Día Internacional de las Bibliotecas: 1992 y la Biblioteca Nacional de Sarajevo

Hoy, como cada 24 de octubre, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de las Bibliotecas, cuyo origen no es para nada alegre.

 

Una biblioteca puede definirse, desde un punto de vista estrictamente etimológico, como el lugar donde se guardan libros. Sin embargo, en la actualidad esta concepción se ha visto superada para pasar a referirse tanto a las colecciones bibliográficas y audiovisuales1 como a las instituciones que las crean y las ponen en servicio para satisfacer las necesidades de los usuarios.

 

La biblioteca es un espacio donde se preserva y se mantiene un registro cultural del pasado y del presente

 

Desde el año 1997, cada 24 de octubre se celebra en varios países el Día Internacional de las Bibliotecas. Una efeméride que busca resaltar la importancia que tiene este tipo de edificaciones para la historia humana como resguardo de su cultura, de sus escritos, de sus creencias. Lastimosamente, la historia de este día comenzó entre las cenizas y la perdida de cientos de miles de textos únicos.

 

La historia del Día Internacional de las Bibliotecas

 

En 1992, la Biblioteca Nacional de Sarajevo quedó totalmente en ruinas debido al conflicto bélico de los Balcanes. El incendio de 1992 destruyó centenares de miles de libros,  volúmenes que incluían incunables, archivos de importancia histórica nacional, rarezas bibliográficas y manuscritos austrohúngaros y otomanos.

 

Varios miles de volúmenes pudieron ser salvados en los primeros momentos del incendio, cuando los empleados de la biblioteca, arriesgando sus vidas, comenzaron a arrojar libros y documentos por las ventanas.

 

El memoricidio de Sarajevo | Babelia | EL PAÍS

 

Pero, ¿por qué atacar una biblioteca? Más allá de que a lo largo de la historia, muchos tiranos como Hitler, viesen en los libros una fuente de franca oposición y los mandasen a quemar en grandes hogueras; la realidad, según dicen, es que lo que detonó la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo, fue su arquitectura que incorporaba elementos de tradición árabe y oriental, recordando a todos los que pasaban por delante de ella que ya no formaban parte del Imperio Otomano (Turco).

 

Para los nacionalistas radicales que querían volver a fundar el imperio persa, aquella edificación y muchas otras de estilo oriental, resultaban ser un insulto a sus creencias, por esta razón decidieron destruirlos completamente.

 

A pesar de que irónicamente muchos de estos hombres eran fieles visitantes de la biblioteca, es más, el hombre que dio la orden para su destrucción era profesor de literatura de la Universidad de Sarajevo y amaba los poemas de Shakespeare.

 

Hay un dato especialmente siniestro de aquel bombardeo. Y es que muchas fuentes señal que el hombre que ordenó disparar los proyectiles incendiarios, había sido un usuario habitual de la biblioteca. Un profesor universitario, especializado en la obra de Shakespeare. Un hombre de una exquisita formación cultural y poética que encandilaba a sus alumnos de la universidad de Sarajevo. Nikola Koljevic (Banja Luka, 1936-Belgrado, 1997).

 

Al producirse la implosión de Yugoslavia, el profesor Koljevic, se convirtió en el número dos de la formación ultranacionalista serbia que dirigía Radovan Karadzic, un psiquiatra de Sarajevo (nacido en Montenegro) que también amaba los versos y acabó ordenando masacres.

 

En 1992, Koljevic se convirtió en el intelectual de la fracción serbia que alentaba el cerco militar de la ciudad para forzar su rendición. Amaba la literatura, pero amaba aún más la idealización de la Gran Serbia. Proyectada en la pantalla del fanatismo, la Gran Serbia era incompatible con la ‘impureza’ de Sarajevo, donde los bosnios musulmanes y los croatas católicos eran mayoría. El estilo oriental de la biblioteca, una concesión ecléctica del Imperio Austro-Húngaro, era una manifestación evidente de esa “impureza”. Dispararon bombas de fósforo para extirparla.

 

Al acabar la guerra, Koljevic se entregó a la bebida y acabó suicidándose en 1997, en Belgrado. Karadzic se escondió y no fue detenido hasta el 2008. Desde entonces, tras ocho años de juicio, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) le condenó, el 24 de marzo de 2016, a 40 años de cárcel como máximo responsable del genocidio de Srebrenica y el sitio de Sarajevo. La condena fue elevada a cadena perpetua el 20 de marzo de 2019.

 

Memoricidio, ¿Qué es y por qué guarda relación con esta festividad?

 

El memoricidio es la palabra que se utiliza para describir la destrucción del acervo cultural de un pueblo. El médico e historiador croata Mirko D. Grmek, utilizó por primera vez este término en un discurso que diera ante las Naciones Unidas, dando origen no solo a la palabra sino al propósito de este organismo de evitar a toda costa que este tipo de crímenes de guerra siguiesen ocurriendo en el mundo.

 

En el marco del Día Intenracional de las Bibliotecas, la imagen que quedó grabada en la mente del mundo fue la del músico Vedran Smailovic, tocando su violonchelo entre los escombros del hermoso edificio, que también había realizado la función de Casa de Gobierno en el siglo XIX.

 

En 1992 el músico Vedran Smailovi? tocó su violonchelo entre los escombros de la biblioteca de Sarajevo
En 1992, el músico Vedran Smailovic tocó su violonchelo entre los escombros de la biblioteca de Sarajevo.

 

Fuente: diainternacionalde.com / lavanguardia.com

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