Con la primavera renace un nuevo tiempo donde florecen los montes permitiendo la abundancia. Cada 21 de septiembre los Guaraníes celebran el Ara Pyahú o Año Nuevo Mbya. El año nuevo donde los Opyguá (Guías Espirituales) harán las bendiciones de agradecimiento a Ñanderueté (padre) y Ñandesyeté (madre) ordenan a Tupá a hacer bendiciones a todos.
El Año Nuevo Mbyá corresponde a un antiguo festejo donde según este pueblo el origen del mundo surgió cuando en medio de la noche originaria, Ñamandú, el padre, se irguió desde los pies y convirtió sus brazos y manos en ramas que agitaba el viento. Una corona de flores rodeó su cabeza mientras revoloteaba el colibrí, el pájaro primero.
Ñamandú, habló y de su palabra nacieron los dioses, padres de los hombres: Jakairá, Karaí, Tupá y Ñamandú Py’a Guachú. Luego desplegó la tierra y la bóveda celeste a la que sostuvo con cuatro palmeras de Pindó azul, al Este, al Oeste, al Norte y al Sur, y agregó otra en el centro.
Inmediatamente creó la selva y puso en ella a la cigarra, creó los ríos y les dio el renacuajo, creó el mundo subterráneo y al tatú que fue el primero en llegar hasta él y creó la noche donde reina la lechuza.
Para los hombres, mujeres y niños; también para el monte, para los animales, para la plantación y por la salud. También es tiempo de bautismo. Tupá bautiza la avachi pyahu (semilla nueva) y al avachi reñoi para que se renueven, informó la Subsecretaria de Atención Primaria y Salud Ambiental y la Dirección de Salud Indígena-Techaî Mbya.