Reflexión del Pastor David Decena: “Cultura del Reino V- Una moral superior”

Cuando hablamos de moral nos referimos al conjunto de costumbres, valores y virtudes que dirigen una cultura determinada. Es lo que nos permite llamar a algo bueno o malo, porque nos da un patrón para ver qué es correcto. Como la cultura del Reino de Dios tiene la moral influenciada por el cielo porque nació en el corazón del Padre, es superior en todos los aspectos a la moral de este mundo.

 

En el evangelio de Juan y en una de sus cartas, pareciera que el autor no se pone de acuerdo sobre la actitud que debemos tener con el mundo:

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” Juan‬ ‭3:16‬ ‭NTV‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

“No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes” 1 Juan‬ ‭2:15‬ ‭NTV‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

 

En el primer pasaje guarda las palabras de Jesús a Nicodemo, y en el segundo está dando algo de la revelación sobre el amor que había aprendido del mismo Jesús. Pero, ¿Juan estaba hablando del mismo mundo y del mismo amor?

 

Si uno observa ambos versículos en el texto original se da cuenta que los conceptos que utiliza son los mismos. Éste es el griego kosmos, que hace referencia al mundo, y ágape, que hace referencia al amor. En el pasaje inicial nuestro contexto nos indica que Juan habla de la humanidad a la que el amor de Dios se le estaba revelando. En el segundo pasaje, está hablando de la moral del mundo, algo que deriva de los valores fundamentales que son parte de su cultura.

 

Cuando hablamos de moral nos referimos al conjunto de costumbres, valores y virtudes que dirigen una cultura determinada. Es lo que nos permite llamar a algo bueno o malo, porque nos da un patrón para ver qué es correcto. Así como las culturas de cada sociedad en el mundo tienen una moralidad influenciada por el enemigo, también la cultura del Reino tiene la suya influenciada por el cielo. Como esta última nació en el corazón del Padre, es superior en todos los aspectos a la moral del mundo. Aprendamos más de la moral superior que tiene la cultura del Reino:

 

 

I. Un amor que cambia el mundo

1 Juan‬ ‭2:16-17‬ ‭NTV‬‬‬‬‬‬ ‬‬‬‬

Mientras observaba la cultura que lo rodeaba, Juan describió la moral de este mundo anclada a deseos egoístas, materialistas y sensoriales (1 Juan 2:16 NTV). Todo es pasajero, y enfocado en el Yo. A eso nos quiere guiar la cultura que nos rodea. Pero la moral que nos brinda la cultura del Reino nos lleva a la generosidad, el sacrificio, y la vida por un propósito trascendente. Estas virtudes nacen de manera natural por mirar a Jesús, ya que Él modeló una cultura que nos lleva a tener los ojos puestos en esta realidad superior. Todo en su vida evidenció el amor que el Padre nos tiene, y por lo tanto es digno de imitar.

 

Si su moral no es egoísta, nuestra responsabilidad está en amar a la gente, y ser un instrumento para su transformación. Cuando estamos empapados de los valores de este mundo, no tenemos el amor del Padre, que se brinda por los demás desinteresadamente. En otras palabras, no podemos amar al mundo al que Jesús amó sin el amor de Dios, y para eso nuestro rechazo a la moral de este mundo debe ser evidente.

 

Para esto no nos hace falta apuntar o criticar a quienes viven según sus propios deseos (que son de la cultura de este mundo) sino tan solo hacer la voluntad de Dios (1 Juan 2:17 NTV). La realidad eterna del Reino está escondida detrás de cumplir los deseos del Rey, como nos enseñó Jesús. Estos deseos (su voluntad) siempre nos llevarán a brindar amor a una humanidad enceguecida por el odio.

 

Amar a la humanidad es amar a los de nuestra casa, de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestra nación y de todas las naciones de la tierra. Deberíamos sentir compasión por las personas con las que nos cruzamos todos los días, como lo hizo Jesús.

 

El amor de Dios por la humanidad llevó a que el Señor entregara su vida para que tuviéramos acceso al Reino. Ese tipo de entrega es el que el mundo necesita para acercarse al corazón del Padre y ser transformado. Para ser portadores de este amor, necesitaremos abrazar la cultura del Reino y desechar todo lo que pretenda desviarnos de ella.

