Trabajadores protestan contra Ford por la decisión de cerrar sus fábricas en Brasil

Trabajadores de Ford, la empresa que decidió cerrar sus tres fábricas en Brasil y despedir a las 5.000 personas que emplea en forma directa, protestaron este martes contra esa retirada y responsabilizan al Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien afirmó que la automotriz “desentona” con la supuesta recuperación industrial brasileña.

 

El impacto político y económico de la salida de Ford tras 101 años en Brasil causó un sinfín de reacciones, entre ellas la del gobernador de Bahía, Rui Costa, del Partido de los Trabajadores (PT), quien contó que se comunicó con la embajada de China en Brasilia para que busquen inversores en el parque industrial que dejará la estadounidense en la ciudad de Camaçari.

 

Las primeras protestas contra la decisión de Ford fueron precisamente en Camaçari, en el interior de Bahía, donde la empresa tiene la primera fábrica de automóviles del Nordeste, abierta en 1997 con una política de incentivos fiscales que el Gobierno de Bolsonaro y su ministro de Economía, el ultraliberal Paulo Guedes, combaten.

 

Ford se va de Brasil

 

En medio de esta política económica, Ford decidió el pasado lunes cerrar sus plantas en Brasil -en el marco de una reconversión tecnológica, explicó- y en el futuro importará sus unidades desde Argentina y Uruguay.

 

 

“Los propios ejecutivos de Ford nos dijeron que era por la inestabilidad económica y la incertidumbre del Gobierno federal”, aseguró, sin embargo, el presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Bahía, Julio Bomfim.

 

Bomfim dijo que la decisión de Ford es un “crimen” contra 12.000 empleos directos e indirectos y pidió que se investigue la concesión de créditos estatales y exenciones impositivas otorgados a la empresa.

 

 

El ministro Guedes, así como las oficialistas de la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) y la Confederación Nacional de la Industria, atribuyeron la decisión del gigante automotriz a un supuesto costo adicional que las empresas deben afrontar al operar en Brasil, conocido como “costo Brasil”, por lo que concluyeron que lo que se necesita es un ajuste en el sector público y una baja de impuestos.

 

En su retirada, Ford cerró también la planta paulista de Taubaté y la de Horizonte, en el estado de Ceará, aunque mantendrá su sede regional sudamericana, que funcionará para tareas administrativas, en la ciudad de San Pablo.

 

La decisión de Ford y la respuesta de Bolsonaro

El golpe político al Gobierno fue indisimulable y, por eso, Bolsonaro y su gabinete reaccionaron de inmediato.

 

“El Ministerio de Economía lamenta la decisión global y estratégica de Ford de cerrar la producción en Brasil. La decisión desentona con la fuerte recuperación en la mayoría de los sectores de la industria del país, muchos con resultados superiores al período precrisis”, sostuvo la cartera en un comunicado y mandó una señal a los sectores que ya piden ajuste y reformas.

 

El ministerio “trabaja intensamente en la reducción del Costo Brasil con iniciativas que ya promovieron avances importantes. Esto refuerza la necesidad de una rápida implementación de medidas de mejoras en el ambiente de negocios y de avanzar en reformas estructurales”, agregó el texto.

 

La bomba económica política de Ford fue conocida luego de que el banco más antiguo de las Américas y la entidad pública más grande de la región, el Banco do Brasil (BB), anunció un plan de retiro voluntario para desprenderse de 5.000 empleados y cerrar 315 sucursales.

 

En este contexto, el diputado Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad, recordó en las últimas horas un discurso de Bolsonaro, en el cual afirmaba que si la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández le ganaba Mauricio Macri a finales de 2019, los argentinos iban a escapar desesperados hacia Brasil.

 

«¿Se acuerdan cuando Bolsonaro dijo que si la izquierda vencía en Argentina nuestros vecinos escaparían desesperados hacia acá? Bueno, Ford cerrará todas las fábricas en Brasil y mantendrá la producción en Uruguay y Argentina. Las bravuconadas no generan empleo ni sacarán al país del agujero en el que está», sentenció el diputado opositor.

 

 

Fuente: Telam

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