Estuvo presa en la dictadura cuando fusilaron a su hermano en la Masacre de Margarita Belén: tras 44 años comprobó que el cuerpo fue cambiado y en diciembre le dará el último adiós en Posadas

Graciela Franzen, ex presa política durante la dictadura militar, familiar de una de las víctimas de la Masacre de Margarita Belén, ex titular del Inadi en Misiones y secretaria de DD.HH en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma, se refirió al proceso de intercambio de los féretros de Arturo Franzen, su hermano, y de su compañero militante asesinado en las mismas circunstancias, Manuel Parodi Ocampo.


Luis Arturo Franzen y Manuel Parodi Ocampo, ambos misioneros, fueron víctimas de la Masacre de Margarita Belén en diciembre de 1976 cuando tenían 24 años al igual que Carlos Tereszecuk, quien fue encontrado recién en 2018 en Empedrado, Corrientes. Luego de casi 45 años, las familias podrán despedirse de los jóvenes cuyos féretros están intercambiados.

 

 

De acuerdo a lo que hablamos con el Juzgado de Chaco y con el Juzgado Federal de acá en Posadas, vamos a hacer el intercambio de féretros el 10 de diciembre a las nueve de la mañana. Vamos a sacar del cementerio La Piedad el cuerpo de Manuel Parodi y lo llevaremos al cementerio Tierra de Paz, donde está Arturo”, indicó a Misiones Online.

 

Tras la recuperación de los cuerpos fusilados en la Masacre de Margarita Belén, éstos habían sido sepultados en el cementerio La Piedad en 1977, sin embargo años más tarde decidieron analizarlos mediante la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). A finales de 2019 informaron que los cuerpos fueron manipulados por parte de efectivos del Ejército y por ello es que el próximo mes procederán a la restitución de los restos.

 

Para la familia esto es el final de una larga lucha por la memoria, la verdad y la justicia. Tanto Arturo como Manuel eran universitarios, ex seminaristas, muy ligados a la iglesia católica, y desarrollaban una militancia social que fue -estimó- lo que en parte los llevó a la muerte. Tenían un fuerte compromiso con la gente más necesitada”, manifestó.

 

masacre de margarita belen

 

Según precisó Graciela Franzen, la fecha elegida para realizar el cambio es el 10 diciembre, en sintonía con el Día de los Derechos Humanos y tan solo un mes antes de la fecha en la que recuerdan el nacimiento de Arturo. Para su hermana, el intercambio de los féretros se trató de algo intencional.

 

Yo creo que fue así. En el caso de Carlos Alberto Duarte, otro compañero de Misiones que también fue asesinado en la Masacre de Margarita Belén, les entregaron a sus familiares un cuerpo que no era el de él y luego de que sus padres fallecieran pidieron intervención para analizarlo. Todavía no saben a quién pertenecen esos restos y tampoco dónde está Carlos”, lamentó.


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Masacre de Margarita Belén: “Arturo llevaba una vida acelerada, como si tuviera poco tiempo”

 

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Manuel Parodi y Arturo Franzen, víctimas de la Masacre de Margatita Belén.

 

Pese al paso del tiempo, la imagen que quedó de ellos sigue intacta en sus recuerdos: “Eran jóvenes alegres que trabajaron desde muy chicos y a los que les gustaba la música. Manuel tocaba la guitarra, asistían a los bailes y peñas como la Itapúa, a donde íbamos siempre. Todo el tiempo tenían una sonrisa hermosa debajo del bigote tan típico de aquella época”. Y acotó: “Así funciona la memoria”.

 

Los que fuimos víctimas de la dictadura cívico militar, cuando declaramos en los juicios contra los represores, revivimos el dolor, el horror y el miedo. Sentimos hasta los olores. Todavía no pude hacerle un duelo a mi hermano porque nunca vi su cuerpo, él había sido asesinado cuando yo estaba secuestrada en la cárcel de Devoto”, mencionó.

 

Además de un hermano, Graciela recuerda a Arturo como “un compañero de militancia y gran amigo”. Contó que fue él quien la bautizó con ese nombre: “Yo nací dos años y nueve meses después. Cuando le preguntaban cómo se iba a llamar su hermana, respondía ‘Graciela’ porque era el mismo nombre que el de una vecina nuestra en ese entonces”.

 

Dedicó gran parte de su vida al bienestar de su familia, en especial de sus hermanas y hermanos menores: “Nos compraba la ropa, los vestidos y el maquillaje. Comenzó a trabajar a los 14 y nos festejó el cumpleaños de quince a tres de nosotras. En ese momento mi papá trabajaba como esclavo en la residencia del Gobernador y el único día de franco que le dieron fue para mi fiesta en el año 1969, que la hicimos en casa”.

 

Habló también de su hermana menor, quien nunca superó la partida de Arturo ya que él la cuidaba como si fuera su papá. “Ella nació cuando él tenía 14 años, la llevaba a pasear y era su tutor en la escuela. Sufrió muchísimo, pero así sobrevivimos la familia. Todavía buscamos saber cómo fue que lo asesinaron, es una deuda pendiente”, sostuvo.

 

“No tiene nombre lo que han hecho, destruyeron vidas jóvenes que soñaban con un mundo mejor, además de disfrutar su juventud, como lo seguimos queriendo nosotros hoy”.

 

Mi mamá siempre decía que Arturo hizo más en 24 años que ella durante 80. Tenía una vida muy acelerada de hacer tantas cosas juntas, como si tuviera poco tiempo. Desde muy chiquita yo me imaginaba contándoles a mis nietos las cosas que hacíamos de pequeños, pero nunca tuve una visión de Arturo de viejo, no sé por qué”, relató.

 


Una vida de amor y dedicación a la militancia por los derechos

 

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Graciela Franzen.

 

Según expresó Graciela, a la militancia de hoy día le hace falta “gente que dé más amor y alegría”, algo que caracterizaba fuertemente a los movimientos en aquel entonces: “Había mucha entrega y sacrificio por el otro. Era tan grande el amor que nos teníamos entre compañeros y a ese proyecto de país diferente y mejor para todos, que solo aquel que lo vive puede entenderlo”.

 

Afirmó que en la actualidad se ha perdido el afecto por el otro, y lo atribuyó a la dictadura. “Hay miedo, desconfianza y muchos ‘no te metas’ y ‘sálvese quien pueda’, por eso creo que la sociedad está tan destruida. Hacen falta esos lazos que nos unían, de solidaridad y sobretodo de querer compartir”, cerró.


 

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