Diabetes: ¿Cómo podemos prevenirla o sobrellevarla de la mejor manera?

Desde el año 1991, el 14 de noviembre tiene lugar el Día Mundial de la Diabetes para generar conciencia sobre las causas, los síntomas, la prevención y el tratamiento de esta grave afección que se encuentra en constante aumento en todo el mundo.

 

Según datos de la OMS, se espera que el número de diabéticos aumente a 522 millones de personas para el año 2030, una enfermedad tratable que tiene algunas raíces hereditarias y otras prevenibles, provocadas, en gran medida, por dietas poco sanas, falta de actividad física y dificultades en el acceso a los servicios de salud y medicamentos. En este sentido, se estima que el 75 % de las personas afectadas vive en países de ingresos bajos y medianos.

 

“La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina (hormona que regula el azúcar en la sangre) o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre) que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

 

Además, la profesional agrega que, si no se controla adecuadamente, la diabetes también puede causar otras complicaciones como, por ejemplo, ceguera producida por retinopatía diabética, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o la amputación de los miembros inferiores, debido a la neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo.

 

Tipos de diabetes y causas

 

Siguiendo a la Dra. El Haj, existen diferentes tipos de diabetes. La diabetes de tipo 1, también llamada insulinodependiente, juvenil o de la infancia, se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Algunos de sus síntomas son: producción excesiva de orina, presencia de sed con aumento de la ingesta de líquidos, hambre constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.

 

Por otro lado, la diabetes de tipo 2, no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta, tiene que ver con una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe, en gran medida, al peso corporal excesivo y a la falta de actividad física. Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero se presentan con menor intensidad.

 

Por último, la diabetes gestacional se caracteriza por la hiperglucemia que aparece durante el embarazo y alcanza valores que, a pesar de ser superiores a los normales, son inferiores a los establecidos para diagnosticar esta enfermedad.

 

Con respecto a las causas, la profesional de OSPEDYC señala que hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. Algunos de ellos son: tener más de 45 años, contar con antecedentes familiares de la enfermedad, presentar sobrepeso u obesidad, tener hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares, el colesterol elevado, así como también haber tenido diabetes gestacional.

 

Tratamiento y prevención

 

“La detección precoz y el acceso a los servicios de salud son cruciales para la prevención y el tratamiento. Además, se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o por lo menos retrasar su aparición”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC. Según la profesional, algunas medidas que podemos adoptar para evitar esta enfermedad y sus complicaciones son:

 

Alcanzar y mantener un peso corporal saludable

 

Mantenerse activo físicamente: se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.

 

Consumir una dieta saludable, evitando el azúcar y las grasas saturadas

 

Evitar el consumo de tabaco, ya que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares

 

La profesional nos explica que, una vez que la enfermedad ya fue diagnosticada, es necesario realizar un tratamiento cuanto antes y seguir hábitos saludables que incluyan una dieta sana y actividad física, además de respetar una serie de controles y cuidados indicados por el profesional médico.

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