Especial de Misiones Online (Cap. V): El paso de Artigas por Misiones

Como vimos a lo largo de esta producción especial que Misiones Online le dedicó a la figura de José Gervasio Artigas, el vínculo entre el Protector de los Pueblos Libres y nuestra provincia fue estrecho. Por un lado, Artigas fue el gran impulsor y un defensor acérrimo del derecho de los guaraní-misioneros para ejercer su soberanía, esto es, para gobernarse a sí mismos. Por otro lado, fue nada más y nada menos que al que “siempre llame padre”, según la definición de nuestro prócer provincial, el Comandante General Andrés Guacurarí y Artigas.

 

En forma temprana, la propuesta artiguista de encauzar al proceso revolucionario desde un plano de efectiva igualdad social y pleno ejercicio de las autonomías provinciales despertó la adhesión de los liderazgos guaraníes. El proyecto de la soberanía particular de los pueblos se consolidó en 1815, con la creación de la Liga de los Pueblos Libres bajo el protectorado de Artigas, y con la designación de Andresito, un guaraní, al mando de una provincia, la de Misiones.

 

José Gervasio Artigas en sus años finales, litografía de Mège y Willems, sobre dibujo de Willems.

 

Por ende, no es de extrañar que fuera aquí, en esta tierra, en donde Artigas pasara su última noche en el suelo de los pueblos libres. ¿Cómo llegó Artigas hasta el cerro de Santa Ana? ¿Por qué se dirigió hacia aquí? ¿Quiénes lo acompañaban en su repliegue? ¿Cómo fueron aquellos últimos días? ¿Cuándo emigró al Paraguay? Estas serán algunas de las preguntas que abordaremos en este artículo.

 

 

Derrota y repliegue

Para fines de 1819, el liderazgo de Artigas era un oxímoron. Ni su constancia ni la veneración que su persona generaba en amplios sectores sociales, en especial los populares, eran suficientes para garantizar su condición de líder de una coalición de provincias cuyo paradigma era el de la autonomía. Estanislao López, en Santa Fe, y Francisco “Pancho” Ramírez, en Entre Ríos, tenían problemas y legitimidad suficientes como para prescindir de las órdenes del Protector. Mucho más cuando Artigas no cejaba en su carácter intransigente: o Buenos Aires declaraba la guerra al Brasil o no había posibilidad de negociar con el Directorio.

 

Francisco “Pancho” Ramírez, autor anónimo.

 

Sin control sobre Montevideo y con buena parte de la campaña oriental en manos portuguesas, el ejército artiguista fue destrozado en la batalla de Tacuarembó, el 22 de enero de 1820. En aquella jornada murió Pantaleón Sotelo, el reemplazante de Guacurarí como Comandante misionero, junto a cientos de guaraníes masacrados por el enemigo (ver nota relacionada: Misiones después de Andresito). A partir de allí, todo sería derrota y repliegue.

 

 

Artigas buscó en Entre Ríos el apoyo necesario para retomar la ofensiva, algo que Ramírez no estaba en condiciones de prestar, sin poner en riesgo su propio territorio, también apetecido por el secular expansionismo lusitano. Ante el dilema, el entrerriano optó por el mal menor: desconocer la autoridad de Artigas y ratificar su propio liderazgo hacia el interior de su provincia. De inmediato inició una ofensiva contra Artigas, cuya intensidad no puede calificarse de otra manera que injustificada. El Protector sería un tozudo, un necio, un intransigente, es cierto, pero merecía otro trato. Claro, quizás desde la perspectiva de Ramírez esa opción no existía y, pragmático, actuó en consecuencia.

 

Los restos del ejército artiguista serían derrotados en varios combates de baja intensidad, pero siempre lo harían en repliegue. En Corrientes encontraron el apoyo de las poblaciones guaraníes, tan derrotadas como él, pero siempre dispuestas a salirle al paso para pedirle la bendición y ofrecerle lo poco y nada que tenían. La realidad es que los pueblos guaraníes estaban destruidos, la población dispersa y pauperizada por el saqueo y la destrucción de las campañas lusitanas, de 1817 y 1818, que tuvieron un carácter genocida inusitado.

 

El 15 de agosto las tropas entrerrianas derrotaron a Artigas en Asunción del Cambay (cerca de Curuzú Cuatiá), en una batalla en la que se destacó el teniente de Dragones guaraníes Matías Abucú (ver nota relacionada: Matías Abucú, de San Martín a Artigas). El Protector apenas pudo escapar bajo la protección de los misioneros y un reducido grupo de tropas de libertos orientales. La única alternativa era escapar a Misiones y hacia allí se dirigieron.

 

La última noche de Artigas en el suelo de los Pueblos Libres

Mientras negociaba su entrega a las autoridades paraguayas, Artigas se refugió en el cerro de Santa Ana. Allí pasaría su última noche en el suelo de los pueblos libres. Aquel espacio confederal e institucionalizado en la figura del Protector, que proponía un proyecto alternativo para la revolución al de la elite de Buenos Aires, se apagaba en un remoto campamento bajo la frondosidad del monte. La imagen de aquella noche final es la síntesis perfecta de lo que fue el artiguismo: junto a Artigas se encontraban mulatos libertos, criollos y originarios. La diversidad de la pirámide social achatada en la igualdad del sufrimiento ante la derrota y el repliegue. Los más infelices estaban allí junto a Artigas. Los de abajo, leales hasta el final.

 

Placa en el cerro de Santa Ana, en homenaje al bicentenario del paso de Artigas.

 

El 5 de septiembre de 1820 Artigas se dirigió hasta Candelaria, donde cruzó el río para exiliarse en el Paraguay. En el vecino país vivirá 30 años, hasta su muerte, en 1850. Nunca más volvería a la vida pública. Jamás manifestó deseo alguno de regresar a su tierra, ahora convertida en la República Oriental del Uruguay, un estado nacional separado del resto de las provincias rioplatense, la antítesis misma de aquello por lo que había bregado durante toda una década.

 

A continuación, compartimos el especial realizado por MTH (www.misionestienehistoria.com.ar) sobre la última noche de Artigas en el suelo de los Pueblos Libres.

 

 

Por Pablo Camogli

 

 

(*) Camogli es licenciado en historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo y magister en cultura guaraní-jesuita por la Facultad de Arte y Diseño de Oberá. Además, es autor de 8 libros sobre historia argentina para las editoriales Aguilar y Planeta y es autor de manuales escolares para editorial Kapelusz. Actualmente dirige el sitio www.misionestienehistoria.com.ar

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