La policía de Guatemala reprimió con golpes y gases lacrimógenos a miles de migrantes hondureños que se dirigían a Estados Unidos

La policía de Guatemala reprimió con palos y gases lacrimógenos y logró frenar a una caravana de miles de hondureños que se dirigían a Estados Unidos. Contingentes policiales y militares cercaron a los migrantes en una ruta del poblado de Vado Hondo, en el departamento Chiquimula, en la frontera con Honduras. Desde la noche del sábado, los migrantes están varados a la intemperie en este punto estratégico a menos de 50 kilómetros de la frontera, ya que es difícil continuar el rumbo por otro lado ante la accidentada geografía del lugar.

 

Los hondureños buscan escapar de la violencia, la pobreza, el desempleo y la falta de educación y salud, un cuadro crítico agravado por la pandemia. La caravana además está alentada por la esperanza de una posible flexibilización de las políticas migratorias en Estados Unidos a partir de la asunción de Joe Biden.

 

«Esto es demasiado. Venimos de forma humilde. No estamos haciendo mal a nadie», dijo la hondureña Marisol Domínguez, de 35 años. La mujer viajó con su esposo huyendo de la crítica situación económica en su país, agravada por el paso de los huracanes Eta e Iota en noviembre. Algunas mujeres rezaban en voz alta frente al muro militar que los contenía implorando ayuda divina para continuar la travesía, mientras por momentos los ánimos volvían a caldearse y los migrantes parecían prepararse para volver a intentar pasar.

 

La orden de los uniformados es evitar el paso ante el riesgo de contagios de covid-19, según un acuerdo del presidente Alejandro Giammattei, que faculta el uso de la fuerza para contener el éxodo. Medio millar de militares permanecen en Vado Hondo, parte de los cinco mil efectivos que las fuerzas del orden desplegaron para contener la caravana, dijo el coronel Rubén Tellez, vocero del Ejército.

 

«No somos delincuentes. No entiendo por qué nos están tratando mal», consideró Carlos, de 26 años, originario de San Antonio de Cortés y quien viaja con su esposa y dos pequeñas hijas. La represión por la que varios migrantes resultaron heridos fue repudiada por el Procurador de Derechos Humanos, Jordán Rodas, quien consideró «deplorable el brutal uso de la fuerza». «La migración es causada porque en nuestros países no existen condiciones mínimas para una vida digna», exigió Rodas.

 

Fuente: Página 12

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