Análisis semanal: El giro a la ortodoxia de Alberto Fernández y Misiones un paso más cerca de un logro histórico

Después del conteo de votos más largo del que se tenga memoria, se confirmó que el demócrata Joe Biden será el nuevo presidente de Estados Unidos. Las elecciones fueron seguidas con pasión futbolera desde Argentina, más por las reacciones de distinto tenor que despierta la figura del inverosímil Donald Trump que por el efecto que pudiera tener de este lado del mundo el recambio presidencial en la mayor potencia mundial.

 

Lo ajustado de la victoria dejará al nuevo presidente ante un escenario de paridad en el Legislativo y con una Corte Suprema ultra conservadora, recientemente renovada a la medida de Donald Trump. Un escenario ante el cual sería ilógico esperar transformaciones importantes en el país del norte, cuyos efectos puedan sentirse al sur del Ecuador.

 

Por otra parte, los problemas más relevantes de Argentina son de índole interna y demandan soluciones que solo pueden producirse fronteras adentro. Y lo que deja ver el Gobierno nacional, es un cambio de rumbo que le rindió dividendos inmediatos pero cuyos resultados a plazos más extensos todavía es una incógnita.

 

Sin declaraciones rimbombantes, más bien en sotto voce, el Gobierno nacional fue hilvanando medidas económicas y gestos políticos coherentes con un giro a la ortodoxia. El mercado respondió bien, el dólar en sus cotizaciones paralelas siguió bajando y las acciones de empresas argentinas aumentaron. Pero no todas son rosas, de la vereda del progresismo advierten que el renovado interés del Gobierno por moderar el gasto fiscal podría abortar el embrionario proceso de reactivación de la economía.

 

Después de casi dos meses de intentar infructuosamente domar al dólar con el garrote de la heterodoxia, el Gobierno nacional comenzó hace al menos 10 días a enviar señales cada vez más claras de un cambio de rumbo que, al menos en un principio, le valió buenos resultados.

 

Al tratarse de medidas que no cuadran con el relato oficial, no fueron muy difundidas ni demasiado explicadas, pero todo indica que el mensaje llegó a quienes tenía que llegar.

 

En cuestión de semanas se pasó de aumentar las restricciones a las operaciones de dólar contado con liquidación, a una mayor liberación de ese mercado.

 

Del desinterés expresado en declaraciones públicas por controlar la emisión monetaria –el ministro de Economía Martín Guzmán se cansó de repetir que ningún en recesión se había recuperado bajando su déficit- se pasó a decisiones concretas que van en sentido contrario: aumentó las tasas de interés, detuvo el crecimiento de la oferta monetaria, prometió no financiarse con anticipos temporales del Banco Central hasta fin de año. Incluso barajó la posibilidad de financiar déficit con deuda para “enfriar la maquinita”.

 

Además avanzó en medidas para controlar el gasto, como recortar la cantidad de beneficiados de los programas IFE, que lo pasarían a cobrar solamente los sectores más necesitados, y ATP, que se reduciría exclusivamente a los sectores más perjudicados por la pandemia.

 

Pero el giro a la ortodoxia del gobierno de Alberto no se reduce solo a medidas de la economía. El expeditivo desalojo en Guernica y el desaire que sufrió el dirigente Juan Grabois –que vino a ocupar el lugar de Luis D’Elía en el imaginario de la centro derecha- en la novela familiar de los Etchvehere, resultaron para los mercados señales tal vez más importantes que las medidas instrumentadas en el plano de la economía.

 

El manto de olvido que se extendió sobre el proyecto de “impuesto a la riqueza” y la creciente predisposición de Guzmán de sentarse a dialogar con el empresariado, incluso con figuras demonizadas desde el kirchnerismo, terminan de darle forma al combo market friendly.

 

Durante la semana, el ministro de Economía visitó la una planta de Toyota, recibió a la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) con su presidente, Jaime Campos, acompañado de figuras como Paolo Rocca, Alfredo Coto y Héctor Magnetto, entre otros. Después hizo lo propio con el Consejo Agroindustrial que integran todos los sectores productivos del campo menos la Sociedad Rural Argentina.

 

Resultados positivos e incertidumbre

 

El giro a la ortodoxia rindió buenos frutos, durante la semana el dólar blue bajó 12 pesos y acumula una merma de 38 pesos desde el récord de 195 pesos del 23 de octubre.

 

La brecha se redujo a pasos agigantados. El dólar bolsa cotiza prácticamente a los mismos valores que el solidario, ambos a 139 pesos, y el contado con liquidación se ubica menos de 5% por encima de esa cifra.

 

Las acciones argentinas que cotizan en Wall Street tuvieron su mejor semana del año con subas que llegaron a 24 puntos.

 

Sin embargo, desde la vereda progresista advierten que las medidas que ya tomó el Gobierno nacional y las que está perfilando se parecen bastante a un ajuste y reconocen que si las hubiera tomado una administración de otro color político hubiera despertado más críticas.

 

El desafío para el Gobierno será sostener la incipiente reactivación que muestra la actividad económica, que todavía no alcanza a todos los sectores, al mismo tiempo que recorta el gasto. Es ese sentido habrá que seguir de cerca como se traducen los recortes a la IFE y el ATP en los niveles  consumo del mercado interno.

 

Recuerdan que las políticas de austeridad fiscal aplicadas a economías en decadencia, generalmente derivan en una espiralización de la recesión.

 

A poco de iniciar las gestiones ante en el FMI para renegociar el pago del préstamo extraordinario de campaña que el organismo de crédito le otorgó al Gobierno de Mauricio Macri para favorecer su proyecto de reelección, entre los economistas cercanos al Frente de Todos comienza a plantearse la posibilidad de que las negociaciones incluyan más dólares frescos para que Argentina pueda financiar su salida de la crisis sin caer en un festival de impresión de billetes.

 

La próxima tarea para Guzmán será diseñar su preanunciado plan plurianual que contendrá la “hoja de ruta” que viene reclamando el FMI. De mínima se espera una estructura de compromisos fiscales y objetivos de producción a partir de los cuales se pueda avanzar en un acuerdo con los distintos actores de la economía.

 

¿El fin de la pandemia?

 

El presidente Alberto Fernández confía que antes de fin de año podrá comenzar a aplicarse en país la vacuna rusa contra el coronavirus y que durante el primer trimestre del año próximo se sumen dosis de la vacuna desarrollada por la universidad de Oxford.

 

 A través de distintos contratos, Argentina se aseguró la provisión de 25 millones de dosis de la Sputnik V y 22 millones de la AZD1222 que desarrollaron en conjunto la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca.

 

El cumplimiento de ambos contratos está sujeto al resultado de los estudios clínicos de fase 3 que terminen de demostrar la efectividad de las dos vacunas.

 

Para diseñar y coordinar el megaoperativo de vacunación se creará una suerte de comando en el que participarán los ministerios de Salud de la Nación y de todas las provincias, además de autoridades de Defensa y del ministerio del Interior para atender la logística.

 

Desde Nación salieron a aclarar que la vacunación no será obligatoria y que las primeras dosis se destinaran a personal de la salud y personal de otras actividades más expuestas a riesgos de contagio y a los grupos de riesgo.

 

Misiones un paso más cerca de su objetivo mayor

 

El proyecto de Presupuesto 2021, que ya tiene media sanción de Diputados, dio un paso más hacia su aprobación: la comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado emitió dictamen y está todo listo para que baje al recinto la semana próxima.

 

Para Misiones no es un Presupuesto más porque incluye una delegación de facultades para que el Ejecutivo nacional pueda crear áreas especiales aduaneras en provincias de frontera. Se trata de un pedido especial del Gobierno de la provincia, con el respaldo de todos los sectores de la sociedad misionera, que desde hace mucho tiempo viene bregando para que en la tierra colorada impere un régimen impositivo diferenciado que potencie al comercio y a la industria local.

 

El tema ya había sido planteado por el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, y el  gobernador, Oscar Herrerea Ahuad, al presidente Alberto Fernández y al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa.

 

La voluntad de cumplir con el pedido de los misioneros estaba plasmada en la redacción del proyecto que ingresó a la comisión de Presupuesto de Diputados, que en su articulado creaba de manera efectiva un área aduanera especial en territorio misionero, pero la presión de las demás provincias fronterizas que reclamaron un beneficio similar obligó a modificar esa redacción dejando abierta la posibilidad para la creación de áreas especiales aduaneras en todas las jurisdicciones con fronteras internacionales.

