Soy Migrante

Estoy en Argentina y Argentina está en mí, estoy en Misiones y esta provincia tiene una identidad variopinta que la hace verdaderamente especial; el mosaico de nacionalidades  la hicieron y hacen especial, sin embargo todas las sociedades son siempre inacabadas, la nuestra  se va transformando  día a día con elementos nuevos, como lo hacen todas las sociedades del mundo.

Pero ¿qué sucede con lo nuevo, lo diferente?, ¿lo absorbe la estructura o se funde a la cultura dominante?

Los académicos que estudian la migración hablan de un tercer ente que surge en la persona que trae la cultura diferente, un ente formado con un poco de aquí y de allá, un licuado de dos elementos que genera uno nuevo desde la identidad individual y cuando juntamos a estos individuos transformados en el tercer ente nos da la identidad variopinta de lugares como Misiones.

La antropología  y la religión hablan de sincretismo para describirlo, evocando a Erasmo de Róterdam y los antiguos  griegos, quienes utilizaron este término para referirse al consenso de las masas ante las dificultades o encuentro armónico de dos o más elementos filosóficos o culturales.

 

Cabría preguntarse entonces ¿cómo es la identidad de las ciudades, las regiones y los países? Si estamos de acuerdo en que lo único constante es el cambio, tendríamos que estar de acuerdo que las identidades son un constante construir, y sería lógico concluir que las migraciones transformaran la cara del mundo enriqueciéndolo culturalmente.

Vamos a mirar en contexto la movilidad humana, con los datos respaldados que ofrecen el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU para tener una idea de cómo puede transformarse el rostro del planeta.

Son 272  millones de migrantes internacionales hasta el 2019 en una población mundial entonces de 7500 millones de habitantes, estamos diciendo que el 3.5 por ciento de la población mundial abandono su lugar de origen.

Ahora bien, si los factores expulsores de migración no han disminuido, se mantienen y en muchos casos se potencian, por ejemplo el conflicto en Siria, la miseria y conflictos armados en arabia y África, las tenciones y otras dificultades sociales en Asia, en américa, las catástrofes sociales.

Hasta ahora estamos hablando de migración impulsada por situaciones de crisis sociales, políticas y económicas, en algunos casos violencia generalizada, crimen organizado y narcotráfico.

Pero ahora tenemos que mirar hacia otro impulsor que puede resultar muy agresivo, es cambio climático y  viene  generando múltiples desplazamientos.  Erosiones, inundaciones, pérdida de cosechas, degradación medio ambiental son una factura que se sabía que vendría y ahora está en pleno desarrollo.

Se comenzó a hablar de ello en la década de los 90 y para el 2001, la Cruz Roja y la Media Luna Roja refirió una cifra de 25 millones de refugiados, mientras que el 2005 el Instituto del Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-EHS) y alertaba de 50 millones para el 2010 solo por cambio climático.

El Profesor Norman Myers de la Universidad de Oxford, hizo estimaciones que para él 2050 años habría 200 millones de migrantes a consecuencia del cambio climático, es lógico pensar que mientras el planeta se vuelve inhóspito y hostil la gente abandone sus lugares y busque uno mejor.

El cambio climático trae a cortos plazos  temperaturas más altas, el deshielo, sequias acentuadas, así que las muertes por temperaturas extremas, escases de alimentos y agua, huracanes vaguadas y desbordamientos como los que terminamos de ver en Guatemala y Venezuela, podrían ser recurrentes y por los cuales poblaciones enteras deberán buscar resguardo de sus vidas.

Aun así los pactos para proteger el medio ambiente son una monedita corriente de intercambio en el concierto de la geopolítica.

Las zonas pulmones vegetales y  los acuerdos para disminuir el impacto de la actividad humana en el medio ambiente, parecieran no ser una mirada de lealtad con los otros que pueden sufrir, con el planeta que nos está sufriendo, con la responsabilidad social proyectada a futuro, si no, una conveniencia de los intereses de entes y personas.

Queremos decir que si los factores que impulsan el cambio climático siguen activos y potenciados, la cifra del profesor Myers podría ser pequeña ante el  escenario de omisión de la responsabilidad humana.

Si bien los datos de migración son terribles y altos, y representan el 3.5 en porcentaje del total de la población mundial, cuanto podría ser esto en un futuro cercano.  Estos datos hablan de personas en abstracto pero si lo bajamos estas cifras a números cercanos imaginemos la población de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay  y quizás Chile dejando su casa y emprendiendo  un viaje a otro lugar. En poco tiempo podría ser la población de toda Sudamérica

Ahora bien ¿Estamos hablando de esto? ¿Estamos hablando de interculturalidad  de cambio climático de migración, de encuentro de culturas, estamos educándonos para estos cambios que se nos vienen?, me parece que no lo suficiente, hay movimientos con mucha energía, organizaciones con ímpetu sobre el tema, pero falta que los estados concentren también su atención, de lo contrario las migraciones indetenibles como están sucediendo, comienzan a darse bajo radar, y bajo el radar también  prospera el crimen el sufrimiento y la desolación, llegar a esos extremos es arrojar a las personas a la hoguera nuevamente.

Hablemos con nobleza de estas cosas, ser responsables con las sociedades que tenemos y las que nos relevan es una obligación nuestra

Datos: 272, millones de personas fuera de su lugar de origen

Datos aproximados

130,5 millones de estos son mujeres y niñas

70 son niñas o niños de 0 a 14 años

27,2 tendría 19 años

32 de estos son adultos mayores de 65 años.

 

*José León Toro Mejias- Arepa Viva, Programa de Asistencia para Migrantes y Refugiados

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