La policía bonaerense continúa con su reclamo salarial y reaviva los recuerdos del acuartelamiento del 2013

No está claro aún cuál fue la chispa exacta que encendió el fuego. Pero sí, que había pasto seco para que se expandiera rápido. La ¿inesperada? protesta de la Policía Bonaerense, que comenzó este lunes en al menos una decena de municipios y continuaba este martes en puntos calientes del Conurbano y en la capital provincial, trae un indudable mensaje político para el gobernador Axel Kicillof. No hace falta ser espía ni investigador para entenderlo: uno de los focos del reclamo se desarrolló frente a la residencia del mandatario, que está lindante con su despacho.

 

La protesta, según pudo reconstruir Clarín en base a diversas fuentes, tiene componentes económicos, políticos y sanitarios. Y abre un interrogante ultra sensible de cara al futuro: el reclamo paraliza los comandos de patrulla, que son el eje central de la seguridad en los 135 municipios y agita el fantasma de una «Provincia liberada».

 

«Lo que se vivió anoche (por el lunes y la madrugada del martes) fue terrible. No lo había visto nunca. Los policías fueron y plantaron las patrullas frente a los comandos. Si vos cerrás una comisaría, bueno, de última no tomás denuncias. Pero que no haya patrullaje es recontra peligroso», aseguró a Clarín un intendente del Conurbano, que va por el segundo período en su cargo.

 

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Este lunes, el chat de los jefes comunales ardió. Se iban intercambiando videos con las protestas en La Plata, Almirante Brown, Tres de Febrero, Junín, Olavarría. Para pasar la noche, algunos jefes comunales sacaron a la calle los móviles municipales, con policías que aún se mostraban dispuestos a trabajar.

 

Un ex funcionario K, que sigue de cerca el problema de la inseguridad y la situación social en el GBA, aporta su mirada. «Es todo raro, pero parece fuego amigo y un mensaje a Kicillof y al jefe de la Bonaerense. Ni con Scioli había pasado esto en la protesta de 2013, de que vayan a la casa. El gobernador está pagando su falta de feeling con los intendentes y su desconocimiento en la Provincia».

 

Una de las fuentes menciona como ejemplo los dichos del jefe de Gabinete, Carlos Bianco, este martes, contra el intendente de Tandil, Miguel Lunghi. El jefe comunal había anunciado su decisión de que ese distrito salga del sistema de fases de la cuarentena para prevenirse del coronavirus. Bianco habló de «república separatista» y lo llamó públicamente a «reflexionar».

 

Pese al anuncio de aumento, siguen las protestas de la Policía Bonaerense en varios municipios. Foto Mauricio Nievas.

Pese al anuncio de aumento, siguen las protestas de la Policía Bonaerense en varios municipios. Foto Mauricio Nievas.

 

«Con todo lo que tenía Daniel (por Scioli), lo hubiese llamado a Lunghi, le mandaba plata o algo y desactivaba el quilombo«, aporta el ex funcionario. En la conferencia de Bianco se anunció un próximo aumento para la Bonaerense, sin dar mayores precisiones que «un retraso del 30%», mencionado por el ministro de Seguridad, Sergio Berni.

 

Allí se explica uno de los componentes del reclamo de la Bonaerense, que cuenta con unos 90.000 agentes: el económico. Como contó este diario, de acuerdo con la escala salarial, el oficial ayudante cobra de bolsillo 34.700 pesos. Un comisario percibe 72.500 y un superintendente (máximo rango del escalafón) 157.900.

 

«Vos tenés tipos que ganan 30 lucas, y con el tema de la pandemia están reventados. Los hacen dormir fuera de la casa, laburar todo el día. Y cuando hacés un anuncio de un plan de seguridad, ni los mencionás», aporta un jefe comunal e introduce también los componentes sanitarios y políticos. Dato incómodo para Kicillof: su policía reclama una escala salarial similar a la de la Ciudad, que comanda el macrista Horacio Rodríguez Larreta, principal enemigo político del kirchnerismo.

 

Protesta de la Policía Bonaerense en Adrogué.

Protesta de la Policía Bonaerense en Adrogué.

 

El intendente se refiere al acto que incluyó al propio presidente Alberto Fernández. En realidad, hubo una parte del anuncio vinculada a la Bonaerense, pero también abrió dudas. Se aseguró que en un año se sumarían 10.000 agentes. Un ex ministro de Seguridad provincial vaticinó que es «imposible»: «Se te anotan entre 3.000 y 5.000, y al primer examen te queda el 10%. No sé de dónde sacaron ese número».

 

Respecto al componente político (e ideológico), en la Bonaerense sienten cierto desprecio o cuanto menos algo de discriminación en el discurso de la cúpula de la Gobernación. ¿Y Berni no los defiende? En el micrófono sí, pero el ministro de Seguridad empieza a ser cuestionado por su accionar. A la protesta policial se podría sumar el aumento de la inseguridad y la polémica por las tomas de tierras.

 

Berni llegó a su cargo por pedido de Cristina Kirchner. Y desde entonces mantuvo un perfil altísimo en los medios. Tanto que empezó a ser medido como potencial candidato. «Sí, pero más que ministro de Seguridad parece un periodista de policiales», comparaba con malicia un referente del PRO, quien catalogó a Berni como «comentarista de la realidad».

 

A partir de la experiencia de 2013, este martes se aceleraron los contactos entre la Provincia y el ministerio de Seguridad de la Nación. Básicamente para ver cómo está la situación con la Gendarmería, otra de las fuerzas que se plegó aquella vez al reclamo.

 

El momento amerita una atención especial. La protesta policial y la toma de tierras ocurren en un momento económico crítico y con una peligrosa polarización política. Ya son varios los que creen que Eduardo Duhalde se refería a esto cuando alertó por un golpe. Sobre todo en un país donde la proximidad con el fin de año agita otros peligrosos fantasmas.

 

Fuente: Clarín

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