Especial Misiones Online de José Artigas (Cap. II): ¿Qué fue la Liga de los Pueblos Libres?

La interpretación tradicional sobre el proceso revolucionario e independentista en el ámbito rioplatense nos hizo naturalizar una línea institucionalizada que buena parte de la población pude citar de memoria: Primera Junta, Junta Grande, Primer Triunvirato, Segundo Triunvirato y Directorio. Esa es la línea sucesoria de los poderes ejecutivos que tuvo la revolución, entre 1810 y 1820, con asiento en Buenos Aires. Entre la repetición a la que nos sometió (y somete a diario) el sistema educativo, más el apuntalamiento de los medios de comunicación, los argentinos tenemos como lógica esa secuencia, pese a que no fue la única línea institucional que existió por aquellos años.

 

José Gervasio Artigas lideró un espacio institucional alternativo, que se llamó la Liga de los Pueblos Libres, que lo tuvo a él mismo en el cargo de Protector. Las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, la Banda Oriental y Misiones, en tiempos del Comandante General Andrés Guacurarí y Artigas, se cobijaron dentro de ese espacio institucional, pese a que la escuela nunca nos lo enseñó.

 

«Las Instrucciones del Año XIII”, óleo sobre tela de Pedro Blanes Viale, 1920, colección del Palacio Legislativo del Uruguay.

 

El proyecto alternativo

La historia que tenemos naturalizada nos habla del 25 de mayo de 1810 y de la formación de la Primera Junta, luego del Cabildo Abierto de Buenos Aires. A partir de allí, a toda esa primera década independentista siempre la estudiamos y la difundimos desde las instituciones surgidas en la capital y según el proyecto revolucionario diseñado e impulsado por la elite dirigente porteña. Ahora bien ¿ese fue el único proyecto para la revolución? ¿a nadie se le ocurrió algún modelo alternativo? ¿ningún otro líder o sector social planteó algo distinto a lo dispuesto por Buenos Aires? La respuesta cae de maduro. Sí, claro que hubo otros proyectos. El más importante de ellos fue el que impulsó Artigas y es el que abordaremos en estas líneas.

 

La Liga de los Pueblos Libres se formalizó a mediados de 1815, en el Congreso de Oriente (ver nota relacionada: La primera independencia ¿existió?), pero se fue gestando desde los orígenes mismos de la revolución en la Banda Oriental, el actual Uruguay, iniciada a comienzos de 1811. De inmediato surgió la figura de Artigas como el principal referente político local, el que rápidamente consolidó su liderazgo merced a su victoria en la batalla de Las Piedras, el 18 de mayo de 1811.

José Artigas en Misiones: La primera independencia ¿existió?

 

Muchos aspectos diferenciaron al proyecto artiguista del de Buenos Aires. Aquí nos enfocaremos en uno de forma y en otro de fondo. La forma tiene que ver con la metodología de participación política que se implementó para la adopción de sus principales decisiones: la asamblea. A diferencia de la elite porteña, que optó por un modelo de representación, por el cuál la soberanía del conjunto de los habitantes recaía en un grupo mínimo de representantes, el artiguismo planteó el concepto de la soberanía particular de los pueblos, en el que cada individuo era soberano por sí mismo y tenía idéntico derecho al resto a expresar sus opiniones y de participar de la toma de decisiones.

 

La asamblea será el modelo que legitime el ejercicio de la soberanía en el marco institucionalizado de la Liga. Desde la Asamblea de la Quinta de la Paraguaya, el 10 de octubre de 1811, en la que se determinó rechazar el armisticio firmado por Buenos Aires y los realistas de Montevideo, hasta el Pacto de Ábalos, de 1820, serán numerosas las asambleas en las que el artiguismo irá estructurando su propia existencia política.

 

El concepto filosófico detrás de esta idea quedó eternizado en la alocución de Artigas ante el Congreso de Abril o de Tres Cruces, del 5 de abril de 1813, cuando afirmó que “mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”. Está claro que la influencia de Artigas en dichas asambleas tuvo que haber sido determinante, pero esto no mengua el sentido de ampliación e igualdad en la participación política que tuvo el proyecto artiguista.

Detalle de la proclama de José Artigas ante el Congreso de Abril, en Archivo Artigas, Tomo XI, p. 67.

La Liga de los Pueblos Libres

En síntesis, la Liga de los Pueblos Libres fue el proyecto alternativo al propuesto por la elite de Buenos Aires para encauzar el proceso revolucionario e independentista en el ámbito rioplatense. Y ahí entramos en el fondo de la cuestión. Ante el centralismo y el elitismo de la capital, Artigas impulsó un proyecto federal o confederal de fuerte transformación social. Este ideario igualitario se difundió con rapidez por todo el litoral, que se constituyó en el escenario de aplicación del proyecto, que perduró hasta 1820.

 

En términos generales, la soberanía particular de los pueblos habilitó a las ciudades dependientes de Buenos Aires a pugnar y lograr su propia autonomía. De esta forma, es que en 1814 surgirán las provincias de Corrientes y Entre Ríos y, al año siguiente, la de Santa Fe (ver nota relacionada: Las nuevas provincias). Estos territorios formaban parte de la provincia de Buenos Aires y fue gracias al ideario federal que lograron separarse del control de la capital. Esto explica, entre otros motivos, el rechazo profundo de la elite porteña hacia Artigas, al que visualizaban como el gran responsable de haberles hecho perder enormes extensiones de tierra. A ellas se sumaron Misiones y la Banda Oriental para conformar la Liga, bajo la protección del propio Artigas.

 

José Artigas en Misiones: Las nuevas provincias

La cuestión de fondo tiene que ver con el alcance social que el artiguismo pretendió darle al proceso revolucionario. Mientras que la elite porteña entendía a la libertad y a la igualdad en sentido de tutelaje, esto es, que eran ellos, gracias a su conocimiento y poder económico, los que debían tutelar a los sectores populares en su camino hacia la libertad, Artigas la pensó en sentido de política práctica. El caso de Misiones y de su Comandante General es la mejor evidencia de la mirada radical de este proyecto alternativo.

 

Andrés Guacurarí y Artigas es el único originario en gobernar un territorio en la Argentina y es uno de los pocos casos en toda la historia americana. Se trata de un hecho de profundo sentido revolucionario que se explica en un principio muy básico y que parece lógico: si somos todos iguales, lo mismo da que gobierne un blanco o un indio. Y es que eso fue la Liga de los Pueblos Libres, un proyecto alternativo institucionalizado e impulsor de un modelo de sociedad igualitario, transformador y de profundo sentido social.

 

 

 

Por Pablo Camogli

Foto Portada: Artigas, dibujo en carbonilla por Juan Manuel Blanes, cerca de 1880. 

 

(*) Camogli es licenciado en historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo y magister en cultura guaraní-jesuita por la Facultad de Arte y Diseño de Oberá. Además, es autor de 8 libros sobre historia argentina para las editoriales Aguilar y Planeta y es autor de manuales escolares para editorial Kapelusz. Actualmente dirige el sitio www.misionestienehistoria.com.ar

 

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