Día del Trabajador de Seguros: ¿Qué pasaba un 21 de octubre de 1811?

Cada 21 de octubre se celebra en Argentina el Día del Trabajador de Seguros, recordando una iniciativa de Bernardino Rivadavia.

 

Esta fecha se estableció a raíz de una iniciativa de la Superintendencia de Seguros de la Nación. El objetivo era que se conmemore la primera iniciativa gubernamental, atribuida a Bernardino Rivadavia, de crear un Banco de Descuentos y una Compañía de Seguros Marítimos que, aunque no llegó a materializarse, se concretó el 21 de octubre de 1811 en una nota dirigida por el Primer Triunvirato al Tribunal del Consulado.

 

Esta fecha fue establecida bajo el Decreto Nº 24.203, y está rodeada de cierta controversia respecto al protagonista de los hechos.  Si bien el proyecto se asoció a Rivadavia, por entonces secretario del Primer Triunvirato, muchos historiadores consideran que Manuel Belgrano fue el cerebro de esta propuesta.

Por ello, desde 1944, cada 21 de octubre se celebra en el país la labor de estos profesionales que ofrecen alternativas para proteger diversos aspectos de la vida y el patrimonio de las personas.

 

Otra efeméride relacionada con el trabajador de seguros, es el Día Internacional del Productor Asesor de Seguros, que tiene lugar cada 28 de septiembre en reconocimiento a aquellos que asesoran familias y empresas, creando conciencia aseguradora.

 

Seguro de vida colectivo. Obligaciones laborales - Ley de contrato de trabajo | AVAL Asesores de Seguros
21 de octubre: Día del Trabajador de Seguros

 

Trabajador de Seguros: Un poco de historia

 

En el marco de celebración del Día del Trabajador de Seguros, conocé un poco más sobre la historia que llevó al origen de esta profesión.

 

La historia del Seguro se remonta a las antiguas civilizaciones de donde se utilizaban prácticas que constituyeron los inicios de nuestro actual sistema de Seguros. Probablemente las formas más antiguas de Seguros fueron iniciadas por los babilonios y los Hindúes. Estos primeros contratos eran conocidos bajo el nombre de Contratos a la Gruesa y se efectuaban, esencialmente, entre los banqueros y los propietarios de los barcos. Con frecuencia, el dueño de un barco tomaría prestados los fondos necesarios para comprar carga y financiar un viaje.

 

El contrato de Préstamos a la Gruesa especificaba que si el barco o carga se perdía durante el viaje, el préstamo se entendería como cancelado. Naturalmente, el costo de este contrato era muy elevado; sin embargo, si el banquero financiaba a propietarios cuyas perdidas resultaban mayores que las esperadas, este podía perder dinero.

 

Los vestigios del Seguro de Vida se encuentran en antiguas civilizaciones, tal como Roma, donde era acostumbrado por las asociaciones religiosas, colectar y distribuir fondos entre sus miembros en caso de muerte de uno de ellos.

 

Con el crecimiento del comercio durante la Edad Media tanto en Europa como en el Cercano Oriente, se hizo necesario garantizar la solvencia financiera en caso que ocurriese un desastre de navegación. Eventualmente, Inglaterra resultó ser el centro marítimo del mundo, y Londres vino a ser la capital aseguradora para casco y carga.

 

El Seguro de Incendio surgió más tarde en el siglo XVII, después que un incendio destruyó la mayor parte de Londres.

 

Después de ese suceso se formularon muchos planes, pero la mayoría fracasaron nuevamente debido a que no constituían reservas adecuadas para enfrentar las pérdidas subsecuentes de las importantes conflagraciones que ocurrieron.

 

Las sociedades con objeto asegurador aparecieron alrededor de 1.720, y en las etapas iniciales los especuladores y promotores ocasionaron el fracaso financiero de la mayoría de estas nuevas sociedades.

 

Eventualmente las repercusiones fueron tan serias, que el Parlamento restringió las licencias de tal manera que sólo hubo dos compañías autorizadas. Estas aún son importantes compañías de Seguros en Inglaterra como la Lloyd’s de Londres.

 

En la cafetería Lloyd’s se subastaban barcos y se reunían capitanes navieros a compartir historias. Si alguien quería asegurar un barco, ese era el lugar indicado: el contrato era redactado y el asegurador firmaba debajo (de ahí el término «subscriptor»). Pronto, era difícil distinguir el límite entre las apuestas y los contratos formales de seguros que se hacían en el café Lloyd’s.

 

Ocho décadas después de que Lloyd estableció su cafetería, un grupo de aseguradores que se la pasaban ahí formaron la Sociedad de Lloyd’s. Así, Lloyd’s de Londres pasó a ser uno de los nombres más famosos en la industria de seguros.

 

Café Lloyd's
La cafetería de Lloyd, los orígenes del trabajador de seguros.

 

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