La importancia de los espacios verdes en las ciudades

Como todos sabemos, hoy día los espacios verdes no abundan en las ciudades, una de las numeradas razones es el alto crecimiento poblacional y a la escasez de planificación territorial. Estos espacios fueron desapareciendo poco a poco de nuestro entorno. Cada vez, menos plazas, menos parques, menos lugares de encuentro al aire libre. Todo gira en torno al desarrollo del hábitat para el ser humano, que lejos de sacarle su importancia y necesidad, lo que se quiere reflexionar en esta oportunidad, es la conservación de los espacios verdes existentes y el desarrollo de nuevos lugares, que no sólo sirvan a la comunidad como áreas de encuentro sino también como pulmones para oxigenar nuestra urbe. Así como crecen los valores demográficos, también lo hace el número de circulación de vehículos y el desarrollo de fábricas, que por cierto, poco ayudan al medio ambiente.

Los espacios verdes (plazas, parques, bulevares, parterres, costaneras, etc) son, si se quiere, uno de los lugares más importantes de una ciudad, ya que ellos muchas veces son los encargados de organizar, dar estructura, vincular sitios, y hasta generar identidad. Muchas veces hemos oído decir: – conoces tal ciudad ?… – si!! La de la costanera con árboles gigantes?, o : – viste esa ciudad donde todos sus bulevares tienen arboles de manzanas?… bueno, seguramente este tipo de comentarios han sido parte de conversaciones más de una vez, y lo que denota es la identidad que aportan a la ciudad para sus habitantes o para sus visitantes, por eso es sustancial darle valor agregado a estos espacios muchas veces olvidados.

No sólo son importantes por su estética, o por la identidad que brindan. También aportan encuentros, son los principales responsables de la generación de encuentros sociales. Desde una charla en la plaza, unos mates en la costanera, un concierto en la playa o hasta una manifestación social. Le debemos mucho a los espacios verdes, por eso tenemos que tomar conciencia del valor que tienen, de lo bien que hacen a la sociedad, de la innumerable cantidad de cosas positivas que aportan, y de la toma de conciencia que hay que hacer sobre los mismos.

Como arquitectas observamos cuan valiosos son los espacios que se encuentran vinculados a parques llenos de árboles, las temperaturas cambian abruptamente, el aire es más fresco y circula mejor.

Este año tan atípico, que ya va culminando, nos demuestra cuán primordial es la relación del hábitat con la naturaleza, y su necesidad en nuestras vidas. Hubieron innumerables cantidades de personas que pasaron más de seis meses aislados sin poder disfrutar del aire fresco que nos brinda un simple patio, ya que se encontraban viviendo en edificios de superficies reducidas, y ni hablar de aquellas personas que tuvieron que pasar sus días en clínicas u hospitales, donde esa relación es mucho más compleja aún. Nadie está preparado para este tipo de eventualidades, pero si creemos que relacionar los espacios del hábitat con el medioambiente siempre es una buena opción, salvaguardando cualquier circunstancia.

Un buen ejemplo de una arquitectura superadora aplicable ante una situación similar de encierro y necesidad del aire fresco y libre, es el Sanatorio de Paimio (1929 – 1933) de Alvar Alto, donde la arquitectura se encuentra altamente integrada a la naturaleza para el tratamiento de una enfermedad específica, como lo es la tuberculosis.

En la época en que se construyó, se pensaba que la mejor cura para esta enfermedad era estar en contacto con el sol, el aire puro y la vegetación. Estos fueron los pilares fundamentales para el desarrollo del proyecto. Si bien, no podemos acreditar que era el factor fundamental para la cura de dicha enfermedad, lo que si podemos decir, es que ante una situación de encierro total por aislamiento preventivo o cualquier otro tipo de eventualidad, mejora de manera exponencial el estado anímico de las personas que allí se encuentren. Este criterio se puede desarrollar en grandes escalas como ser: clínicas, hospitales, escuelas, centros de convenciones,  o también como en escalas más reducidas, una vivienda.

La importancia del patio, del corazón de manzana que nos pide el municipio, y de su superficie de absorción son fundamentales para el óptimo desarrollo del hábitat humano, pero este tema lo desarrollaremos más adelante, con toda la responsabilidad que implica.

 

Paimio (1929 – 1933) de Alvar Alto
Paimio (1929 – 1933) de Alvar Alto,

 

ARQ. JARA FATIMA

ARQ. SPACHUK M. INÉS

[email protected]

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas