Extracción de arcilla en Garuhapé: tras denuncia de ecologistas, desde la Provincia aseguraron que las empresas están obligadas a mitigar el impacto ambiental que provocan

Organizaciones ambientalistas vienen denunciando desde hace varios meses que la extracción de arcilla en la cuenca del arroyo Garuhapé para la fabricación de ladrillos estaría provocando un daño ambiental irreversible. Desde el Ministerio de Industria y Ecología reconocieron que la explotación del recurso genera un impacto ambiental, pero aseguraron que las empresas están obligadas a mitigar ese daño. Señalaron que el objetivo es buscar un equilibrio entre las necesidades de la industria y la defensa del medioambiente. 


Somos conscientes de que hay un crecimiento industrial y gran demanda de la construcción y del ladrillo, por lo tanto se necesita esa materia prima. También les estamos pidiendo que hagan mitigación, es decir que si hubo un daño tienen que reconstruir o restaurar el lugar”, explicó el ministro de Ecología de la Provincia, Mario Vialey.

 

Para el funcionario, el informe elaborado por las asociaciones ambientalistas peca de «mediático» y «dramático», aseguró sin embargo que desde la cartera que conduce siguen de cerca el tema y se labran actas de infracción cada vez que una empresa comete alguna infracción.

 

En tanto que Fernando Crivello, a cargo de la Dirección Geología y Minería del Ministerio de Industria de Misiones, afirmó que realizan controles periódicos en conjunto con el Ministerio de Ecología.

 

La arcilla no es renovable y quienes hacen uso de ella deben tributar a la Dirección de Geología con un impuesto en función de la cantidad de usos que haga de esos recursos. Todos los ladrillos se hacen a partir de la arcilla, y en el único lugar que se encuentra es en las costas de los arroyos. Ahí es cuando hay un problema”, indicó. 

 

 

Para el director de Geología y Minería es necesario trabajar en conjunto para cuidar la industria pero también el medio ambiente. “Hay que buscar un equilibrio y hacer cumplir las leyes y tener en cuenta que hay familias que viven de la extracción de arcilla y que hacen ladrillo en olería, es una actividad que da trabajo a mucha gente y genera distintos tipos de beneficios”, agregó. 

 

El funcionario remarcó que la extracción de barro del arroyo Garuhapé es una práctica que lleva muchos años y lo que puede observarse hoy es el resultado de varias décadas de explotación del recurso:

 

Todos los ladrillos se hacen a partir de la arcilla, y en el único lugar que se encuentra es en las costas de los arroyos, entonces ahí es cuando hay un problema en cuanto a la utilización del recurso. La ciudad de Posadas se construyó con arcilla del Garuhapé por dar un ejemplo, es  un recurso que se extrae hace 80 años y si nos ponemos a ver el arroyo vamos a ver piletas pero de ahí salió la arcilla que construyó media provincia de Misiones”, sostuvo Crivello. 

 


Aseguran que es un «daño irreparable» el ocasionado en el arroyo Garuhapé

 

Por su parte el guardaparque y excandidato a intente por el PayS, Diego Ciarmiello, en diálogo con Argentina Forestal expresó que, “el impacto ambiental es irreversible, pero estas prácticas extractivistas existen en Misiones y hay que detenerlas, controlarlas y buscar la manera que la actividad minera se lleve de manera regulada y con prácticas sustentables o más amigables con el ambiente del lugar”.

 

Las leyes ambientales están desde el año 1995 que establecen los protocolos y los planes que se deben presentar cuando se hace una extracción de cualquier de estos recursos no renovables. 

 

En noviembre de 2020, desde el movimiento Kaapuera formalizaron el pedido de informe ante el Ministerio de Ecología de Misiones, ante la Dirección de Control de Bosques; y también elevaron un pedido de informe ante el Ministerio de Industria de Misiones, ya que la actividad de explotación de suelo es regulada por ley y controlada por la Dirección General de Minas y Geología.

 

Se observa muy claro con el dron la destrucción del monte para llegar a los bordes del arroyo y la degradación del suelo para la extracción del barro, la materia prima que les permite fabricar cerámicas de alta calidad, pero a costa de nuestros recursos naturales, hipotecando el futuro de las nuevas generaciones de Garuhapé, que hoy tienen más conciencia ambiental sobre la importancia de conservar biodiversidad y rechazan estas prácticas”, valoró el guardaparque Diego Ciarmiello. 

 

Por su parte, Alex Schuster, miembro del grupo El Joven Puede (Puerto Rico) y del movimiento ambiental Kaapuera, es uno de los que denuncia que la extracción de arcilla del arroyo Garuhapé para la fabricación de ladrillos cerámicos está provocando un “ecocidio” ya que la práctica lleva varios años en la provincia y durante la pandemia, con el “boom” de la construcción, se intensificó.

 

“Tienen que generarse políticas ecológicas, que únicamente van a darse cuando la sociedad reconozca que esto sucede. Presentamos una denuncia a finales del 2020, pero los vecinos de Garuhapé venían alertando desde hace tiempo atrás. El problema que tienen los autoconvocados es que al ser un pueblo chico reciben muchas presiones”, explicó.

 

Según precisaron, la falta de herramientas para actuar y asimismo el temor a exponerse hacen que las acciones se vean limitadas. En marco del trabajo que vienen realizando, pudieron dialogar con uno de los empresarios del sector quien reconoció que realizan extracciones pero se excusó alegando que la cantidad de material que extrae de la cuenca del arroyo es «insignificante» en comparación a la que extraen otras firmas más grandes.

 

La problemática en el arroyo Garuhapé cobró mayor difusión en los últimos días luego de que difundieran imágenes aéreas de la zona, donde puede notarse a simple vista el impacto generado por la actividad humana en ambas costas del arroyo, que poco a poco van ensanchándose. En las redes sociales del movimiento El Joven Puede compartían:

 

“La industria del cerámico es la responsable de este ecocidio silencioso. Dada la demanda de materia prima (barro, arena, arcilla) para la construcción de cerámicos, las industrias del sector destruyen la selva en galería y el suelo para hacerse de un barro muy particular, necesario para la construcción de cerámicos. Así se llevan la selva y el suelo”.

 

A partir de ello, llaman a trabajar en prácticas que acompañen un proceso más sostenible para lograr el cuidado del medio ambiente y el bienestar de los misioneros. Según especificaron, la ley nacional de bosques define en su categoría roja la protección de bordes de todos los arroyos y ríos del país.


 

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