La historia de solidaridad de una familia que acompaña a quienes esperan a sus familiares en el Hospital Madariaga la noche de Navidad

Está demostrado que los actos de amor y solidaridad en las fechas de Navidad y Año nuevo tienen un significado muy especial, pero mucho más cuando se trata de la salud. Esta es la historia de Pedro Campins y su familia que compartirán la noche del 24 de diciembre con las personas que se encuentran en el Hospital Madariaga esperando noticias sobre sus familiares internados. 

 

El 19 de diciembre del año 2019 el único hermano de Pedro Campins tuvo un accidente en la entrada a la localidad de Santo Pipó, sobre la ruta 12 en Misiones. “Fue un accidente fuerte, trágico y sufrido”, relató en cuenta de Facebook. 

 

 

El joven permaneció internado en terapia intensiva bajo un coma farmacológico y su pronóstico no era favorable. Es por eso que la familia de Pedro tuvo que pasar la noche de Navidad en el parque que se ubica frente a la puerta de entrada del hospital, porque esa noche los médicos les habían dado malas noticias sobre el estado de salud de Damián, su hermano. 

 

 

Los ánimos festivos no existían, pero la Navidad llegó en el momento menos esperado. “En un momento se acercaron dos personas, con una caja en sus manos. Un hombre con su hija, aproximadamente de unos 10 años, ella con un gorro de Papá Noel, repartiendo budines y pan dulce a todas las personas que se encontraban en la misma situación en ese parque del hospital”, relató Pedro. 

 

 

“Cuando llegaron a donde estaba yo, les pregunté por qué hacían eso, a lo que el hombre me contó que hacía unos años pasaron por la misma situación en la que nosotros nos encontrábamos ese día. A  partir de allí ellos prometieron llevarles a todas las personas que estuviesen en esa situación, al menos un budín, para compartir, para sacarles una sonrisa en medio de tanta angustia”, contó y el deseo de esas personas se cumplió porque lograron regalarles unos minutos de alegría ante tanta tristeza.

 

 

“Las personas que se acercaron ese día, con mucha paz, lograron calmar nuestros nervios, lograron que por un momento nosotros viéramos a nuestro alrededor y pudimos, con sus colaboraciones, brindar y pedir al cielo por nuestros familiares. Ese fue el acto que me llenó el corazón, gracias a esas personas puede brindar en nombre de mi hermano Damián y de mi cuñado Julio” expresó. 

 

 

Después de vivir este momento tan especial Pedro y su familia tenían en claro que algo debían hacer, por eso esta Navidad van a repetir en el hospital esa acción que los salvó por unos momentos y pudieron compartir un momento agradable. 

 

 

“Sabíamos que el sentimiento de solidaridad nos iba a llenar un poco el vacío que nos dejó semejante tragedia. Fue algo que se viralizó tanto que hubieron muchas personas de otras localidades y hasta de otras provincias que se sintieron tocas y se solidarizaron. Como así también fueron muchísimas las personas de Posadas que se pusieron en contacto conmigo para hacerme llegar un aporte”, explicó. 

 

 

 

Necesitan donaciones de budines, pan dulce, gaseosas o jugos, turrones, garrapiñadas. “También estamos comprometidos en llevar algún platito caliente, algunas empanadas, pizzas, sopas paraguayas, todo es bienvenido. Queremos llevar armonía a esas personas que están en los lugares donde nosotros estuvimos hace un año”, contó. 

 

 

Para colaborar se pueden contactar a través de las redes sociales de Pedro Campins o al celular 3764717296. 

 

 

La historia que incentivó esta acción de amor 

 

Damián luchó 2 meses por su vida, permaneciendo en un coma farmacológico del cual no pudieron despertar. El martes 24 de diciembre de ese año, por la mañana, una doctora les dió un mal pronóstico, advirtiendo que lo peor podría suceder esa misma noche y aconsejó a la familia que permaneciera cerca. 

 

 

“Era un día de fiesta y nosotros estábamos acampando en ese hospital con terror a que suenen los celulares. A medida que transcurría el día y pasaban las horas, muchos tenían que irse, preparar su noche de navidad, bañarse, cocinar, y a las 00hs brindar. Era de tardecita, se acercaba la noche, no habíamos recibido malas noticias de Damián, volvía a resurgir la Fé”, contó Pedro.

 

 

El joven fue internado en el Hospital Madariaga, se encontraba en estado grave y las horas de espera  para su familia eran eternas. “Desde ese día, no hubo un solo minuto en el que algún miembro de mi familia no estuviera con nosotros. Pasaban las horas, los días, las semanas y la incertidumbre te carcome por dentro, te olvidas de dormir, de ir al baño, de comer, de tomar agua, no importa más nada, no quitas la mirada de la puerta de la UTI (Unidad de Terapia Intensiva) permaneces atento a todas las voces que se escuchan adentro, a todos los ruiditos que día a día vas conociendo y reconociendo, identificando sus significados y su gravedad”, recordó con detalles de precios de los duros días que vivieron.  

 

 

Sin dudas esta situación trágica los marcó para siempre, pero supieron encontrar la forma de sanar ayudando a quienes atraviesan el mismo dolor que ellos. “Ojalá pueda contar con vos, con tu familia para hacer sentir bien a alguien, aunque no sepamos quien es pero el sentimiento de solidaridad te llena el alma”, concluyó.

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