Una comerciante posadeña mantiene la costumbre de fiar con la libreta

Con el tiempo, las tradiciones cambian pero hay algunas que perduran con el pasar de los años. En Posadas, un negocio familiar todavía se anima a “fiar” a los vecinos del barrio con las tradicionales libretas. Roxana, propietaria de la despensa Las Verduleras del barrio Itaembé Miní tiene 25 clientes fijos que fían día a día.

En su local, todavía no existe y no existirá el “acá no se fía” o el “el que fía salió a cobrar” o tal vez el cartelito que señala “hoy no se fía, mañana sí” es que, según narró la propietaria, el cuaderno sirve para aquellos clientes que les cuesta llegar a fin de mes. El punto principal para tener una “libreta” es la confianza.

 

Hoy en día, es la confianza lo que determina si un comerciante fia o no a sus clientes. El tradicional fiado en las despensas o verdulerías se convirtió en una modalidad en la que no cualquier persona puede participar actualmente. 

 

Roxana, en su negocio familiar tiene actualmente 25 libretas que se convirtieron en cuadernos debido a las constantes solicitudes de fiados.  Además, tiene una libreta aparte para quienes suelen fiar día a día. La frase típica es “te alcanzo $30 más tarde” y hay que firmar… Las cuentas claras mantienen la amistad.

 

Según contó Roxana, algunos montos suelen llegar hasta $30.000, pero la confianza con el cliente es constante. Sin embargo, la comerciante reconoció que hay veces que cuesta reponer la mercadería debido al ingreso del día.

Por lo general, las cuentas se suelen pagar en los primeros días hábiles de cada mes. “Esto es una tradición que la tomé desde mi padres, antes en el interior era muy común aguantar a los vecinos hasta dos meses”, señaló Roxama mientras vendía alimento para perros.

 

En la libreta, la cifra y los productos que eligen los clientes no es un problema para la comerciante ya que contempla todo tipo de artículos comestibles, frutas y verduras, limpieza y hasta alcohol. “Ellos pueden llevar lo que quieran, pueden llevar alcohol o algo más caro, si paga no tenemos problema”, contó.

 

Anotamos para los vecinos de más confianza, a medida que va pasando el tiempo le vamos conociendo a la gente, se puede dar todavía. Uno empieza dándole poquito y la gente comienza a pagar y se genera una confianza con el cliente”, explicó Roxana Marinelli. 

costumbre de fiar

Están los clientes que le piden “que le aguanten hasta la tarde” y tambíen están aquellos que directamente vienen, piden y se les anota. “Tenemos varios clientes. Siempre vamos hablando con la gente y le damos a la gente que conocemos”, indicó.

 

Cómo todo negociación, siempre hay alguna traba. Roxaña comentó que a la hora de anotar, no se fija el precio del producto sino lo que llevó el cliente. “Ese es el problema que hay, como aumenta tanto se trata de cobrar el precio del día”, dijo.

A pesar de los miedos y las advertencias, la modalidad de fiar continúa en algunos barrios de Misiones aunque la palabra dada, ya no basta para muchos.  Es que no existen leyes que regulen la transacción, a los comerciantes barriales solo le queda creer en las promesas de pagos y a los clientes poder contar con el privilegio de tener la libretita.

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