Falleció un hombre que vivía solo en Puerto Iguazú y a las pocas horas un grupo de personas usurpó el terreno

El sábado encontraron el cuerpo sin vida de Alberto Guzmán, como el hombre vivía solo, sus propios vecinos usurparon el terreno, lo dividieron en pequeñas parcelas y los venden sin demasiadas precauciones. Una moto o “un buen celu” pueden servir de moneda de pago.

 

El pasado sábado tras la denuncia de los vecinos de la calle Los Jazmines del barrio Santa Rosa, efectivos policiales hallaron muerto a Alberto Guzmán (67), quien según los primeros análisis, habría fallecido de muerte natural varios días antes. Pocos minutos después que se llevaron el cuerpo del hombre, al que no se le conocían parientes, una familia ocupó la casa, pero fue rápidamente desalojada por un grupo de unas 20 personas organizadas que “lotearon” la tierra en parcelas de unos 30 metros cuadrados y ofrecen cada una por 15 mil o 40 mil pesos, de acuerdo a la cara del cliente. Una moto o un celular también pueden entrar en la operatoria.

 

Los usurpadores reconocen que no tienen problemas de vivienda, que lo de ellos es un “negocio inmobiliario”. Sin pelos en la lengua, advierten a los potenciales compradores que no tienen papeles de ningún tipo, pero para tranquilizarlos les aseguran que no son terrenos privados y nadie aparecería a reclamarlos. Advierten a sus clientes que, al menos durante algún tiempo, deberán mantener una guardia dentro del lote para evitar el ingreso de nuevos intrusos.

 

 

El negocio se hace “in situ”, el cliente elige la parcela que más le guste entre las que quedan disponibles y comienza la negociación del precio. Dependiendo del tamaño y la ubicación del lote y de la cara del cliente, precio puede variar entre los 40 y los 15 mil pesos. Si el cliente llegó en moto o porta un teléfono móvil que sea del agrado de los usurpadores, puede entrar en la operación como parte de pago.

 

Según el relato de los vecinos, los usurpadores son del mismo barrio que, enterados de la noticia del fallecimiento de Guzmán, ingresaron al lugar.

 

El usurpador usurpado

 

Damián Gómez fue el primero en ocupar la casa del fallecido Guzmán. Reconoció en comunicación con Radio Yguazú que fue uno de los primeros que ocupó el lugar: “yo me metí en el terreno porque sabía que iba a pasar esto, que se iban a meter todos. Yo dije ‘me meto hasta que venga alguien con papeles o legales viste’… y sabía que se iban a meter todos y para preservar la naturaleza que él tenía, los árboles todo eso. Era un lugar muy lindo. Y sí, reconozco mi error de que me fui y me metí en una situación que todavía no habían enterrado el cuerpo”.

 

El domingo por la tarde, efectivos policiales se acercaron al lugar y constataron la ocupación del inmueble por parte de una familia, quien manifestó que solamente la estaba cuidando “hasta que alguien se haga responsable”. Más tarde, después que los efectivos abandonaron el lugar, Gómez relató que un grupo de personas ingresó a ocupar el lugar y temiendo por la seguridad de su familia regresó a su casa. “A la noche vinieron [una] cantidad de personas, con machete, todo e invadieron. Yo para no poner en riesgo mi vida y la de mi familia decidí abandonar y bueno, después que se arreglen” explicó.

 

Los nuevos ocupantes cortaron y quemaron los árboles del terreno, limpiaron la maleza y se dividieron en pequeñas partes irregulares, de aproximadamente 30 metros cuadrados. Alertados por el humo y por ser cercanos a Alberto, los vecinos denunciaron la situación, sin embargo desde la Municipalidad afirmaron que “no se puede hacer nada” por los terrenos ocupados pertenecen a la Provincia.

 

Situación previa a la ocupación masiva

 

Alberto Guzmán tenía 67 años, vivía solo y se dedicaba a la compostura de zapatos. No tenía familiares y los vecinos lo consideraban un ermitaño debido a que no recibía visitas y tenía costumbres naturalistas, lo que lo llevó a tener la zona donde vivía como una reserva natural con gran cantidad de árboles y plantas de distintos tipos. Hablaba varios idiomas y llevaba una dieta compuesta solamente de alimentos naturales.

 

Según el relato de uno de sus vecinos, los últimos días, Guzmán empezó a practicar un ayuno que lo dejó muy debilitado. El sábado pasado, después de varios días de no verlo, los vecinos se comunicaron con la policía quienes acudiendo al lugar constataron que el hombre estaba muerto. Las primeras pericias determinaron que el fallecimiento se dio por causas naturales.

 

Una promesa que no pudo cumplirse

 

Otra de las aristas del tema tiene que ver, con que, según los vecinos Alberto, unos días antes de perder la vida le había dicho a la familia de Milagros, una adolescente que vive en la misma cuadra que el fallecido, y quien padece osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como «Huesos de cristal», que la impide movilizarse por sus propios medios, que ese terreno era para ellos, si a él “le pasaba algo”.

 

Pero no tuvieron tiempo de hacerse cargo del lugar porque varias personas. Ante la versión de los vecinos, quién dio su palabra fue Elida Maidana Presidenta del Barrio Santa Rosa, quién comentó que la familia de la niña, “tomó con pinza” lo que había dicho Alberto, no se ilusionaron con el lugar por el hecho de que no había nada escrito, y era “solo de palabra”.

 

Cabe destacar que el terreno se encuentra en la costa del Río Paraná y tiene una extensión aproximada de una hectárea, son tierras que pertenecen al gobierno provincial y sobre las cuales el difunto no poseía permiso de ocupación.

 

Situación catastral de Puerto Iguazú

 

El conflicto por la tierra es recurrente en la ciudad de las cataratas debido a que es una ciudad que ha mantenido un ritmo de crecimiento poblacional elevadamente superior al de los proyectos urbanísticos. Gran parte de la superficie del municipio se encuentra en manos del Estado en diferentes estamentos, desde municipales, provinciales como este caso, como así también nacionales como lo es Parque Nacional Iguazú, fuerzas de defensa y seguridad como los terrenos del Ejército y de Gendarmería. Además posee Territorios Indígenas, Cuenta con muchos barrios sin regularizar, especialmente en la zona costera, lo que limita inclusive el acceso a los servicios básicos de las familias que en ella viven.

 

*Por corresponsalía de Puerto Iguazú 

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