Con la presentación de los lacerantes testimonios de tres niñas, víctimas de abuso sexual, que habían brindado oportunamente ante Cámara Gesell, se inició este lunes en Eldorado, el juicio oral (el segundo) contra María Ovando (46 años) y a Marcos Iván Laurindo y Sebastián Ferreira (ambos de 23 años), acusados de abusos sexuales doblemente agravado en perjuicio de dos hijas y una nieta de la mujer.
Con la presencia de los tres imputados, el Tribunal Penal 1 de Eldorado, inició el debate que consistió en la presentación de los testimonios que brindaron en mayo de 2015 ante Cámara Gesell, las niñas que en ese entonces tenían 4, 6 y 10 años respectivamente.
La mayor de las nenas es la nieta de María Ovando, las dos restantes son sus hijas menores, de un total de 13 hijos que tiene la acusada. El video de las declaraciones de ante Cámara Gesell, sensibilizó a todos los presentes en la Sala de Audiencias, inclusive afectó psicológicamente a la mujer que debió posponer su testimonio para las próximas horas o mañana, ante el Tribunal.
Mientras esto ocurría dentro del recinto, en la calle frente al Tribunal, organizaciones sociales y feministas, desplegaron carteles y pancartas, con consignas en contra de la Justicia y en apoyo a María Ovando.
María Ovando y los dos jóvenes, deberán enfrentar los cargos de “abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado y abuso sexual gravemente ultrajante para la víctima doblemente calificado”. A Ovando, se la acusa de ”Omisión” porque supuestamente no había evitado los abusos. El juicio se realiza a puertas cerradas, siendo un delito de instancia privada que se ventila.
En noviembre de 2012, la mujer había sido juzgada en otro juicio y fue absuelta en la causa del fallecimiento de su hija de 3 años, por desnutrición, hecho que tomó estado público nacional.
Las niñas y sus hermanos, vivían en condiciones de extrema pobreza y vulnerabilidad en Colonia Delicia, a cargo de la mujer.
La mujer está en libertad dado que no se la considera autora material de las violaciones, sino que está vinculada a la causa por el presunto consentimiento de los abusos que sufrieron sus hijas y una nieta. La acusación de la Fiscalía considera que ella “tenía la obligación –no solo moral, sino también legal– de actuar en defensa de la integridad sexual de sus hijas y nieta, a quienes debía contener y resguardar”.
Distinta es la situación de Laurindo y Ferreira, quiénes están detenidos en la Unidad Penal III de Eldorado.
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