Jonas Peterson, director por la Producción en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), subrayó que el 2020 fue un año muy diferente y atípico producto de la pandemia y también debido a cómo se llevó adelante las actividades dentro del sector yerbatero.
Jonás Peterson – FM Express
En cuanto a los precios, dijo que “fue un año complicado por un lado por las enfermedades de la yerba mate y por otro lado por el clima que no ayudó a la producción. Hay poca brotación y la yerba no creció como debía”, afirmó.
Más allá de ello, aclaró que los números estadísticos fueron similares al del 2019. En lo que respecta al consumo de los productos, expuso que el mismo se mantuvo igual que el año anterior. “Eso es bueno ya que la demanda sigue intacta”, expresó.
Por otro lado, acerca del molino que pusieron en marcha en Andresito, afirmó que “la idea es tratar de fortalecer la producción misionera y a su vez industrializar los productos para luego insertarlos en el mercado”.
Con respecto a los robos que hubo en diferentes sectores de producción yerbatera a lo largo de la provincia, comentó que el Instituto Nacional de la Yerba Mate trabaja junto con la Policía de Misiones para poder disminuir estos actos, pero “lamentablemente el territorio es muy amplio y no hay forma de cubrir todas las producciones”.
Finalmente, en cuanto a las nuevas marcas que se adentraron al mercado explicó que esto sucedió debido a diferentes cuestiones y uno de los motores principales fue la llegada de la pandemia.
Además, la demanda de yerba acompañó a que esto se pueda lograr y por ende impulsó a que muchos productores pusieran su propia marca. “Hay una gran demanda y es un buen momento para iniciar con un nuevo producto pero con buena calidad, sino la gente no consumirá”, agregó Peterson.
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