«Vacunagate» en Perú: 500 vacunados vip, allanamientos y hasta pedidos de detención

La Argentina no es el único país que se ha visto envuelto en un escándalo de tráfico de influencias para vacunarse. En Perú, ser amigo del poder pasó a ser una ventaja inestimable a la hora de inocularse, como confirmó el escándalo que involucró a 500 personalidades, incluyendo al representante diplomático de la Santa Sede. Fiscales y policías peruanos allanaron ayer oficinas del Ministerio de Salud y dos clínicas universitarias como parte de las indagaciones y pidieron la prisión preventiva de siete personas.


El “vacunagate” peruano ha sido hasta el momento el caso más resonante de tráfico de influencias para obtener la vacuna contra el coronavirus, precisamente en un país sumergido en una de las crisis sanitarias, económicas y sociales más severas de América Latina.

 

La Fiscalía Anticorrupción de Perú pidió la detención preventiva de siete funcionarios implicados en el caso Vacunagate, que, además, podría derivar en la inhabilitación política del expresidente Martín Vizcarra, depuesto por el Congreso.

 

La medida de prisiones preventivas está basada en la posibilidad de fuga u obstaculización de la investigación, que se adentra en la trama de inmunizaciones contra el Covid-19 aplicada indebidamente a funcionarios el año pasado.

 

El pedido de arresto incluye al exinvestigador principal de los ensayos clínicos de la vacuna china Sinopharm en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), Germán Málaga. También involucra a quienes entonces ocupaban diversos cargos -algunos renunciaron o fueron separados-, como el rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Orestes Cachay; el asesor de inmunizaciones del ministerio de Salud Carlos Castillo; así como el director de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Relaciones Exteriores, Arturo Jarama.

 

 

Un expresidente, dos ministras, un centenar de funcionarios, académicos, el dueño de un restaurante chino y el nuncio del Vaticano figuran en “la lista de la infamia” de las 487 personas que se vacunaron en secreto para inmunizarse antes que nadie en el país.

 

El caso estalló hace ocho días y causó indignación en el país. Al comienzo solo salpicó al popular expresidente Martín Vizcarra, pero luego se extendió al actual gobierno transitorio de Francisco Sagasti.

 

Fue el propio presidente quien reveló que eran 487 los vacunados en forma irregular antes del comienzo de la campaña nacional de inmunización, que comenzó el 9 de febrero con el personal sanitario. La lista completa fue publicada por los medios al día siguiente.

 

Las autoridades dijeron que 122 funcionarios públicos figuran en el listado, 16 de ellos del actual gobierno que fueron separados de sus cargos. Uno de ellos fue el viceministro de Salud, Luis Suárez Ognio, que se vacunó en secreto junto con seis familiares.

 

También lo hicieron la canciller Elizabeth Astete y la titular de Salud, Pilar Mazzetti. Ambas renunciaron. “La mayoría de las vacunaciones ocurrieron en septiembre y octubre”, en el gobierno de Vizcarra, según Sagasti.

 

 

Los 487 beneficiados recibieron algunas de las 3200 dosis extras que el grupo farmacéutico chino Sinopharm entregó para el personal a cargo del ensayo de la vacuna entre 12.000 voluntarios peruanos. Corridos por el temor del contagio, que superó el temor a darse un fármaco en estudio, dirigentes y allegados se lanzaron a vacunarse masivamente sin esperar resultados concluyentes de las fases de prueba.

 

Ocho funcionarios de la cancillería beneficiados en la “repartija de vacunas”, como se refirió al asunto la prensa local, integraban el equipo que negoció la adquisición de las dosis con China. Fueron separados de sus cargos.

 

También el jefe del ensayo, el médico Germán Málaga, fue suspendido del cargo por la Universidad Cayetano Herrera. Además, renunciaron el rector de esta universidad privada, Luis Varela, y los vicerrectores José Espinoza y Alejandro Bussalleude, los tres inmunizados.

 

Málaga no dio explicaciones convincentes al Congreso sobre el criterio que usó para autorizar la inmunización de las 487 personas, entre quienes hay una decena de empresarios y sus parientes. Varios vacunados figuran como “invitado” en el registro de la universidad y otros como “consultor”.

 

Málaga es cuestionado además por haberse aplicado tres dosis de la vacuna, en vez las dos del protocolo, lo que también hizo con otras 30 personas.

 

El nuncio Nicola Girasoli afirmó por su parte que fue vacunado porque era “consultor en temas éticos” de la Cayetano Heredia. El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, se declaró “indignado y entristecido” y la Conferencia Episcopal Peruana lamentó “la utilización indebida de las vacunas”.

 

La crisis por el Covid-19 se agudizó esta semana con el desabastecimiento del oxígeno medicinal, mientras crece el promedio diario de muertos y contagios, un contexto que agrava la magnitud del “vacunagate” y la indignación de los medios locales y la opinión pública del país.


Fuente: La Nación

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