El trabajo arquitectónico para recuperar una vieja construcción de estilo europeo en una moderna casa de Té en Posadas

 

A finales del año 2018 se presentaba una nueva oportunidad y con ello un bagaje de posibilidades, expectativas y anhelos.

De la mano de Mirta Pasqualino, emprendimos el viaje de crear su espacio soñado. Así nació “LA FRANCISCA” Casa de Té.

El lugar elegido, era una antigua construcción ubicada en Buenos Aires y Catamarca donde funcionó inicialmente la histórica Fábrica de Hielo “ARMELLIN”, para luego terminar siendo una casa unifamiliar que conservaba, a primera vista, muy pocos de sus atributos arquitectónicos iniciales.

 

La premisa fue intentar devolverle al lugar parte de su identidad, utilizando un lenguaje con reminiscencias europeas, integrando elementos modernos y poniendo especial énfasis en la funcionalidad interna del lugar.

 

Primera visita:

 

Al ingresar a la casa, la primera característica que se vislumbraba era la doble altura de su salón principal. Un precario entrepiso se disponía sobre la mitad del mismo y un entrepiso original en uno de sus lados. En este último se podía observar una pequeña puerta que no daba lugar a imaginar lo que escondía: un enorme patio aterrazado que, a su vez, balconeaba sobre un patio posterior el cual marcaba el final del recorrido de la construcción. ¡Fue amor a primera vista!

 

También observamos algunas de las problemáticas que debíamos solucionar: dependencias con poca iluminación y ventilación, deficiencias estructurales, humedades por filtración y por capilaridad, entre otras.

Pero a pesar de su condición, los mismos elementos y espacios nos brindaban las respuestas que buscábamos y disparaban, a la vez, un sinfín de posibilidades en nuestra imaginación.

 

Lo primero que hicimos fue delimitar la funcionalidad interna: sectores de servicio, un amplio salón con mesas y un sector de living con grandes sillones (su parte más importante) a fin de lograr un sector más íntimo.

 

Reutilizaríamos el entrepiso original (donde debíamos reconstruir parte de la escalera que se encontraba demolida) y tomaríamos la decisión de desmontar el otro.  En su exterior, le daríamos vida a la terraza y al patio posterior para que pudieran ser utilizados como un gran punto de disfrute de los clientes.

 

La construcción contaba con pequeñas ventanas que no le hacían juicio a lo que luego contendría, por lo que, al momento de proyectar, los grandes paños vidriados fueron el punto de partida. La idea madre era lograr una conexión del interior con el exterior y, por, sobre todo, lograr el máximo de iluminación natural en sus diferentes espacios.

 

Para los accesos, recreamos antiguas puertas de gran altura, realizadas de forma artesanal, combinando las bondades de la madera de cedro y el vidrio. También se sumaron trabajos de herreria artística, cuyos diseños fueron elegidos e ideados por ella misma. Con esto definido, ya podíamos abocarnos a diseñar su interior.

 

Mirta propuso exponer su amplia colección de teteras, adquiridas en sus viajes alrededor del mundo y también cuadros pintados por ella misma. Fue así que ideamos un gran mueble expositor ubicado próximo al ingreso principal, donde también se pueden encontrar productos de venta al público y frente a él sus obras expuestas.

 

Pusimos especial énfasis en la cocina. Un espacio amplio y funcional, donde ella misma crea diferentes recetas de autor que dan como resultado una distinguida variedad de pastelería y delicatessen.

 

Amante del blanco, colores cálidos y pasteles, definimos la paleta a utilizar en base a ello. Combinando con tramas y texturas para darle mayor dinamismo y profundidad al espacio, así replicamos en el interior el revestimiento utilizado en su fachada. Para el sector de living su elección fue un empapelado romántico y en el salón principal un gran mostrador que recuerda la presencia del mármol en las antiguas construcciones europeas que estábamos decididas a recrear.

 

Para la iluminación, decidimos utilizar distintos tipos de artefactos a fin de aportarle a los distintos espacios cierto toque de teatralidad y que permitieran dar rienda suelta a las sensaciones y emociones de sus visitantes.

 

No hicieron falta muchos encuentros para lograr el resultado final ya que Mirta, tenía claro lo que quería lograr, aceptaba sugerencias y lo más importante concordábamos en la elección de materiales, colores y distintos elementos a utilizar.

 

Todo se funde en una imagen final que intenta lograr una conexión entre lo antiguo y lo nuevo, la historia y el presente y la gastronomía y el arte.

 

 

El antes

 

 

El después

 

 

 

 

ARQ. JARA, FATIMA

ARQ. SPACHUK, M. INÉS

 

Estudio de Arquitectura Spachuk & Jara[email protected]

 

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