Análisis semanal: la vuelta a clases en medio de la pandemia y una catarata de anuncios para Iguazú

Cuando enero todavía no cumplía sus quince, el expresidente Mauricio Macri salió a reclamar la reanudación de las clases presenciales y con ello logró instalar en la agenda un tema urticante para el Gobierno nacional. Su alumno más aplicado, Horacio Rodríguez Larreta, recogió rápidamente el guante y salió a anunciar la vuelta a las aulas tan temprano como el 17 de febrero en Ciudad de Buenos Aires.

 

Los gremios docentes, bastante más cercanos al kirchnerismo que al macrismo, pusieron el grito en el cielo y acusaron al jefe de gobierno porteño de pretender exponer a docentes y alumnos a un riesgo sanitario innecesario en pleno auge de contagios, solo para presionar al Gobierno nacional.

 

Con el tema escalando posiciones en la agenda, el presidente Alberto Fernández se vio en la obligación de salir a aclarar que consideraba “prioritario” el dictado de clases presenciales y propuso iniciarlas en marzo, cuando –según estiman en el Gobierno- todos los docentes estarían vacunados, no así sus alumnos.

 

Una vez más en Argentina, la discusión en torno a un asunto relevante terminó dominada por la lógica antagónica de la grieta bajo la cual el cálculo político-electoral impera sobre cualquier otra razón.

 

Los informes de Unicef y de las demás organizaciones que se ocuparon de la cuestión coinciden en que el cierre de las escuelas tuvo una profunda incidencia negativa en la educación, especialmente de los niños y adolescentes de los sectores más humildes que tienen acceso limitado a la conectividad y a los dispositivos necesarios para acceder a las clases virtuales. Por otra parte, es innegable que el Gobierno nacional, apurado por una emergencia económica casi tan grave como la sanitaria, priorizó la rehabilitación de las actividades económicas antes que la vuelta de las clases presenciales.

 

Los números difieren en las distintas provincias y de acuerdo a los criterios de relevamiento, pero las estimaciones menos pesimistas revelan que más de un millón de estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario de todo el país tuvieron problemas severos para acceder a la educación desde en situaciones definidas como “de baja intensidad educativa” hasta la interrupción total del vínculo de los alumnos con los docentes.

 

Aun así, no queda claro cuál sería la urgencia de volver a las aulas dos o tres semanas antes de la fecha que proyecta el Gobierno nacional. Por otra parte, tampoco parece muy fundamentado el pronóstico de Alberto Fernández de retorno a la presencialidad en marzo, especialmente teniendo en cuenta que la curva de contagios viene en aumento desde mediados de diciembre y que el operativo de vacunación todavía está lejos del nivel de masividad necesario para pensar en la inmunidad colectiva.

 

Si no hubo aulas abiertas en mayo, con menos de 500 nuevos casos por día en todo el país, ni en junio, con menos de 1.000 ¿por qué abrirían ahora con más de 12.000 contagios diarios?

 

La aparición de nuevas variantes del virus, los rebrotes multiplicándose en distintos países del globo y la desesperante situación que atraviesa Manaos, en Brasil, son recordatorios de que el virus está más activo que nunca.

 

La decisión es por demás compleja. El déficit que produjo el coronavirus en la educación de niños y jóvenes es gigantesco y seguir demorando la vuelta a las aulas solo lo hará mayor. Por otra parte, retornar a las clases presenciales si el cuadro sanitario lo desaconseja podría terminar atentando contra un bien mayor que la educación: la vida misma.

 

Lo más preocupante del caso es que tanto el Gobierno nacional como su oposición encarnada en el Gobierno porteño, parecen más atentos a la ventaja política que puedan sacarle a la cuestión que a adoptar decisiones pensando en el bien común.

 

En Misiones el Gobierno provincial apuesta a la planificación para resolver el dilema que se plantea entre la necesidad de retomar la presencialidad en la educación sin comprometer el status sanitario.

