Los Tigres, equipo de rugby compuesto por los reclusos de la Unidad Penal II de Oberá, entrenan y buscan una buena reinserción a través del deporte

El rugby en Misiones rompe las barreras y los internos volvieron a los entrenamientos. Los Tigres, equipo de rugby compuesto por convictos volvió hace tres semanas a las prácticas grupales entre los condenados de la de la Unidad Penal II de Oberá.

 

El deporte de la ovalada en las  cárceles  es una  iniciativa que nace desde la Fundación Espartanos de Buenos Aires y que llegó a Misiones hace algunos años de la mano del Profesor de educación física  Mariano Hernando.

 

La idea  es  brindar  a los privados de libertad, a través  del  deporte,  una nueva oportunidad  para mejorar los índices educativos y de trabajo. De esta manera  el  equipo  conformado en la UP II, tuvo la oportunidad  de volver a entrenar luego del parate por la pandemia del coronavirus. Hasta el momento, son 16 los condenados que entrenan bajo las órdenes del profesor Dario De Olivera. 

 

En un trabajo en conjunto con el personal de la unidad de Oberá, el año pasado en diciembre se disputó el primer encuentro entre unidades penitenciarias de la provincia, un acontecimiento histórico en la Tierra Colorada.

 

Al respecto del encuentro realizado en diciembre, el profesor Dario De Olivera comentó “fue un triangular, en esa vez fue invitado Talleres de Leandro N. Alem que colaboró en el evento”, contó. En aquel triangular el equipo de Oberá se quedó con la victoria. 

Imagenes del primer triangular disputado en diciembre

 

Antes de la pandemia, los entrenamientos se realizaban dos veces por semanas y  solamente en tres meses de prácticas, los jugadores estuvieron a punto para disputar el primer triangular. “Habíamos arrancado en septiembre y la verdad que fue con muchísimo éxito, teníamos la disponibilidad de trabajar dos veces por semanas y en poco tiempo, en tres meses, logramos sacar el encuentro con la gente de Eldorado y la verdad que fue un avance y algo histórico”, enfatizó el ex jugador de Centro de Cazadores.

 

Según mencionó De Olivera, “fue uno de los primeros partidos que dos unidades penitenciarias en el contexto de encierro realizaron un encuentro de rugby”, comentó. En esa oportunidad, los internos compartieron hasta el tradicional tercer tiempo y comieron un chorizo a la pomarola.

 

Ahora, en contexto de pandemia, los condenados han vuelto a las prácticas respetando protocolos elaborados por las autoridades penitenciarias. Asimismo, el profesor indicó que se notó la necesidad de los internos en volver a los entrenamientos. “Estamos los días viernes,  ahora estamos con ganas de sumar internos nuevos que se quieran sumar al programa”, dijo.

Los Tigres entrenado

En cuanto a las ganas para entrenar 60 minutos a puro tackle, el ex Centro de Cazadores indicó que “están con muchas ganas y predisposición, los muchachos al descubrir el deporte y el trabajo que se vienen realizando deciden ir y  sumando nuevos compañeros que se sumen al deporte, eso quiere decir que lo trabajado en poco tiempo dio un buen resultado”, remarcó el profesor.

 

Dentro de la Unidad Penal, de la Capital del Monte, hay 3 módulos donde están alojados los internos; en el sector A están los reos que recién han recibido su sentencia, mientras que en el B y C están instalados los convictos que ya cumplen varios años dentro de la penitenciaría.

 

Las puertas están abiertas a todos para que participen, hacemos hincapié y tratamos de que los internos que tienen una condena larga se acerquen lo más rápido posible”, comentó.

 

De igual manera, los internos que practican rugby deben complementar sus actividades dentro de la unidad penal. Entre los trabajos, deben culminar los talleres, capacitaciones y a su vez muchos optan por terminar el secundario estando privados de su libertad.  “Tengo internos que nunca hicieron la escuela, buscamos que vuelvan a reinsertarse en la educación”, aclaró.

 

Sobre el proyecto espartano comentó “tratamos de mejorar en capacitaciones, y todo lo que sea estudio. El programa es muy interesante y abarcativo, lo bueno es que trabajamos en que tengan una segunda oportunidad”, reiteró Dario De Olivera.

 

Dario, un hombre que practicó y goza del rugby, comentó que su objetivo personal incluir los conocimientos adquiridos en su vida y poder transmitir a los reclusos “siempre sigo capacitándome y tratando de dejar algo para que el día de mañana los ayude. Y como equipos la idea es poder sumar muchos internos al equipo y poder tener nuestra cancha”, concluyó Olivera.

 

Dentro del contexto de encierro, el equipo entrena y se ilusiona con poder concretar su propia cancha. Por el momento, entrenan en espacios reducidos y la intención es reclutar la mayor cantidad de reos que quieran una rápida reinserción a la sociedad a través del deporte y que puedan sentirse libres por un rato.

 

 

 

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