El enemigo político de Putin, Alexéi Navalny, fue detenido tras su regreso al país

En visperas de su regreso a su país después de cinco meses de ser envenenado, el opositor y activista Alexéi Navalny, fue arrestado por la policía rusa en el aeropuesto de Moscú. 


Alexéi Navalny sabía que podía ocurrir, pero eso no lo detuvo. El opositor decidió volver a su país cinco meses después de ser envenenado aún cuando las amenezas de captura eran explícitas. Y así fue, el activista fue arrestado por la policía no bien pisó territorio ruso.

 

 

Minutos después de que se difundiera su detención, el servicio penitenciario, el FSIN, confirmó el arresto. Aseguró que lo hizo por “múltiples violaciones” de una sentencia suspendida en 2014 por cargos de fraude, y añadió que “se le mantendrá en custodia” hasta que un tribunal dicte sentencia.

 

 

El político se despidió con un beso de su esposa, Yulia, con quien regresó a Moscú desde Alemania, donde se había recuperado durante casi cinco meses del envenenamiento que sufrió en agosto.”Puedo decirles que estoy completamente feliz de haber regresado y que es mi mejor día en los últimos cinco meses”, dijo poco antes de ser detenido el líder opositor a la prensa.

 

 

El avión de Berlín que lo transportaba aterrizó en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú a pasadas las 20, hora local. La nave tenía previsto aterrizar en el aeropuerto de Vnukovo, pero minutos antes de tocar tierra, la terminal aérea cerró sorpresivamente por “razones técnicas”, según el servicio de prensa de la aerolínea Pobeda. Según periodistas de la AFP a bordo del avión, el piloto anunció en un primer momento un retraso de 30 minutos a causa de un “problema técnico”, antes de indicar que el aparato se dirigía hacia Sheremétievo.

 

 

En el otro aeródromo, donde le esperan decenas de sus partidarios y donde se encuentran agentes antidisturbios, las fuerzas del orden detuvieron a varios de sus aliados, indicó en Twitter Ivan Jdanov, uno de los más allegados colaboradores del opositor. Entre los arrestados está su hermano.

 

 

Desde que el principal enemigo de Vladimir Putin anunció el miércoles su intención de regresar, los servicios penitenciarios rusos (FSIN) le advirtieron y aseguraron que se verán “obligados” a detenerle por violar las condiciones de una condena con suspensión de pena que le impuso la justicia en 2014. Navalny, de 44 años, no hizo caso de esas maniobras que, según él, están destinadas a “amedrentarlo”.

 

 

La principal figura de la oposición rusa cayó súbitamente en coma en agosto, cuando regresaba de un viaje a Siberia. Inicialmente fue hospitalizado en Omsk, una gran ciudad de la región, pero fue evacuado unos días después a un hospital de Berlín tras la presión de sus allegados.

 

 

Tres laboratorios europeos concluyeron que el opositor fue envenenado con un agente nervioso del tipo Novichok, desarrollado en la época soviética, una conclusión que confirmó la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OIAC) pese a que Moscú lo ha negado.

 

 

El opositor acusa a los servicios especiales rusos (FSB) de haber tratado de asesinarle por orden directa de Vladimir Putin.

 

 

 

Sin embargo, las autoridades rusas acusaron a los servicios secretos occidentales y hasta a la higiene de vida de Navalny. Hasta ahora, Moscú se ha negado a abrir una investigación para descubrir lo que le ocurrió a Navalny, debido al supuesto rechazo de Alemania a compartir sus informaciones con Rusia.

 

 

 

Investigación por fraude

 

 

Según el FSIN, Navalny incumplió cuando estaba en Alemania las condiciones de la condena de 2014, que le obliga a presentarse al menos dos veces por semana en la administración penitenciaria.

 

 

Desde finales de diciembre, el opositor también es objeto de una nueva investigación por fraude, por sospechas de haber gastado para su uso personal 356 millones de rublos (3,9 millones de euros, 4,8 millones de dólares) de donaciones.

 

 

Por su parte grupos nacionalistas hostiles a Navalny amenazaron con recibirlo con “zelionka”, un antiséptico de color verde difícil de limpiar, con el que ya habían rociado al opositor en el pasado.

 

 

El aeropuerto declaró que no autorizará a la prensa a trabajar en la terminal debido a la pandemia de coronavirus. 

 

Fuente: Infobae.

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