Las diferencias de impacto por COVID-19 genera una “brecha de género” en la calidad de vida y bienestar emocional entre hombres y mujeres, según estudio de la Universidad Siglo 21

El Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21 realizó un informe cuyos principales resultados arrojaron que ante el contexto inédito de pandemia y crisis sanitaria que provoca el virus COVID-19, la salud socioemocional de las personas siente de cerca los efectos secundarios de este fenómeno. Familia y trabajo, Estrés y Agotamiento emocional, Ocio y posibilidades de Desconexión laboral, Sintomatología Emocional y Salud Mental, fueron los aspectos analizados donde se expone una “brecha de género” entre las diferencias de impacto de crisis por coronavirus, relacionadas a la edad en varones y mujeres.

 

Entre las principales conclusiones de la encuesta realizada, en el informe señalan que existe una brecha de género en calidad de vida y bienestar emocional:

→     En términos generales, se observa que las mujeres presentan mayores tensiones en el balance Familia-Trabajo, mayores niveles de estrés y agotamiento emocional. Esto deriva en más problemas para relajarse y recuperarse luego de una jornada laboral.

→     El 21% de las mujeres manifestó que le falta energía para realizar actividades de ocio producto de su trabajo mientras que en los hombres este porcentaje fue del 15,3%.

→     El 20% de las mujeres manifestó que nunca o casi nuncase toman el tiempo para hacer actividades que las distraigan, mientras que en los hombres este porcentaje es un 6% menor.

→     El 32% de las mujeres manifestó tener dificultades para dormir, entendidas también como dificultades para quedarse dormidas o al revés, haber dormido demasiado, mientras que en los hombres ese porcentaje sólo llega al 20%.

→     En este informe no se encontraron diferencias significativas entre el rango etario de los encuestados ni al comparar las diferentes ciudades evaluadas respecto a la brecha de género en las dimensiones relacionadas al bienestar emocional y la salud de los argentinos evaluados, en situación de crisis COVID-19

 

El informe fue realizado en base a una encuesta telefónica realizada entre mayo y junio de 2020, a un número de 1050 personas, entre hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años de edad, y residentes de las siguientes ciudades argentinas: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes, Mendoza, Rosario y San Miguel de Tucumán.

 

«Ante el contexto inédito de pandemia y crisis sanitaria que provoca el virus COVID-19, la salud socioemocional de las personas siente de cerca los efectos secundarios de este fenómeno y ya ha planteado un cambio radical en nuestras costumbres y rutinas: en la división de la vida laboral y el balance con la vida privada, en la manera de organizar el trabajo y ahora también, el teletrabajo. Al respecto, cabe preguntarse: ¿existe brecha de género en la forma en la que hombres y mujeres sobrellevan este contexto?», fue el disparador del estudio.

 

Tal como señala el World Economic Forum, la paridad de género tiene una influencia fundamental en la prosperidad de las economías y las sociedades. Sin embargo, las diferencias entre varones y mujeres, cuando se trata de factores que benefician a unos por sobre otros, respecto a las oportunidades de acceso y control de recursos, son consideradas como brecha de género (Gender Gap) y generan un sinfín de inconvenientes.

 

Por, sobre todo, la brecha de género permite visibilizar la existencia de desigualdades en múltiples dimensiones: acceso a oportunidades, derechos, educación, en el ámbito laboral.  Dentro de estas dimensiones, la menos explorada es la brecha de género en salud y sobre todo en salud mental y emocional.

 

“En tal sentido, con este informe se busca colaborar con evidencia científica para encontrar las mejores herramientas que faciliten el bienestar social, es decir, el bienestar que surge cuando existe paridad de género”, explicaron desde el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21.

 

La nueva investigación realizada permite, por un lado, evaluar los efectos psicosociales de esta crisis sanitaria (léase confinamiento, aislamiento y distancia social, necesidad de regular el teletrabajo) y a su vez, examinar si existen diferencias según el sexo o rangos etario de la muestra.

