Según las pruebas PISA, en Argentina hay 4 computadoras cada 10 alumnos

Las pruebas PISA – el operativo de evaluación que compara el rendimiento escolar a nivel internacional en adolescentes de 15 años- no solo determina si estos estudiantes, cerca del final de su educación obligatoria, pueden reproducir lo que aprendieron. También examina qué tan bien pueden aplicar sus conocimientos en el mundo real y con qué herramientas cuentan mientras les enseñan.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), responsable de las pruebas educativas, acaba de presentar los datos correspondientes a un sondeo realizado entre profesores y directores de escuelas en 2018, en un cuestionario que se les planteó en paralelo a los test que se hacían a los alumnos.

 

De ahí surge que la Argentina está entre los países en los que los alumnos y alumnas tienen menos equipamiento digital en sus escuelas.

 

El déficit tecnológico que reflejan los datos de PISA se conoce en medio de la discusión por la vuelta de clases presenciales, suspendidas en marzo poco antes de que comenzara la cuarentena.

 

El informe sobre el déficit del equipcamiento digital de las escuelas en Argentina se conoce en medio de un ciclo lectivo que obligó a los docentes a seguir la educación a distancia por efecto de la pandemia de coronavirus.

 

El informe sobre el déficit del equipamiento digital de las escuelas en Argentina se conoce en medio de un ciclo lectivo que obligó a los docentes a seguir la educación a distancia por efecto de la pandemia de coronavirus.

 

En el registro de la cantidad de computadoras por alumno en la escuela, Argentina aparece en el último cuarto de la tabla. Ocupa el puesto 62, de los 79 países relevados. Según el informe, el país tiene 4 computadoras cada 10 alumnos, la mitad de la media que fue de 8. El tope del ranking lo ocupó Luxemburgo, con 16 máquinas cada 10 chicos.

 

En el informe global se les preguntó además a directores de escuela cuántas de todas las computadoras disponibles para los jóvenes de 15 años son notebooks, ya que según algunos estudios el uso de las portátiles en el aula mejoran el aprendizaje.

 

Los datos muestran que las notebooks estaban disponibles con más frecuencia en las escuelas socioeconómicamente favorecidas frente a las desfavorecidas. En el caso de nuestro país, no hubo diferencias significativas en escuelas públicas o privadas. El promedio general fue bajo.

 

«Computadoras y otros dispositivos digitales, como notebooks y tablets, son considerados importante para el proceso educativo. Sirven como herramientas pedagógicas y ayudar a preparar a los estudiantes para la economía digital actual», destaca el informe.

 

Otro punto, clave, es la posibilidad de conectarse a internet en la escuela. Ahí Argentina aparece entre los últimos 10 de la tabla. El porcentaje de máquinas conectadas fue del 64,4%.

 

El acceso a Internet es prácticamente universal en la mayoría de los sistemas educativos que participaron en PISA. Nueve de cada 10 computadoras disponibles para los jóvenes de 15 años con fines educativos en la escuela estaban conectadas a la Internet en el promedio de los países relevados. De hecho, los primeros 30 lugares del ranking tuvieron niveles de conexión superiores al 98%. Y se mostró una una clara tendencia a incrementar la conectividad.

 

Pero las escuelas con ventajas socioeconómicas tendieron a tener una mayor proporción de computadoras conectadas a Internet en comparación con las escuelas desfavorecidas, destacó el informe. Eso pasó en Argentina -al igual que en Colombia, el Líbano, México, Perú y Filipinas-, donde la brecha digital fue un 40% más grande en escuelas favorecidas que en escuelas desfavorecidas.

 

«Los resultados de las pruebas PISA muestran un déficit de conectividad crónica escolar que tiene la Argentina desde los 90. En los últimos 15 años no hubo una política seria que se ocupara de la conectividad escolar. Y eso tiene consecuencias graves hoy, durante la cuarentena. Además, tenemos diferencias territoriales que hacen que chicos en las grandes ciudades tengan buena conectividad y chicos en el interior que no. También están las diferencias de cada familia, entre las que pueden costear la banda ancha y las que solo tienen datos en el celular», subraya a Clarín Alejandro Artopoulos, director del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés.

 

Todo esto, desde su análisis, es parte de la falta de equipamiento en las escuelas que se puso en números ahora. «Incluso hay familias de clase media que pueden comprar una computadora para sus hijos pero no pensaron en invertir en eso porque la escuela nunca se los pidió», agrega. Apunta a que, por el contrario, la estrategia fue «el Estado te compra la computadora, pero, al final, eso nunca se usó«.

 

También marca, en pandemia, el déficit de capacitación docente para que los maestros y maestras puedan usar correctamente la tecnología para enseñar.

 

Fuente: Clarín

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