automático que se encuentran registradas para el personal.

 

 

“Siempre imaginamos, cuando una persona accede a un arma en la cuestión de la seguridad, pero el ámbito deportivo y el uso recreativo del arma está muy difundido. Por ejemplo, la caza, esa es una experiencia y una actividad que a la persona que lo realiza le ayuda muchísimo porque, al trabajar con algo que requiere considerar todos los aspectos de la seguridad, le hace que se desconecte y la persona realiza una actividad, se recrea y además de eso se relaja”, reflexionó.

 

 

El instructor señaló que el uso de las armas forma hábitos que llevan a que las normas de seguridad sean internalizadas por los usuarios y definió a la actividad como un arte por la forma de trabajar, la vocación y los conocimientos en ciencias que implica.

 

 

“La persona que realiza esta actividad se distrae, tiene un pasatiempo que no tiene nada de malo, en la medida que se use conscientemente. Las armas no tienen conciencia, no son buenas ni malas, no hacen nada. Siempre hay una acción humana detrás”, afirmó.

 

Armas de fuego: las restricciones

 

Romero remarcó que la ley establece restricciones para que la personas que no estén condiciones, puedan acceder a un arma de fuego y que, si los controles funcionan bien, no deberían existir problemas.

 

“El problema de las armas ilegales es que provienen de un mercado ilegal, no son las armas civiles. Las armas civiles pueden ser sujetas a un ilícito pero las que conforman el problema de la inseguridad, son armas que vienen ya de la ilegalidad, que partieron de un ilícito anterior que es precisamente la venta ilegal de armas, el tráfico ilegal, que son muy difíciles de controlar”, reconoció.

 

Armas de fuego, una opción

 

Por su parte, la licenciada en Criminalística, Catalina Soto, afirmó que, debido a los hechos de inseguridad, muchas personas buscan las armas de fuego para seguridad, por lo que se vuelcan a aprender.

 

 

“Cada vez hay más inseguridad y es una opción que la gente está tomando. Los primero es aprender la reglamentación. Qué es un arma, cómo manejarla, la seguridad de cada una de ellas, que tiene su propio sistema. Cómo manejarla correctamente. No es agarrar y disparar nomas, sino que tiene una parte teórica que hay que aprender, las partes y después una práctica para ver qué aprendió”, describió.

 

Soto explicó que se puede arrancar la actividad con armas de bajo calibre o un revólver y avanzar, en caso de que los instructores lo consideren necesario y de acuerdo a la experiencia adquirida.

 

“Muchos utilizan el arma para asustar. Por eso también hay que aprender, porque uno se asusta y dispara y puede lastimar, más que asustar al delincuente. Eso también con lleva un proceso por eso es importante aprender a manejar bien y tranquilo”, explicó.

 

 

 

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas