Detectan altos índices de un tipo de bacteria potencialmente tóxica en el río Paraná

La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), pone en su conocimiento información técnica de relevancia provista por el Área de Medio Ambiente. La misma refiere a la situación generada por la detección y análisis de altos registros de cianobacterias (un tipo de algas) provenientes de la alta cuenca de Brasil y Paraguay. 

 

“Dadas las condiciones hídricas actuales es de esperar un considerable incremento de las bacterias con las implicancias sanitarias que esto podría acarrear”, afirmaron.

 

Además agregaron que “esta información a la que hemos accedido fue, oportunamente, puesta en conocimiento de las autoridades provinciales correspondientes“

 

Adjunto a la presente, encontrarán los informes de monitoreo correspondientes a los relevamientos realizados en los meses de septiembre y octubre. Dichos informes surgen de los estudios hídricos que mes a mes elabora la Entidad en colaboración con la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones”, finaliza el comunicado.

 

 

Cianotoxinas y salud

 

Las cianobacterias pueden producir una amplia gama de toxinas (cianotoxinas). Este es tal vez el mayor peligro asociado a los eventos de floraciones donde se acumulan miles de millones de células que liberan toxinas. Las toxinas que producen son nocivas para los animales y para el ser humano. Por esta razón, la potabilización de agua contaminada con cianobacterias requiere de la implementación de tratamientos costosos como la aplicación de carbono activado para su descontaminación.

 

Las cianotoxinas más frecuentes son hepatotoxinas (microcistinas) y neurotoxinas (saxitoxinas), que producen daños hepáticos y neuronales respectivamente. Los efectos son diversos y los más comunes incluyen trastornos hepáticos o gastrointestinales como vómitos, diarreas y cefaleas.

 

También generan irritaciones de diverso tipo en la piel y en mucosas. Es frecuente que estos síntomas se confundan con otras enfermedades a la hora de realizar un diagnóstico ya que no son específicos. En casos extremos se puede llegar a la muerte, incluso en pocos días.

 

El efecto que puedan tener las cianotoxinas depende también del tipo de contacto que tenga el ser humano con las floraciones. El contacto directo con la piel es frecuente en las playas. En particular los bañistas son una población muy vulnerable porque se sumergen al agua, siendo los niños los más vulnerables por su bajo peso y porque juegan en la orilla del agua donde tienden a acumularse las cianobacterias. Las cianobacterias acumuladas en la orilla forman una «resaca verde» que se descompone liberando las toxinas y favoreciendo el crecimiento de otras bacterias, por lo que son sitios que se deben evitar. La ingesta del agua es una forma más directa y peligrosa de entrar en contacto con las cianotoxinas. Esto ocurre accidentalmente al nadar o jugando en el agua.

 

Otra forma muy directa de exposición a las toxinas es por la aspiración del spray con gotas microscópicas de agua conteniendo cianotoxinas (por ejemplo, por las olas que rompen en la orilla de la playa, nadando o en embarcaciones) e ingresan al torrente sanguíneo sin pasar por los procesos digestivos. Nuevamente en este caso los niños son los más vulnerables. Las cianotoxinas pueden afectar también a los animales terrestres. En nuestro país hemos detectado cianotoxinas en la sangre de ganado que indicaron ingesta de toxinas. Por ejemplo, existen reportes sobre mortandad de animales domésticos o ganado luego de beber agua contaminada con una floración de cianobacterias tóxicas. Los casos de intoxicación y muerte en seres humanos son muy infrecuentes. El que ha causado mayor impacto fue la «Tragedia de Caruaru» (Caruaru, Brasil, 1996), donde pacientes fueron inyectados con agua contaminada con microcistinas en un centro de diálisis, derivando en la muerte de más de 70 de ellos en pocas horas.

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