La importancia de conservar la historia

 

Las ciudades están compuestas por múltiples elementos que permiten su funcionamiento, uno de ellos es la arquitectura, la cual es heterogénea, cambia con el paso de los años, con el cambio de paradigmas, con la evolución de las sociedades, ya que es un fiel reflejo de la misma.

Las obras de arquitectura no hacen más que reflejar los pensamientos, deseos y necesidades de la sociedad de su presente, por ello es que no podemos dejarlas en el olvido, o deshacernos de construcciones antiguas, u obras emblemáticas que han marcado momentos históricos en nuestra sociedad, porque no sólo nos lo recuerdan, sino que a partir de ellos podemos estudiar ciertas maneras de mejorar una construcción o entender a la sociedad del momento.

La arquitectura nos marca el recorrido de la historia de la humanidad, desde las antiguas cavernas, las recargadas Iglesias barrocas, los lujosos palacios de Versalles, los modernos edificios de la actualidad… todo ello nos describe como sociedad, nos cuenta de dónde venimos, y porque no, ¿hacia dónde vamos?

Por eso creemos que es fundamental su mantenimiento y valoración. Como estudio de arquitectura nos hemos propuesto en cada obra que contenga una carga histórica, realzar su valor, reincorporarlo a la sociedad de manera protagónica, contar su historia, y generar que su intervención sea lo más respetada posible, ya que en muchos casos esto no sucede.

De todas maneras, también es importante remarcar que no siempre se puede “salvar” una construcción antigua, o al menos en su totalidad, y esto se debe a que muchas veces presentan innumerables patologías que no permiten su óptimo desarrollo en la actualidad, por lo que es importante la realización de un buen análisis del conjunto y su intervención.

Muchas son las oportunidades que llegan a nosotras con el fin de renovar o “modernizar”, como lo suelen pedir, distintos espacios de mayor o menor escala.

Uno de los proyectos que se nos presentaron con este desafío, fue la intervención que hicimos en el antiguo galpón de la fábrica de hielo Armellin ubicado en Catamarca y Buenos Aires. Allí, los propietarios nos habían hecho el encargo para llevar adelante la remodelación y convertirlo en un moderno local comercial.

En la primera visita, nos enamoramos de las cabreadas antiguas y la cubierta de chapa vista que conservaba el espacio, representaban la esencia del lugar. Fue el puntapié inicial para definir el estilo mas adecuado para el local, sumado a diversos elementos originales que todavía se conservaban como su antigua fachada de ladrillos, que, a pesar de contar con varias capas de pintura superpuestas con el paso del tiempo, pudimos recuperar en su totalidad.

Nos encontramos en el proceso con ciertas problemáticas a resolver, principalmente problemas de filtración y humedades varias. Características comunes a gran parte de las edificaciones antiguas que visitamos.

Uno de los problemas más graves que enfrentan este tipo de construcciones es la humedad excesiva. Se pueden presentar tanto por falta de mantenimiento, incorrectas impermeabilizaciones, fallas de las soluciones constructivas por el paso del tiempo o la ausencia de humedad que puede ser igualmente perjudicial, y viene de la mano principalmente de una ventilación e iluminación natural deficiente de los espacios.

De igual forma, los materiales inciden notablemente en el estado y conservación de los edificios.

Antes de tomar una decisión sobre las tareas que se realizarán sobre el lugar es necesario reconocer su valor patrimonial, pero a nuestro entender en mayor o menor grado todas las construcciones de estas características tienen cierto valor.

Testigos del paso del tiempo, de la historia y de la evolución de nuestra ciudad, son de gran importancia para el municipio y nuestra comunidad ya que al intervenir el entorno físico también intervenimos el espacio social y como consecuencia nuestra identidad.

 

 

 

 

Es importante conocer que, en nuestra ciudad, que se encuentra festejando los 150 años de historia y donde existen gran cantidad de construcciones antiguas, existe normativa establecida al respecto, con el fin de lograr el cuidado, protección, valoración y conservación de los elementos arquitectónicos históricos, para que puedan ser disfrutados con seguridad y respeto hacia nuestra identidad cultural.

Desde nuestro lugar, hemos observado que, en el afán de revitalizar ciertos lugares o espacios, principalmente casas de familia se intervienen estos espacios sin una planificación acorde lo que genera la pérdida de elementos de gran valor. Son muchos los ejemplos que podemos ver, y son difíciles de juzgar, porque de alguna manera todos están encarando la problemática y tratando de resolverla.

 

 

Por eso recomendamos siempre asesorarse o recurrir a profesionales, municipio o idóneos a fin de lograr grandes resultados con consciencia social, cultural y constructiva, incorporando técnicas y materiales contemporáneos sin afectar la esencia de estos lugares.

 

 

 

Así podremos ver en el futuro, ciudades donde lo nuevo convive en armonía con lo viejo, aportando riqueza arquitectónica y cultural a la nuestra bella ciudad.

Arq. Spachuk M. Inés – Arq. Fátima Jara

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