¿Cómo prevenir un ahogamiento y qué hacer ante un episodio de este estilo?

La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, advierte sobre la importancia de tomar ciertas precauciones para prevenir situaciones que ponen en riesgo la vida, como el ahogamiento, y nos explica cómo debemos actuar si nos encontramos ante un episodio de este estilo.

 

Con la llegada del calor, muchas personas eligen refrescarse en piletas o vacacionar en lugares con mar, río o lagos. Pero, durante esta época del año, también es muy común que se produzcan diferentes incidentes que pueden poner en riesgo la salud de grandes y chicos y que, en la mayoría de los casos, se pueden evitar si ponemos en práctica algunas medidas de prevención.

 

Debido al contexto de pandemia, este año se deben redoblar los esfuerzos, no solo para evitar incidentes, sino también para reducir las chances de tener que asistir a una guardia médica y exponerse al contagio del COVID-19.

 

Uno de los incidentes más frecuentes asociados al verano es el ahogamiento. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo y suponen un 7% de todas las muertes relacionadas con traumatismos.

 

“El ahogamiento se produce cuando el aire no llega a los pulmones debido al ingreso de agua, lo cual ocasiona falta de oxígeno en la sangre y puede, a su vez, derivar en un posterior daño cerebral”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

 

La Dra. El Haj señala que uno de los mitos es que son necesarias grandes cantidades de agua para que una persona se ahogue, sin embargo, esto no es así. Asimismo, también se suele pensar que no se trata de accidentes frecuentes, aunque la evidencia indique lo contrario.

 

A continuación, la profesional de OSPEDYC comparte una serie de medidas simples que podemos implementar para evitar un ahogamiento:

 

No dejar a los niños solos en una bañera, pileta o pelopincho. Se recomienda supervisar permanentemente a los menores que se encuentran cercanos a una superficie de agua -ya que esto reduce la probabilidad de ahogamiento en un 80%-; y, en el caso de las piletas se recomienda colocar un vallado que rodee todos sus bordes.

 

No nadar o navegar después de haber ingerido alcohol, sedantes o cualquier tipo de estupefaciente.

 

Considerar la propia capacidad para nadar y no sobreestimarla. En caso de ser necesario, se recomienda utilizar dispositivos de flotación personales de forma apropiada.

 

¿Cómo ayudar a una persona que se encuentra en una situación de ahogamiento?

 

Si nos encontramos con una persona que sufrió un episodio de ahogamiento, la Dra. El Haj recomienda brindarle primeros auxilios, buscar atención médica de inmediato y solicitar un Desfibrilador Externo Automático (DEA), para utilizar en caso de que sea necesario.

 

“Si la persona no responde, se debe comenzar con la reanimación cardiopulmonar (RCP), la cual debe determinarse tan pronto como sea posible”. Para una correcta realización de las maniobras de RCP, la especialista aconseja:

 

Asegurarse de que la víctima esté tendida de espaldas y sobre una superficie firme y plana.

 

Retirar su ropa para dejar el pecho descubierto.

 

Colocarse de rodillas de manera perpendicular al cuerpo de la víctima, ubicar la base de una mano en el centro del pecho (sobre la mitad inferior del esternón) y la otra por encima de la primera.

 

Con los brazos firmes y sin flexionar los codos, comenzar a realizar compresiones con fuerza, rápidamente y de forma constante (el ritmo y frecuencia debe ser entre 100 y 120 compresiones por minuto).

 

Dejar que el tórax vuelva a su posición normal, y realizar las compresiones hasta que la víctima se recupere, o hasta la llegada de la ambulancia.

 

Realizar desfibrilación precoz.

 

“Se recomienda realizar entre 100 y 120 compresiones torácicas por minuto hasta que llegue el servicio de emergencias, alternando -de ser posible- la persona que las lleva a cabo para evitar el cansancio, las interrupciones y la disminución de la eficacia de cada compresión. Si se cuenta con el entrenamiento adecuado y un dispositivo de barrera o mascarilla para brindar respiración boca a boca, se deben intercalar 30 compresiones con 2 ventilaciones, durante 5 ciclos”, desarrolla la Dra. El Haj y remarca que la respiración de rescate debe comenzar tan pronto como el socorrista alcance aguas poco profundas o una superficie estable.

 

En caso de que la persona ahogada se haya recuperado, se la debe tranquilizar hasta que llegue la ayuda médica solicitada con anterioridad, la cual debe administrar oxígeno suplementario para ayudar a mejorar la capacidad respiratoria.

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