EMIPA denunció un intento de desalojo sin orden judicial en perjuicio de la Comunidad Mbya Takuapi, en Ruiz de Montoya

Desde el Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (EMIPA) expresaron su preocupación por un nuevo intento de desalojo de una comunidad Mbya Guaraní. “La tranquilidad en Tekoa Takuapi se vio conmocionada el miércoles 28 de septiembre. Una persona, a la que identifican como Elena Torres, asistió acompañada de un oficial de la Comisaria de Ruiz de Montoya, y sin autorización judicial ingresaron a la Comunidad exigiendo el desalojo de un predio que sus miembros ocupan tradicionalmente”, señalaron.

 

“Un funcionario policial amenazó a los integrantes de Tekoa Takuapi, en complicidad con esta persona que pretende quedarse con un lote de ocupación ancestral en la que habita la comunidad”, indicaron en un comunicado de prensa que hicieron llegar a Misiones Online. “Vamos a pedir para que no nos van a vencer, nosotros vamos a disponer de este lugar, la tierra es nuestra, esto es nuestro”, expresaba Vidal Duarte (Opygua de Takuapi).

 

Dentro del Relevamiento Territorial -ordenado por la Ley N° 27400 (B.O. 23/11/2017)- conocida como Ley 26.160 de emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país, se reconoce el lote a la comunidad Takuapí.

 

 

El oficial en cuestión habría exigido los nombres y datos personales al representante legal de la Comunidad, Desiderio Acosta, y el de otras personas. “Se nos ordenó que desalojemos el lugar antes del viernes 2 de octubre”, expresaron miembros indígenas.  “A partir de mañana ordena a tu gente que salgan de este terreno, porque si no lo hacen vamos a venir con más personal, así que hacé lo que te dijo la señora o van a tener más problemas”, fueron las palabras con las que los habría intimidado el oficial, según el relato de los indígenas afectados.

 

Tras esa situación, explicaron que «Desiderio Acosta se presentó a la comisaría local para hacer la pertinente denuncia policial, pero se encontró con que, quien debía tomarle la denuncia era el mismo oficial que lo intimidó, quien se negó a poner en la denuncia lo que Acosta decía. Esto llevó a que el sábado 3 de octubre vuela el representante legal de la comunidad a la Policía para hacer una ampliación de la denuncia, esta vez acompañado por miembros del Aty Ñeychyrõ y del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen”, indicaron desde la organización.

 

La mencionada señora no contaría con la documentación que la acredite como supuesta titular registral del lote en cuestión, que se encuentra dentro del Relevamiento Territorial ordenado por la ley 27400, “pero a pesar de ello, ha contado con el apoyo policial sin que hubiera una sentencia judicial que lo ordenara”, denunciaron desde EMIPA.

 

La ley 27.400 en su artículo 2º dice: ”Suspéndase por el plazo de la emergencia declarada, la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos, cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras …”.

 

El conflicto y los enfrentamientos con la señora de apellido Torres continuaron este fin de semana. “En una actitud de inusitada violencia ordenó, en el día de ayer 3 de octubre, a un empleado suyo que un tractor con arado destruyera los sembrados que la Comunidad tenía en ese lote, haciendo peligrar su seguridad alimentaria para el año 2021”, agregaron desde EMIPA.  “Todo lo que hemos sembrado en este tiempo nuevo se perdió, pero volveremos a poner nuevas semillas que volverán a brotar trayéndonos la alegría. El espíritu de los niños volverá a tener coraje. Sentimos dolor por lo que nos hicieron, a mí me duele mucho”, expresó Acosta a su gente frente a los sembrados destruidos.

 

En tanto el Mburuvicha de Takuapi, Hilario Acosta, expresó: “Nosotros nos sentimos muy mal, fue un verdadero atropello, nos golpearon el cuerpo y el corazón, nos asustaron a mí y a todos. Lo que más duele es que lo que hemos sembrado ya había crecido bien, esto es lo que no queremos que pase, no queremos que entren. Hay que atajarlos. Lo que se sembró, maíz, mandioca fue preparado y pensado para los niños, que son como 60 menores de 10 años. Con la chacra sembrada los niños se alegran, por eso cada familia siembra para traer felicidad, por eso esto que pasó nos duele tanto. Este día el sentimiento que tenemos es el mismo que cuando perdemos un ser querido, nos quedamos tristes”, señaló ante el desamparo en el que se encuentran frente a la vulneración de sus derechos.

 

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