Nutrición: bajar de peso “para el verano” es más que una simple dieta

Estamos en una época del año en la cual nuestra alimentación corre “peligro” debido a que se acerca el tan deseado verano al cual queremos llegar delgados. Deshacernos de los kilos extras que quizás acumulamos en el invierno pasado es un tema más frecuente de lo que parece, y, en muchos casos, nos vemos tentados por dietas o productos que prometen bajar cierta cantidad de kilos en pocos días o semanas. 

 

Si bien el clima nos ayuda a consumir más verduras y frutas frescas, a tomar más agua y nos motiva a realizar actividad física al aire libre, lo cual son aspectos que debemos destacar y cuidar, también es cierto que nos cuesta lograr un cambio de hábitos que no solo nos ayude a adelgazar, sino, a estar más saludables.

 

Cuando ponemos en marcha un plan de descenso de peso muchas veces nos encontramos con un gran número de cambios que debemos realizar en nuestra cotidianidad, lo cual resulta un tanto difícil, ya que, si queremos hacerlos todos juntos de repente nos cuesta adaptarnos y mantenerlo en el tiempo. 

 

Es por ello, que lo mejor es proponernos objetivos concretos y a corto plazo, que sean “sencillos” pero realizables, de manera que podamos llevarlos a cabo e ir sumando logros semana a semana. Además, recordemos que más allá de lo estético, lo que debe importarnos es estar saludables todo el año.

 

Aquí les propongo algunos hábitos que te ayudarán en este proceso:

 

  1. Comenzar el día con alimentos: sin dudas el desayuno es una herramienta indispensable a la hora de adelgazar, ya que, desde las primeras horas del día estaremos dando nutrientes a nuestro organismo y, a su vez, un mayor gasto energético, lo cual ayuda a todas las funciones del organismo, incluido el metabolismo. Podemos optar por lácteos descremados, frutas, pan o galletitas integrales, avena o copos de cereales sin azúcar, entre otros.
  2. Aumentar el consumo de agua: lo ideal es consumir entre 8 y 10 vasos de agua por día, si bien los requerimientos varían según cada persona, todos debemos estar bien hidratados y asegurar la eliminación de desechos y para ello necesitamos agua. Podemos consumir aguas saborizadas naturales, agregando hierbas o gotitas de limón, naranja o pomelo al agua pura, lo cual resulta una ayuda para quienes les cuesta tomar agua sola.
  3. Realizar 4 comidas diarias: es fundamental controlar los períodos interdigestivos, sin dejar pasar al menos 4 horas entre una comida y la otra, siempre controlando las porciones y el tipo de alimentos a ingerir. Esto acelera levemente el metabolismo y evita ataques de ansiedad y atracones.
  4. Consumir un plato de ensalada fresca con las comidas principales (almuerzo y cena).  Esto aumentara la ingesta de fibras y hará que comamos menos cantidad de otros alimentos que sean más calóricos, además de asegurar una dosis de vitaminas y minerales. También se puede sumar 1 fruta pequeña como postre o entre comidas.
  5. Controlar la porción de los alimentos fuente de hidratos de carbono, tales como arroz, pastas en general, polenta, papas, mandioca, etc. Debemos consumir un cuarto plato de dichos alimentos en las comidas, porque el cuerpo necesita de estos nutrientes para sus funciones básicas, motivo por el cual no se los debe eliminar de la dieta, sino, simplemente, controlar la porción. 

 

Recordemos que todo cambio implica pequeños esfuerzos repetidos, con el objetivo de convertirlo en un hábito, y resulta mucho más fácil hacerlo progresivamente, pero con constancia.

 

Lic. Romina Krauss-Nutricionista

M.P.n°147

Contacto: 3765-041351

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas