Batará Pecho Negro, uno de los desafíos más difíciles para la observación en la Selva Misionera

Cuando nos referimos a endemismos del Bosque Atlántico o Selva Paranaense mencionamos muchas especies animales y vegetales que, por razones particulares, sea clima, ambiente o algún tipo de aislamiento natural, se encuentran solo en ese sitio. Justamente, el Batará Pecho Negro es uno de estos endemismos y una de las aves más difíciles de observar, y más aún fotografiar en Misiones, lo cual lo transforma en un verdadero desafío para los aficionados y profesionales.

 

 

En una alianza con Aves Argentinas, la centenaria organización ambientalista que impulsa su Programa Bosque Atlántico, compartimos en forma semanal algunos de los secretos sobre la biodiversidad de las especies de aves del país, y de nuestra Maravilla Natural Argentina, la Selva Misionera. Exclusivo de Misiones Online.

 

Hoy te contamos del Batará Pecho Negro, que fue considerada como una especie escasa o rara, críptica (o sea que no es muy visible en la vegetación densa) y altamente especializada en su particular hábitat dentro de la selva, siendo entonces clasificada como amenazada de extinción con categoría de “Vulnerable” a nivel global.

 

Perteneciente a la familia Thamnophilidae, donde integra un género monotípico y su distribución está restringida a la Mata Atlántica en  la costa sudeste de Brasil en Mina Gerais y Sao Paulo y  tierra adentro en el Estado de Paraná, Santa Catarina, y en norte y centro de la provincia de Misiones en Argentina.

 

Foto:  Gabriel Moresco

 

Es un pájaro de tamaño mediano, de unos 17 cm de longitud, y como en la mayoría de los miembros de la familia, presenta un marcado dimorfismo sexual. El macho se caracteriza por tener la cabeza y el pecho negros, con un collar completo de color blancuzco. El resto del cuerpo presenta un color pardo oliváceo, algo bronceado, con las alas y colas rufas.

 

La hembra en cambio, más modesta y sin el color negro del macho. Presenta la corona rufa, con una ceja, garganta y collar blancuzcos, y las partes ventrales ocráceas.

 

El pico y las patas en ambos sexos son de color córneo o grisáceos. Una observación realizada en Misiones, de una pareja con un juvenil al que alimentó el macho, indica que el juvenil presentaba un plumaje similar a la hembra.

 

Es una ave muy poco conocida y estudiada, por lo que la información disponible sobre su historia natural y comportamiento, es aún muy escasa. Sin dudas se lo considera un especialista en tacuaras, habitando casi exclusivamente densos tacuarales de la espinosa caña yatevò (Guadua trinii), aunque también se lo vincula a otras cañas, como las del género Merostachys.

 

Se lo ve habitualmente solo o en parejas, pero es frecuente en las bandadas mixtas donde se asocian muchas especies que recorren la selva. Sus voces consisten en una serie de notas rápidas y descendentes.

 

De su alimentación se sabe que consiste en insectos y otros artrópodos, y arácnidos que consigue recorriendo lo denso del tacuaral entre uno y 10 m de altura.

 

Su biología reproductiva es prácticamente desconocida, solo se conocen algunas referencias sobre un par de nidos en construcción en Brasil y uno en Parque Provincial Cruce Caballero en Misiones,  y siempre en el tacuaral denso, y juveniles dependientes aún en los meses de diciembre y enero.

 

Foto: Gabriel Moresco

 

Respecto a su presencia y registros en Argentina, es interesante hacer algunos comentarios. En las décadas de los 40 y los 50, Ándres G. Giai, notable naturalista viajero del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, captura una pareja en mayo de 1948 en el río Aguaray-guazú y observa otra en el río Uruguaí, incorporando de este modo al Batará pecho negro a la avifauna argentina.

 

Giai brinda una minuciosa descripción y medidas, y aporta datos interesantes ya vinculando este pájaro  a los tacuarales de yatevó.

 

La publicación aparecida en la revista El Hornero está acompañada además por una magnifica ilustración en blanco y negro del dibujante especializado en aves, Salvador Magno. En los años 80, se publica una larga serie de especímenes colectados por el prematuramente desaparecido ornitólogo William H. Partridge, en la década del 50 y en las localidades de arroyo Uruguaí (km 10), Tobuna y Piñalitos.

 

Ya en tiempos actuales, un gran aporte de información surge de los trabajos de Bodrati y Cockle y colaboradores, que trabajando con técnicas de play back y observaciones focales, determinaron localidades precisas con presencia de la especie, así como su dependencia de los parches con cañaverales de yatevó bien conservados.

 

Sin duda la supervivencia y protección del Batará pecho negro, un ave escasa, muy difícil de observar y dependiente de un hábitat tan particular dentro del Bosque Atlántico, depende de nosotros. La fragmentación y la discontinuidad de la selva, afecta sin duda la conexión entre los parches de yatevó, de los cuales no solo depende esta especie, sino muchas otras de nuestra selva misionera.

 

 

 

Por Dante Gabriel Moresco, con la colaboración de Alejandro Di Giácomo / Aves Argentinas

Foto de portada: Sergio Moya 

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