A 17 años del secuestro de Cristian Schaerer: “Me quedé sin esperanzas de encontrar a mi hijo”, aseguró la mamá del joven

La mamá de Cristian Schaerer, Pompeya Gómez (61), dice no estar “apurada ni enloquecida” para que extraditen a “El Ruso” Lohrmann y “El Potrillo” Maidana.

Pompeya Gómez (61) es una mujer fuerte que ha luchado años y años para encontrar a su hijo, Cristian Schaerer (21), secuestrado el 21 de septiembre de 2003 en Corrientes por la banda de Rodolfo «El Ruso» Lohrmann (53) y Horacio «El Potrillo» Maidana (57), hoy presos en Portugal, esperando la extradición a Argentina.

Primero lo buscó vivo y ya en los últimos tiempos se fue resignando a aspirar sólo a encontrar sus restos. Pompeya, además, es una mujer de Fe. Así, con mayúscula. Tal vez por eso le cuesta resignarse y contestar la primera pregunta de Clarín con un pesimismo que no la caracteriza.

-Después del operativo de búsqueda del último diciembre en Uruguayana (Brasil) que dio negativo, ¿piensa que es posible encontrar a Cristian?

-Mi última pista fue esa, en Navidad del año pasado. Y cuando eso fracasó, cuando no lo encontramos, es como que me quedé sin esperanzas de encontrar a mi hijo. Era la pista más segura según todos los secuestradores con los que hablamos. Incluso Lohrmann y Maidana sugirieron algo coincidente cuando en 2017 los fiscales viajaron a Europa para indagarlos.

Aislada por la cuarentena del Covid-19, sin poder viajar a Paraguay a visitar a Gastón (36) -su otro hijo- y sus dos nietos; sin poder ir a la fiscalía a buscar y rebuscar algún nuevo dato, este es un aniversario especialmente duro para Pompeya.

-¿Cree que Lohrmann y Maidana podrían aportar algún dato nuevo?
-No me quedan esperanzas. Tampoco esperanzas de que ellos digan algo. Ya lo que dijeron extraoficialmente apuntaba a ese arroyo de Uruguayana donde lo buscamos el año pasado. Ahora, si me preguntás por qué no lo encontramos… es una gran pregunta. Pero, claro, hay que acordarse de que pasaron muchos años, que es un lugar donde corren las aguas…

-Muy fuerte, no tener esperanzas…

-Hoy es 21 y todo te toca más fuerte porque te hace recordar muchas cosas. Pero cada día tengo que inventarme (y lo hago), para estar bien para mi hijo Gastón, para mis nietos. Fe tengo, pero toda esperanza de encontrarlo se desvanece. La pista de Uruguayana era mi gran esperanza. La esperé un año para que se pudiera buscar en ese lugar y costó mucho lograrlo. Pero dio negativo.

Mientras Pompeya habla con Clarín, al teléfono celular le entran los mensajes de Gastón dándole fuerzas en este nuevo aniversario. Padre de un nene de 4 y una nena de 2, vive en Asunción desde hace años pero siempre estuvo al lado de su madre en el reclamo de justicia y en los dos juicios orales que (junto con un fallo de Cámara) terminaron con 12 condenados.

-Con Maidana y Lohrmann presos y condenados a 18 años de prisión en Portugal por robar joyerías, ¿está conforme o quiere que vivan en una cárcel en Argentina?
-Mirá, yo soy una persona muy sincera. Que cumplan todos los años que tengan que cumplir allá y que después vengan a cumplir acá. Eso es lo que yo pienso. No estoy ni apurada ni enloquecida para que vengan. Porque ellos juegan con los sentimientos, ellos juegan con los tiempos, ellos juegan con todo. No les interesa nada. Son personas malas. Por eso que estén presos allá te da un poco de paz. Allá y después acá.

-Ellos están presos desde 2016. ¿Nunca intentaron conectarse con usted, aunque fuera a través de abogados?

-No, nunca, Mirá que yo hablé con varios de los secuestradores cuando estuvieron presos, fuimos con mi hijo a la cárcel a hablar, a averiguar. Pero con ellos no hablé nunca.

-¿Y lo haría? ¿Piensa que tienen algo para decir?
– Ehhh, sinceramente no sé si tienen algo que decirme. Ellos juegan siempre para beneficio de ellos y yo no voy a entrar en su juego.

-¿Gastón qué piensa?

-Él siempre me apoyó en todo. Ahora mismo me está escribiendo que está conmigo, que me manda millones de besos, que es un día especial para nosotros. Muchas cosas lindas…

La voz de Pompeya ahora se quiebra un poco. Antes de la cuarentena repartía su vida entre Corrientes y Asunción. Quince días acá, quince allá.

«Pero esto nos cambió la vida a todos. Son pruebas ¡qué va a ser!», dice y comenta que este 21 de septiembre hasta le cuesta encontrar fuerzas para seguir su rutina de arreglar la casa y regar las plantas. «Es muy duro, pero no tengo que decaer», se repite, desde hace ya 17 años.

 

El caso del secuestro de Cristian Schaerer

A Cristian Schaerer lo secuestraron en la primavera de 2003. Fue a las 23.30 de aquel día, en la puerta de su casa del barrio correntino de Las Tejas. Su familia pagó 277.300 dólares por su liberación. El pago lo hizo su mamá, Pompeya Gómez, en Ciudad del Este, Paraguay. Se cree que estuvo cautivo en Uruguayana, Brasil. Y que fue asesinado la misma noche del pago. Su cuerpo nunca se encontró.

El joven era hijo de de Juan Pedro «El Vasco» Schaerer, ex ministro de Salud correntino quien en 1999 se afincó en Paraguay luego de que la Justicia de su provincia pidiera su captura para que respondiera en varias causas por corrupción.

Una teoría sobre el secuestro del joven sostiene que Lohrmann lo eligió como víctima porque se lo marcaron como miembro de una familia que podía pagar buen dinero por su rescate. Por eso, dicen, el primer pedido de rescate fue de cinco millones de dólares.

Pero los rumores más extendidos hablan de cuentas pendientes entre «El Ruso» y Schaerer padre: un dinero que no llegó a manos de Lohrmann como debía y por el que el asaltante y secuestrador incluso atentó contra «El Vasco» Schaerer en Paraguay. En esa oportunidad, a los tiros, quiso robarle 80.000 dólares que llevaba encima. A Schaerer y Lohrmann algunos los señalan como socios en diferentes negocios ilegales, cosa que nunca se probó.

Por el caso hubo dos juicio orales y 12 condenados. Los principales implicados -Rodolfo Lohrmann y Horacio Maidana- lograron permanecer prófugos tanto tiempo que hasta se los llegó a dar por muertos.

En diciembre pasado, una empresa extrajo casi 9.200.000 litros de agua para que los expertos pudieran trabajar en el lecho del arroyo Imboa, un afluente del Río Uruguay, en Uruguayana, Brasil, para buscar los restos de Cristian. Los resultados fueron negativos.

Cristian Schaerer

 

 

Fuente: Clarín

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