 

II. Moral nueva, naturaleza nueva

Colosenses‬ ‭3:1-15‬ ‭NTV‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Pablo comienza a hablar sobre esto en Colosenses 3:1 Mirar a Jesús, es mirar al cielo, para vivir la vida que Él nos presentó. El estilo de vida del Reino es consecuencia de observar la voluntad de Dios. Desde el versículo 5, Pablo comienza a presentar la moral que ya debe ser desterrada de una persona que murió a la vieja vida, y nació en Cristo a la realidad del Reino.

 

Podemos resumir la lista que da en “todo lo que es propio de la naturaleza terrenal” (Colosenses 3:5 NVI). A ésta lista la contrapone con la de la “nueva naturaleza”, que es formada al aprender a conocer a quien nos creó y parecernos a Él (Colosenses 3:10 NVI).

 

Según el tiempo que abracemos su presencia será nuestro parecido con su persona. Desde el versículo 12 al 15 habla de la nueva naturaleza. Ésta es una descripción de la moral que ofrece la cultura del Reino, formada a imagen del Creador.

 

Pero ¿qué es tener una nueva naturaleza? Significa que tenemos atributos naturales distintos a los que teníamos antes. ¡Es nueva! La vieja, que refleja la moral de la cultura terrenal, ya perdió su lugar en nosotros. En el caso de la nueva naturaleza, los atributos reflejan a Dios, que comienza a ser nuestra guía para la manera en la que debemos conducir nuestra vida.

 

Siguiendo a Pablo en este pasaje, esta naturaleza es santa, porque el Padre es santo. La santidad nos lleva a despojarnos de lo que la moral egoísta de este mundo nos conduce a realizar. Ya no queremos satisfacer nuestros propios deseos. Al abrazarla, buscamos agradar al Padre en todo lo que pensamos, decimos y hacemos. Al acercarnos a Él no solo entendemos que sin santidad nadie verá a Dios, sino que nos dañamos a nosotros mismos y a los demás cuando nos conduce una moral distinta.

 

Estas tres partes: Dios, nosotros mismos, y los demás, comienzan a tener armonía por porque el amor, la paz y la gratitud tienen un rol fundamental. El amor que es “el vinculo perfecto”, nos lleva a tener armonía con todos (Colosenses 3:14 NVI). Como ya vimos, la cultura del Reino jamás nos llevará a odiar, sino a mostrar el mismo tipo de amor que Jesús nos mostró a nosotros. Este amor increíble, que todo lo transforma, es una de nuestras guías en la moral del Reino.

 

En el versículo 15, Pablo habla sobre la importancia de la paz que viene de Cristo. Este permite que gobernemos nuestro corazón como el cielo desea. En el ámbito de gobierno de Dios la paz es una realidad inmutable, que si existe de igual manera en nuestro interior nos permitirá tratar con nosotros mismos de la manera correcta.

 

En el mismo versículo, el apóstol habla sobre la importancia de ser agradecidos. Por el contexto, es tan obvio que está haciendo referencia a Dios (es más, lo hace explícito en el versículo 17). Esta moral superior nos lleva a tener gratitud constante al Creador de todo, porque en Cristo nos lleva a vivir la vida plena que Él diseñó para nosotros.

 

Conclusión: Vida plena

¿Podemos ver toda la imagen? La moral de la cultura del Reino nos permite tener una vida plena e integral: amamos a los demás, caminamos con paz interior y tenemos gratitud con Dios. Jesús se refería a esto cuando habló de darnos una vida abundante. Ella es más de lo que podemos imaginar o esperar. Por eso, esta moral debe guiar nuestra vida. Ahora bien, abrazamos este estilo de vida al rendirnos a Dios, porque Él mismo nos capacita para vivir en su cultura, en un mundo tan corrompido. Las virtudes de la cultura del Reino nos llevarán a ser una antorcha que ilumina el camino a los demás para vivir el cielo en la tierra.

 

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor David Decena

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