Una lluvia de verano aplacó el calor, los incendios y trajo esperanza ante la sequía en el norte de Misiones

Tras finalizar el 2020, que fue un año de sequía, este miércoles se hizo sentir en la Capital del Trabajo, una lluvia de verano copiosa y constante, que trajo alivio a los cultivos, a la naturaleza  y también al alerta de incendios.

Luego de un año en donde la sirena de alerta de los Bomberos Voluntarios de Eldorado se convirtió en uno de los sonidos más recurrentes de la ciudad, llegando a sonar hasta casi 10 veces por día, los primeros días de este 2021 llegaron con un aire de frescura, comenzando por la noche de Año Nuevo en donde hubo una agradable temperatura de unos 17°.

En al misma línea, el domingo 3 de enero hubo un chaparrón refrescante por la tarde, y en la madrugada de este miércoles 5 de enero una abundante lluvia de verano, torrencial y copiosa, sorprendió a los adormilados eldoradenses, que aguardaban con ansias precipitaciones de esta índole.

Durante la mañana la lluvia se hizo menos intensa, pero igual de constante, y de esta forma aplacó las altas temperaturas vividas en las últimas semanas. 

Además trajo alivio y esperanza en un contexto de intensa sequía que se reflejaba en el bajo caudal de los arroyos y ríos, en los cultivos en donde los productores veían con gran preocupación la situación de sus plantaciones, y en los incendios en el norte de Misiones, ya que en los últimos meses los bomberos han trabajado intensamente tratando de dar respuesta a la alta demanda de la zona.

Así es que este día gris, con mínimas de 21° y máximas de 24°, se vive con entusiasmo y esperanza por parte de la población, a tal punto que hasta los niños celebraban la lluvia observando y jugando a la intemperie, y es que más que nunca esta lluvia se percibió como «una verdadera bendición caída del cielo».

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