Luego que una escuela negó la inscripción a niña con síndrome de Down, desde el INADI señalaron que “hay un serio problema con el cupo para aceptar a personas con discapacidades en Misiones”

El director del Instituto Adventista de Puerto Esperanza, Baldomero Cano, le negó a una madre la inscripción a la escuela de su hija de cinco años por tener síndrome de Down. Ante ello, la madre denunció a través de sus redes sociales el rechazo de parte de la escuela y viralizó los videos sobre la situación de discriminación que vivió: “Es ilegal tener a dos o más chicos con discapacidad en la escuela, y ya tenemos un chico autista, no podemos aceptar a alguien más”, dijo el director del Instituto.

Silvia Risko – Red Ciudadana


En ese sentido, Silvia Risko, delegada de Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y Racismo (INADI) de Misiones, afirmó que esta “fue una situación discriminatoria”, debido a que de parte del director existió una privación al acceso de la educación para la niña por tener síndrome de Down, cuando los chicos con discapacidad tienen el derecho de asistir y ser partes de cualquier escuela, ya sean públicas o privadas.

 

 

Bajo este marco, cabe destacar que la resolución 377/20 del anexo 1 del Consejo Federal de Educación, indica en su artículo 1: “Los estudiantes con discapacidad tienen el mismo derecho que sus pares sin discapacidad a asistir, acceder, y participar, de las propuestas educativas que se ofrezcan en el marco del retorno a la presencialidad”.

 

 

Asimismo añadió que: “Se considera prioritario el retorno a la escuela para los estudiantes con discapacidad, atendiendo a la necesidad de apoyos y acompañamientos”.

 

También, el Consejo Federal de Educación, asegura que, “las escuelas tienen prohibido rechazar la inscripción o reinscripción de un/a estudiante por motivos de discapacidad. El rechazo por motivo de discapacidad, de forma directa o indirecta, será considerado un acto de discriminación”.

 

En ese sentido, Risko precisó que Evangelina González, madre de la niña, se contactó con el INADI para tratar este tema sobre la situación que sufrió. Sin embargo, señaló que, “este es un problema que tiene el Estado, ya que, existe la ley de inclusión, pero no hay un acompañamiento lógico que garantice ese derecho que merece el niño”.

 

Además, más allá de la buena voluntad de algunas personas, existen otras que no están de acuerdo sobre lo que dictan algunas leyes, entonces, concluyó que “esto es una cuestión de cambio cultural muy profundo”.

 

Es por ello que, desde el INADI, apuntan a conciliar y poder ayudar ante estas cuestiones, y a concientizar a las personas para que estas leyes se cumplan, para que no se deba requerir al poder coercitivo del estado.

 

Teniendo en cuenta esto, Risko comentó que están realizando un informe sobre la situación de discriminación hacia a la niña de cinco años. Además, añadió que, al margen de esta situación, “hay un serio problema con el cupo para aceptar a personas con discapacidades en Misiones”. Aunque es cierto que debe haber un docente capacitado para acompañar al niño en esta situación, “para que el mismo pueda ir al mismo ritmo que el resto de sus compañeros”, indicó la delegada del INADI.

 

 

Además, indicó que ante cualquier situación de discriminación, se debe comunicar al INADI, ya sea mediante las redes sociales, o por la página principal del Instituto, donde se verá un formulario de denuncia que al ser completado y enviado, en tanto que de manera automática será derivado a los funcionarios del mismo para accionar al respecto.

 

Finalmente, en muchos lugares de la provincia, aún no hay elementos que ofrezcan ayuda para el desarrollo de los niños con discapacidad. Por ejemplo, en Puerto Esperanza; es escaso la atención de Fonoaudiología y estimulación temprana para niños con síndrome de Down.

 

 

La educación es un derecho de todos

 

María Espínola, docente de la Escuela Especial N°45 indicó que la inclusión educativa de las personas portadoras de discapacidad no es un trabajo que corresponda solamente a las escuelas especiales, sino que debe trabajarse en red y creando acuerdos con otras instituciones.

María Espínola – Red Ciudadana

 

En este sentido, señaló que la inclusión educativa consiste en garantizar el acceso y participación, así como la permanencia y el egreso de estas personas en el sistema educativo. El objetivo es garantizar el derecho a la educación y para ello se debe evaluar todas posibilidades del chico.

 

Además, la docente explicó que cerrar las puertas al niño crea un distanciamiento hacia lo social y lo que se pretende justamente desde la Educación Especial es que la sociedad comprenda que la finalidad de la educación inclusiva es asegurar el derecho a la educación de toda la población.

 

En cuanto a la modalidad de trabajo en la Escuela Especial N°45, comentó que desde el 2012 el establecimiento no cuenta con nivel inicial, sino que se trabaja de forma articulada con otros cuatro niveles iniciales y sus extensiones, como así también con dos jardines materiales.

 

En lo que respecta a las estrategias educativas en los grupos donde hay un niño con discapacidad, la docente explicó que se puede generar configuraciones y espacios de aprendizaje que no solamente beneficien al niño en particular, sino que funcionen a modo de prevención en el estudiantado en general.

 

La idea es “trabajar en conjunto creando el hábito de trabajo en equipo y colaborativo”, amplió Espínola.

 

Asimismo, detalló que la Escuela Especial N°45 trabaja con 17 escuelas de distintos niveles educativos y aseguró que son redes construidas tras años de trabajo. El objetivo de dichas redes es atender a las problemáticas y necesidades tanto de los niños portadores de discapacidad, como a sus familias.

 

Por otra parte, se refirió al hecho de que en la actualidad internet brinda la posibilidad tanto al docente como a familias e instituciones de buscar distintas estrategias que faciliten el aprendizaje del niño. Además, señaló que en este contexto de pandemia la familia se convirtió en el mediador entre el docente y el niño.

 

 

Instituciones que cierran sus puertas

 

Espínola también mencionó la cuestión del cupo escolar y aclaró que las instituciones deben organizarse de manera tal que se garantice el acceso a la educación de todos los estudiantes en general.

 

En este sentido, comentó que la Escuela Especial N°45 recibe muchos casos de familias que vienen desde zonas muy alejadas debido a que otras instituciones le niegan el derecho a inscribir a sus hijos con discapacidad.

 

De esta manera, muchas veces los familiares deben usar varios transportes públicos para asegurarse de que sus hijos tengan acceso a la educación.

Con respecto a la negativa de muchos establecimientos al momento de inscribir a niños con discapacidad, la docente manifestó que no suele tratarse de desconocimiento, sino que se trata del “temor a la discapacidad o a no poder manejar la situación”.

 

Asimismo, comentó que se suele pensar que las escuelas de educación especial deben abarcar un radio poblacional, que en realidad corresponde a muchas escuelas. Por esta razón, son importantes las redes de trabajo en conjunto, para poder construir el trayecto educativo de cada uno de los estudiantes.

 

“Estamos en un universo de la diversidad y qué mejor que esto para conocer al otro, empatizar y poder crear un mundo para mirarnos a la cara y poder escucharnos”, expresó la profesora en Educación Especial.

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