 

Teletrabajo

Balance Familia-Trabajo

El balance Familia-Trabajo hace referencia a “una forma de relación de rol en el que las presiones laborales y las presiones familiares son mutuamente compatibles o presentan conflictos en algún aspecto”. Como dato central, producto de comparaciones y estudios sobre las respuestas más frecuentes y promedios, en este segmento se encontró que en la muestra de mujeres todos los ítems presentaron valores superiores a los de varones, respecto del balance o el técnicamente llamado “conflicto” familia-trabajo (Ver tabla 1).

Es así como, por ejemplo, en el ítem “me falta energía para realizar actividades de ocio con mi pareja debido a mi trabajo” el 20,7% de las mujeres se manifestó de acuerdo o totalmente de acuerdo, mientras que en los hombres ese porcentaje sólo llegó al 15,3%. Por su parte, el 14,1% de las mujeres se manifestó de acuerdo con la afirmación “los problemas con mi pareja afectan mi rendimiento laboral”, mientras que en los hombres este porcentaje fue del 10,4%.

Tabla 1. Dificultades para balancear el trabajo y la familia en situación de crisis Covid.

 

Estrés y agotamiento emocional

Otro factor evaluado, dentro de las diferencias entre varones entre varones y mujeres, es el estrés percibido y los niveles de agotamiento emocional durante la situación de cuarentena. A lo largo de todos los ítems contemplados, todos los valores son más altos en mujeres que en varones. Respecto a la brecha de género en términos del desgaste emocional relacionado a la situación de pandemia por coronavirus, el estudio nos permite ver una tendencia sistemática de puntajes superiores para las mujeres en todo lo referido al agotamiento.

 

Es así como el 31,6% de las mujeres manifestó que “con frecuencia o siempre” se encuentra agotada al final de jornada laboral, y en los hombres este porcentaje llega al 25,3%. A su vez, el porcentaje de mujeres que “frecuentemente o siempre” le resulta difícil relajarse después de un día de trabajo es el 28,1%, mientras que en los hombres este porcentaje es casi un 6% menos que en las mujeres. La misma tendencia se puede observar en todos los ítems de la Tabla 2.

Tabla 2. Estrés y agotamiento emocional en situación de crisis Covid.

 

Ocio y desconexión del trabajo

Realizar actividades de ocio se asocia a un mejor funcionamiento psicológico. La evidencia científica respalda la noción de que las personas que hacen mayores actividades de ocio y recreación, tras su jornada laboral, al día siguiente muestran mayores niveles de motivación y proactividad en su trabajo.

 

Luego de años de investigaciones, se observó que no es la actividad en sí misma la que ayuda a la persona a recuperarse de una situación de estrés, sino que es el proceso psicológico individual que subyace. Es decir, no es suficiente con tener tiempo para el ocio, sino que debe existir un proceso eficiente de desconexión emocional, para lograr una adecuada recuperación energética (capacidad de esfuerzo).

 

Al analizar los resultados generales de los encuestados, se encontró que las mujeres presentan niveles estadísticamente inferiores en su capacidad de desconexión emocional con respecto a los hombres (Ver Tabla 3). En número, esto implica que el 24% de las mujeres manifiesta que “nunca o casi nunca” realiza actividades después de trabajarque las ayuden a sentirse relajadas, mientras que en los hombres ese porcentaje representa al 18,1%. Por otro lado, el porcentaje de mujeres que afirma no poder distanciarse de su trabajo una vez terminada la jornada laboral es 3% superior que en los hombres.  Lo mismo sucede con los demás ítems de la Tabla 3.

Tabla 3. Ocio y desconexión en situación de crisis Covid.

 

Aspecto emocional y Salud Mental

Con el fin de evaluar la presencia de sintomatología de problemas de salud mental y emocionales, hemos tomado indicadores de depresión y ansiedad. Los resultados indican que las mujeres presentan niveles superiores de sintomatología depresiva en comparación con los varones en situación de pandemia. Por ejemplo el 14,8% de las mujeres manifiestan sentirse decaídas, deprimidas o sin esperanzas más de la mitad de los días o casi todos los días. En cambio, en los hombres este porcentaje llega a 11,7%.

