Frutas de estación: aportes nutricionales de las uvas

El verano nos brinda la posibilidad de consumir frutas de estación con excelentes aportes nutricionales. Entre las más destacadas se encuentran la sandía, el melón, el ananá, mango y las uvas. Éstas últimas actualmente se encuentran en su punto ideal para consumo y a un mejor precio en verdulerías, ferias, supermercados, entre otros. 


La composición de la uva varía según se trate de uvas blancas o negras. En ambas se destacan dos tipos de nutrientes: los azúcares, principalmente glucosa y fructosa, más abundantes en las uvas blancas, y las vitaminas (ácido fólico y vitamina B6).

 

Su riqueza en azúcares, les convierte en una de las frutas más calóricas, aunque vale destacar que las frutas no aportan muchas calorías en general, comparado a otros alimentos. Las uvas cultivadas en regiones frías suelen tener menos azúcares que las cultivadas en terrenos cálidos y secos

 

Entre los minerales, el potasio es el más abundante y se encuentra en mayor cantidad en la uva negra; mientras que el magnesio y el calcio están en cantidades moderadas y son más abundantes en la uva blanca. El aprovechamiento en el organismo de este último mineral no es tanto como el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.

 

En las uvas abundan diversas sustancias con reconocidas propiedades beneficiosas para la salud, tales como antocianinas, flavonoides y taninos, responsables del color, aroma y textura característicos de estas frutas, y de los que dependen diversas propiedades que se le atribuyen a las uvas, principalmente, su acción antioxidante. 

 

Las antocianinas son los pigmentos responsables del color de las uvas negras y rojas y están ausentes en las variedades blancas. Los taninos les confieren la sensación de astringencia a las uvas verdes. Dentro de los flavonoides, el resveratrol es el más reconocido. Está presente sobre todo en la piel de la uva negra y roja.

 

Todos los compuestos mencionados tienen capacidad antioxidante. Durante los procesos que tienen lugar en las células se generan sustancias nocivas para el organismo, llamados radicales libres, y relacionados directamente con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas, cáncer y con el propio proceso de envejecimiento. 

 

Estudios recientes ponen de manifiesto que los antioxidantes contribuyen a bloquear la formación de dichas sustancias:

 

Flavonoides y resveratrol, en concreto, producen varios beneficios sobre la circulación en las arterias: vasodilatación, por lo que aumenta el flujo sanguíneo; disminución de la agregación plaquetaria (la sangre circula más fluida con lo que disminuye el riesgo de formación de coágulos o trombos) e inhibición de la oxidación del colesterol LDL-c (malo), que desencadena su depósito en las arterias y da lugar a la aterosclerosis.

 

Cabe destacar que estos beneficios muchas veces se les atribuyen a bebidas como el vino, pero no es lo mismo, ya que este contiene alcohol, lo cual limita el beneficio sobre la salud cardiovascular. 

 

Es muy importante incorporar frutas de todo tipo y color a nuestra alimentación, pero, sobre todo, aprovechar las de estación, ya que nos brindan nutrientes y beneficios específicos para nuestras necesidades en cada época del año.

 

Lic. Romina Krauss-Nutricionista

M.P. n° 147

Turnos: 376 5041351

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