 

De convertirse en ley el proyecto, no habrá necesidad de pasar por el Congreso –donde los intereses de las distintas provincias pueden colisionar- para crear un área aduanera especial, sino que el Ejecutivo estará facultado para hacerlo.

 

En ese punto, lo único que faltará para que Misiones consiga un logro histórico que mejorará sustancialmente la competitividad de su economía, es que la Nación mantenga la voluntad política que dejó expresada en la redacción original del proyecto de Presupuesto y otorgue a la provincia un régimen impositivo diferenciado.

 

Misiones nunca estuvo tan cerca de conseguir algo que viene reclamando desde los tiempos de provincialización. En términos generales, las propuestas y los planteos de la provincia nunca tuvieron tanta llegada a la Nación ni fueron tan respetados en el concierto de las provincias como ahora.

 

De hecho la historia anterior a 2003 en materia de logros para Misiones a través de gestiones de escala nacional son más bien pobres, cuando no directamente negativos, como cuando resignó parte de su coparticipación en un inexplicable acto de autoflagelación.

 

A lo sumo se aspiraba por entonces a “maguearle” a la Nación alguna obra, un puntito más de participación en algún programa o la designación de algún pariente o amigo en algún lugar de la enorme planta pública nacional.

 

Pero en los últimos 17 años se fue gestando un cambio en la forma de hacer política, en forma de relacionarse en un pie de mayor igualdad con las demás provincias y la Nación. Ese cambio que permitió llevar adelante iniciativas más ambiciosas que requieren de cuidada planificación y de capacidad de gestión para ser concretadas.

 

Gracias a esa nueva ingeniería política Misiones consiguió enhebrar hitos como la conexión a Yacyretá, redes de alta y media tensión; obras viales que volvieron más ágil y seguro el tránsito; el Parque de la Salud y proyectos de innovación como la Escuela de Robótica y de la Innovación.

 

La creación de un área aduanera especial sería el mayor de todos esos hitos. Un logro que beneficiaría a esta y a las siguientes generaciones de misioneros trayendo prosperidad a toda la población.

 

Párrafo aparte merecen las numerosas leyes sancionadas en la Legislatura, durante el período ordinario en el que la pandemia no obstaculizó el trabajo. Se ampliaron la calidad de los servicios y los derechos que garantiza la provincia, principalmente en el plano de la salud, en el que Misiones se destaca en el país.

 

Sin el Parque de la Salud, sin los servicios y la terapia que se presta y se perfecciona cada año, cientos de misioneros se morirían en Buenos Aires o gastarían fortunas millonarias para tratar sus enfermedades.

 

Reparto desigual en el transporte

 

Las empresas de transporte de larga distancia finalmente podrán volver a trabajar. Junto al turismo, es uno de los sectores que viene sufriendo con mayor crudeza los efectos del coronavirus. Pero en una primera etapa, de duración indefinida, solamente se habilitará una parte de los servicios que se prestaban antes de la pandemia.

 

Para este regreso parcial de los ómnibus, el ministerio de Transporte de la Nación fue el encargado de repartir entre todas las empresas, las pocas frecuencias que estarán disponibles. Después de varios borradores que sufrieron correcciones, hoy comenzó a circular la que sería la versión final del cronograma de servicios. Llegó con la confirmación de un rumor que ya venía circulando desde hace algunos meses en el sector: la empresa que era la favorita del macrismo, también goza de una relación fluida con el actual Gobierno nacional.

 

Se trata del grupo Vía Bariloche, que a través de una de sus subsidiarias, la empresa Tigre Iguazú, se quedó con la mayoría de las frecuencias que llegan a Misiones en un reparto que discrecional que no respeta la proporción de servicios autorizados que tiene cada empresa, ni algún otro criterio lógico.

 

Del total de 21 frecuencias semanales autorizadas con destino a Misiones, Tigre Iguazú se quedó con 11, Expreso Singer con 4, Rio Uruguay con 3, Crucero del Norte 2 y –otro dato sorpresivo- la empresa Tramat, que no tiene ningún servicio regular desde Misiones, 1 servicio.

 

Pero si el análisis se concentra solamente en el destino Puerto Iguazú, el más rentable en Misiones, Tigre Iguazú se quedó con 10 de los 14 servicios semanales autorizados, lo que convierte a la ruta en un virtual monopolio para esa empresa.

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