Una noticia tendenciosa sobre controles de la yerba mate: ¿mala praxis o tiro por elevación?

La aparición este lunes en medios nacionales de grandes titulares acerca de supuestas modificaciones en el control del contenido de los paquetes de yerba mate volvió a poner de manifiesto el tendencioso manejo periodístico que suele esgrimir un influyente sector de la prensa porteña.

 

Bajo rimbombantes títulos que advertían sobre la intervención del Gobierno Nacional en la regulación de la presencia del polvo y palo en la yerba mate, se pretendió utilizar una resolución del INYM relacionada a la yerba mate canchada – y no a la elaborada – para generar alarma sobre el contenido de los paquetes que se comercializan en las góndolas.

 

Cualquier comunicador más o menos avezado sabe que la yerba mate es un alimento y que, como tal, forma parte del Código Alimentario Argentino. Allí se detallan las características de los distintos tipos de yerba mate (con palo, despalada, compuesta) y se determinan los porcentajes de hoja de yerba mate y palo que son permanentemente controlados; entre otros, por la ANMAT. Por ejemplo, la “yerba mate elaborada con palo” puede contener hasta un 35 % de palo; el resto debe ser hoja de yerba mate o polvo de hoja de yerba mate.

 

Hasta donde se conoce, el INYM no tiene facultades para modificar arbitrariamente el Código Alimentario; donde sí tiene competencia es en la materia prima. Con esa atribución emitió la Resolución 379/2020 y estableció un Régimen de Control de Calidad de la Materia Prima de Yerba Mate para que toda la yerba mate canchada, nacional o importada, pueda ser sometida a pruebas de laboratorio.  La medida apuntó fundamentalmente a la yerba canchada de Paraguay y Brasil que este año comenzó a ingresar en mayor volumen y que deberá aprobar los análisis del INYM antes de ser molida y envasada. El articulado del nuevo régimen de control también indica que los secaderos tienen la obligación de presentar una declaración jurada del volumen de palos de descarte que dejan tras el proceso de secanza.

 

Durante el 2019 el mercado argentino consumió alrededor de 270 millones de kilos de yerba mate elaborada y las proyecciones actuales refieren que este año la cifra será similar, a pesar de la pandemia. Si se añaden los casi 40 millones de exportación, estamos en presencia de una actividad que mueve miles de millones de pesos. No es descabellado suponer que alguno de sus actores pudo sentirse afectado por las medidas de control que se comenzaron a tomar sobre la yerba canchada importada y también sobre los palos que se descartan en la secanza.

 

Llegados a este punto asoman muchas dudas acerca de por qué la mencionada resolución del instituto yerbatero tuvo tanta repercusión en la agenda de poderosos medios porteños; más aún cuando quedó claro que la misma no tiene relación con los paquetes de yerba mate que se consumen diariamente. ¿Fue solamente una mala praxis periodística, hubo un error de interpretación o fue un pase de facturas y un tiro por elevación que tuvo como blanco a quienes se atrevieron a sacudir la modorra del status quo normativo anterior?.  El interrogante, por ahora, permanece abierto.

 

 

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