 

Habrá un sistema mixto que permita combinar el contacto directo del docente con los alumnos en las aulas, con la educación a distancia. Dependiendo de la cantidad y tamaño de las aulas de cada escuela y el número de alumnos por división, se establecerá un esquema rotativo de dictado presencial.

 

Se procurará dividir cada grado o curso en grupos de entre 10 y 15 alumnos, dependiendo de las condiciones edilicias de la escuela, lo que permitirá respetar el distanciamiento dentro del aula y se trabajará en distintos turnos para evitar aglomeraciones en el transporte.

 

Explosión y meseta

 

El relajamiento social observado en últimos meses del año pasado y la descomunal irresponsabilidad con la que muchos misioneros celebraron la Navidad y recibieron al año nuevo provocaron un empinado crecimiento en la curva de contagios de coronavirus en la provincia, que tocó su ápice (al menos por ahora) el domingo pasado.

 

La buena noticia es que desde el lunes hasta el sábado, la cantidad de nuevos casos confirmados en Misiones se mantuvo relativamente estable, por debajo de los 145 diarios.

 

Sin embargo, la escalada de casos registrada en enero dejó algunos datos preocupantes: en las primeras dos semanas de 2021 se confirmaron más casos (1.710) que durante todo el año pasado (1710).

 

El número acumulado de muertes por coronavirus en la provincia pasó de 27 al 31 de diciembre de 2020 a 51 hoy, lo que indica que en lo que va del año se murieron a causa del coronavirus casi la misma cantidad de personas que durante todo 2020.

 

La cantidad de casos activos se triplicó en poco más de dos semanas: el 31 de diciembre había 420 y hoy hay 1.248.

 

La cantidad de internados, dato clave para la capacidad de respuesta del sistema sanitario, pasó de 20 a 47 desde el último día del año pasado a hoy.

 

Con todo, el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva del sistema de salud está todavía bastante por debajo del punto de saturación. Según datos actualizados brindados por el ministerio de Salud de la Provincia, durante las últimas semanas la ocupación de camas UTI en hospitales públicos de Misiones se mantuvo por debajo del 60%, aunque porcentaje puede variar dentro de un mismo día, no tanto por el coronavirus como por los accidentes de tránsito, otra epidemia que no declina.

 

Previendo la posibilidad de que el número de contagios y de enfermos de Covid-19  vuelva a aumentar, la Provincia desarrolló una estrategia apoyada en tres herramientas para acelerar el tratamiento y mejorar los resultados terapéuticos: ivermectina, suero equino y plasma de recuperados.

 

Conocedor como pocos no solo de la práctica médica sino también de lo que significa manejar un hospital, el gobernador Oscar Herrera Ahuad desarrolló esta estrategia pensando en reducir los tiempos de internación de los enfermos y con ello optimizar el uso de las camas disponibles.

 

Al auxilio de Iguazú

 

La de Misiones fue una de las economías que se recuperó más rápidamente de golpe que representó el coronavirus y la cuarentena estricta. En parte gracias al cierre de las fronteras, que impactó de manera positiva especialmente en Posadas, y en otra medida por la buena performance de algunas de sus actividades principales como la forestoindustria y la yerba mate.

 

Tal vez el dato que mejor sintetice la situación sea el incremento interanual de casi 80% registrado en la recaudación tributaria provincial en 2020, más del doble de la inflación que midió el INDEC en todo el país.

 

Pero la recuperación no fue pareja, mientras algunas actividades como las mencionadas atraviesan períodos de bonanza con niveles de ventas y de precios relativos superiores a los de antes de la pandemia, en otros rubros la recuperación no fue tan vigorosa.

 

El turismo fue uno de los sectores que más sufrió durante todo el año aunque en los últimos meses repuntó significativamente de la mano del visitante misionero. Lodges, cabañas y aojamientos en distintos puntos de la provincia ya tienen su capacidad cubierta hasta bien entrado febrero.