 

Por su parte, los niveles de ansiedad de la muestra analizada también son superiores en las mujeres y un ejemplo de ello es que el 20,1% de las mujeres manifestó haberse preocupado demasiado por diferentes motivos, más de la mitad de los días o casi todos los días. En contraste, en los hombres este porcentaje es casi 4% más bajo (16,4). Todos estos ítems se ven reflejados en las tablas 4 y 5 a continuación:

Tabla 4. Sintomatología depresiva durante la crisis Covid.

 

Tabla 5. Síntomas de ansiedad durante la crisis Covid.

 

Impacto relacionado a la edad de hombres y mujeres

Para observar el impacto de la crisis COVID en el rango etario, hemos comparado los valores promedios de agotamiento por estrés (Ver tabla 6) y la posibilidad de desconectarse emocionalmente del trabajo (Ver tabla 7). Tal como se observa en la primera tabla, en dicha comparación de cada segmento etario se observa una leve tendencia a sufrir niveles más altos de agotamiento por estrés en mujeres, respecto a los varones, en el segmento de mayores de 51 años. Sin embargo, se trata de una diferencia poco significativa por lo que sugerimos interpretar este gráfico como que no hay diferencias sustanciales entre varones y mujeres respecto del agotamiento por estrés sufrido en situación de crisis COVID. A su vez, se puede observar que hay diferencias entre las mujeres mayores de 51 años y las más jóvenes, respecto del agotamiento experimentado en situación de crisis COVID.

Tabla 6. Niveles promedio de agotamiento según edad y sexo

 

Respecto de las posibilidades de desconexión emocional comparando diferentes grupos etarios, se puede observar (VER tabla 7) que los varones muestran valores levemente superiores en menores de 30 años y mayores de 51, respecto de las mujeres del mismo segmento. Aun así, estas diferencias no se consideran significativas.

Tabla 7. Niveles promedio de desconexión laboral según edad y sexo

 

Conclusiones

«La irrupción de la pandemia del virus COVID-19 ha planteado un cambio radical en nuestras costumbres y rutinas. El objetivo de este informe es mostrar la manera en la cual esta situación ha impactado a hombres y mujeres, para aportar con investigación científica a la equidad de género en nuestro país», indican desde la Universidad.

En esta crisis, uno de los principales factores estresantes es la fricción que se produce cuando la mayoría de las personas están trabajando desde su hogar. De esta manera surgen nuevos desafíos que debemos enfrentar como sociedad, de los cuales citamos algunos:

-La necesidad de legislar respecto de las mejores condiciones para llevar a cabo el teletrabajo.

-Las distintas formas de regular la jornada laboral para que esta tenga un principio y un fin, que permita a las personas desconectarse, distenderse de las obligaciones diarias y encontrar nuevos espacios de disfrute y salud emocional.

-La necesidad de inventar (o reinventar) nuevas maneras de conciliar la vida laboral y la vida personal o familiar.

 

Durante la situación de crisis COVID-19 las mujeres han manifestado tener mayores niveles de estrés y agotamiento emocional, y más indicadores de riesgo de depresión y ansiedad. Aún así, estos indicadores son coherentes con las dificultades y obstáculos que hemos visto evidenciados en este estudio, respecto de las diferencias de género en cuanto a posibilidades de conciliar los temas familiares con los laborales, así como mayores dificultades para desconectarse del trabajo por sobrecarga en otros roles. Las mujeres encuentran más obstáculos al momento de realizar actividades de ocio y recreación que los varones, independientemente de la edad y de la ciudad estudiada.

 

«Por último, este tipo de informes basados en la evidencia tienen como finalidad facilitar nuevas conversaciones entre distintos actores sociales en pos de la salud socioemocional de los argentinos y el desarrollo de la resiliencia comunitaria. Para ello, es fundamental acortar la brecha de género de salud entre los trabajadores argentinos», concluyeron.

 

 

Fuente: Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad del Siglo 21

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