 

Pero en Iguazú, un destino reconocido a escala mundial, el turismo interno no alcanza para disimular las pérdidas ocasionadas por la virtual desaparición del visitante internacional y la marcada disminución en la llegada de turistas de otras provincias.

 

Atendiendo a esta situación, el Gobierno provincial desembarcó con un paquete integral de medidas, programas y beneficios concretos para todos los sectores económicos de la ciudad de Las Cataratas.

 

Obras públicas, acciones de asistencia social, beneficios para empresas hoteleras y trabajadores, fueron algunas de las acciones anunciadas después de una reunión de trabajo donde el gobernador y el intendente Claudio Filippa acordaron prioridades.

 

La Provincia se comprometió a continuar las gestiones frente al Gobierno Nacional para asegurar la continuidad del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para el sector turístico; el aumento de frecuencias aéreas para incentivar el turismo nacional; aportes no reintegrables para el pago del Impuesto Provincial Automotor (IPA) 2020 para más de 210 taxistas de Iguazú, por una suma cercana a los 3 millones de pesos; línea de créditos del Fondo de Crédito de Misiones para más de 100 emprendedores de Iguazú por 20 millones de pesos; línea de créditos a tasa cero a través del IFAI, a pagar en 36 meses con 12 meses de gracia destinado a 40 comercios remitidos por la Cámara de Comercio local por 30 millones de pesos; una nueva prórroga de los vencimientos de las facturas de energía eléctrica para los sectores comerciales gastronómicos y turísticos y nuevo paquete de “Pre-compra” exclusivo para el sector turístico de Iguazú que se implementará por tres meses a través del IPlyC por 20 millones de pesos mensuales.

 

La novedad más llamativa fue el lanzamiento de un nuevo Programa Ahora Iguazú, cuyas condiciones se anunciarán los primeros días de febrero pero se adelantó que estará destinado a potenciar los beneficios de los Programas Ahora pero con mejores condiciones exclusivas para Iguazú comercios y ciudadanos de la ciudad.

 

En el municipio también se harán dos nuevos hospitales de campaña previstos para reforzar la capacidad sanitaria.

 

Como destacó el Gobernador, estas medidas fueron articuladas en conjunto con el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos Rovira, quien estableció la necesidad urgente de reactivar la actividad económica de la ciudad de las Cataratas ante el fuerte impacto generado por la pandemia.

 

Se firmó también una serie de convenios para llevar adelante una planificación ampliada de obras de mediana y gran escala destinadas a motorizar el empleo, renovar la infraestructura turística y mejorar los espacios públicos de la localidad.

 

Esto generará un mayor ritmo de continuidad de las obras públicas actuales y un plan intensivo de otras nuevas como la finalización del edificio municipal, empedrado y cordón cuneta de calles, puestas en valor de plazas y espacios públicos, y mensuras de lotes para urbanización. También habrá un refuerzo de recursos para comedores y merenderos.

 

Desde el inicio de la pandemia, el Estado provincial está acompañando a los diferentes sectores económicos con el objetivo de preservar el empleo y la producción local.

 

Además de esto se trabajó en otros aspectos en la semana como el acuerdo que permitió a la Provincia la refinanciación de sus vencimientos con el fondo de garantía de sustentabilidad de la Anses. Con este convenio fueron prorrogados los vencimientos de la provincia por los compromisos asumidos para los años 2020 y 2021 (sobre las obligaciones correspondientes a los años 2016 y 2017), que alcanzan casi 1.700 millones de pesos.

 

En Posadas la gestión de Leonardo “Lalo” Stelatto que viene llevando un intenso trabajo de embellecimiento hace más de un año, mejorado el alumbrado, barrido y limpieza, además de proyectar espacios recreativos y turísticos, como parques, plazas, playas, que han permitido a los posadeños y turistas disfrutar de la ciudad como nunca antes lo habían hecho.

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