Diego Ciarmiello sobre la reserva municipal Monte Seguín: “Los incendios y la usurpación son amenazas para la conservación del ecosistema de los bosques ribereños, y van 11 años de desidia en el cuidado ambiental del área”

A las quemas intencionales que afectaron la semana pasada más de 15 hectáreas de pastizales en regeneración en el área natural que abarca un ecosistema único sobre el río Paraná, vecinos de Puerto Rico temen que detrás exista un intento de intrusión de las tierras o sean promovidos por intereses económicos para destinar a otros usos productivos, como sucede en otros lugares en forma recurrente en los últimos meses. Al respecto, el guardaparque y ambientalista se refirió a la importancia del ecosistema que conserva Monte Seguín, reserva que depende de la gestión municipal. «En la actualidad, y después de 11 años de su creación, no se logró aún instrumentar un plan de trabajo para la protección del patrimonio ambiental y cultural de una superficie de 300 hectáreas, no cuenta con personal guardaparque para su cuidado ni con una red de comunicación adecuada para un alerta temprana», señaló.

 

El viernes se logró controlar a tiempo un foco de incendio que fue iniciado intencionalmente, ya que los vecinos lograron ver a un hombre iniciando el fuego, al igual que lo advirtieron las propias autoridades municipales y ambientales al llegar al lugar, según se reportó oficialmente.

 

Los Bomberos Voluntarios actuaron en dos oportunidades en la última semana por incendios rurales registrados, y con sus unidades lograron extinguir el fuego. Pero ante el último foco denunciado el viernes, en el que lograron visualizar a un hombre quemando los pastizales de forma intencional, se reavivó la preocupación de los riesgos que enfrenta el área natural al no contar con personal guardaparque ni avanzar en la implementación del plan de trabajo previsto para la protección, conservación y regeneración futura de la reserva natural, sumado al interrogante que se plantean «si detrás de la destrucción ambiental habrá, como sucede en otros lugares de la misma ciudad, intención de quemar para su posterior usurpación ilegal, como sucedió hace semanas atrás en 4 lotes del Barrio Santa Rita, unas 6 hectáreas de tierras que fueron tomadas en la zona de la “cantera” de Puerto Rico», señalaron distintas fuentes consultadas.

 

El área natural tiene una superficie total de 300 hectáreas y la gestión ambiental de la reserva está a cargo de la municipalidad de Puerto Rico. Desde gestiones anteriores se espera por la implementación del sitio en categoría de área protegida. Tiene una rica historia cultural y ambiental, en un sitio en el que se conservan especies nativas características de zonas ribereñas y en el territorio habita la comunidad Mbya Guaraní Yvyrá Poty.

 

Por otra parte, en el país cada vez incrementan las denuncias los conflictos de tierras en Río Negro, hasta los incendios intencionales en Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, que estarían movilizados por interés económicos que pretender afectar área naturales para finalmente lograr el cambio de uso del suelo en el sitio tras las quemas. Sumado a ello, las situaciones de usurpaciones de tierras tras las quemas, pone en alerta a los vecinos y referentes locales, frente a la defensa por la conservación presente y futura de la reserva natural.

 

 

Monte Seguín es una reserva natural municipal ecoturística que está comprendida por 300 hectáreas de diversa vegetación y se encuentra ubicada a unos 2 kilómetros y medio del casco urbano, al borde del río Paraná.

 

Misiones, Capital Nacional de la Biodiversidad, tiene una fuerte política de conservación y recuperación de sitios de valor ambiental en la provincia, y bajo estos parámetros fue constituida como reserva Monte Seguín, para la protección de selva “ribereña” Paranaense. Pero hace más de 11 años de su creación y aún carece de la implementación de acciones fundamentales, como un Plan de Manejo y su adhesión al Sistema de Áreas Naturales Protegidas de Misiones.

 

“En el contexto climático actual, sumado a otros factores que pueden ser claras amenazas para la conservación de la reserva natural municipal, como ser los incendios o la posible usurpación vaya a saber promovida por qué intereses económicos, lo que se necesita urgente es lograr establecer un puesto de Guardaparque, una red de comunicación para trabajar con Policía, Bomberos Voluntarios, Plan de Manejo de Fuego. Prácticamente es una reserva periurbana, con buena señal de celular, cerca de la ciudad de Puerto Rico. Ya cuenta con infraestructura de base, solo es cuestión de decisión política de implementar todo lo que se logró para cuidar y avanzar en la regeneración de su ecosistema natural. Lo que urge es la presencia y control en el territorio”, sostuvo Diego Ciarmiello, guardaparque provincial y miembro del Movimiento Ambiental Kaapuera, que impulsa la revalorización del área.

 

“Se trata de un área clave de conservación y preservación de Selva Paranaense, ubicada cerca de una ciudad y en la ribera del río Paraná, con valor cultural y ambiental, un potencial extraordinario para el turismo y la recreación”, sostuvo oportunamente el ambientalista Rulo Bregagnolo.

 

En la actualidad, tras los incendios recientes, la reserva natural “corre peligro y amerita ocuparse urgentemente si lo que se quiere es conservar el patrimonio cultural y natural. Falta presencia para prevenir un daño mayor”, remarcó Ciarmiello en contacto con ArgentinaForestal.com.

 

“Desde hace más de 11 años que no se avanza con esta reserva, no es de ahora, son muchos años de abandono del lugar, de desidia. A fines de 2019 dialogamos con el nuevo intendente para avanzar en un plan de trabajo, pero este año se demoraron las acciones. No sé si fue ante la situación de emergencia sanitaria por coronavirus, pero se tenía en carpeta desde la Municipalidad de Puerto Rico iniciar talleres participativos con la comunidad y partes interesadas, trabajar en la zonificación y en transformar el área, pero no se avanzó en nada aún”, admitió Ciarmiello.

 

 

Si bien se lograron realizar obras de bajo impacto en senderos, cabañas y piletas para fomentar el ecoturismo y tareas de esparcimiento y recreación en un sector de la reserva municipal,  e incluso se realizan en la actualidad obras de habilitación de una extensión del tramo de la Av. Culmey para comunicar la ciudad con Monte Seguín, falta aún un puesto de control de Guardaparques para un alerta temprana ante las situaciones de riesgo.

 

“La verdad que con muy pocas cosas, habiendo esta infraestructura de base,  se puede prevenir posibles daños y proteger el lugar. Pero falta decisión política de dar prioridad a esto. Lo urgente ahora, ante las situaciones que se están presentando, es proteger el lugar. Hay que disponer de un alerta temprana y comunicación, de la presencia física de un guardaparque centinela ante cualquier amenaza que pueda dañar el área ”, remarcó Ciarmiello.

 

Foto: Myrna Arzamendia 

Resumen de la historia de revalorización de Monte Seguín

Se trata de un predio de importantes proporciones con vegetación autóctona, lindantes con el Río Paraná a escasos 2 Km. de la zona urbana de la ciudad de Puerto Rico.  En el año 2003, el entonces diputado provincial José Lorenzo Dieminger impulsó la Ley Provincial nº 3.984 que declaró de utilidad pública y sujetos a expropiación varios inmuebles que suman casi 304 hectáreas con el objeto de crear un Parque Turístico y Ecológico.

 

Por la Ordenanza nº 119/2009, este espacio fue declarado Parque Natural Municipal, figura contemplada en la Ley Provincial de Áreas Naturales Protegidas.

 

La historiadora Cecilia Gallero en su artículo “Monte Seguín, un regalo de la Historia” señala que cuando Misiones se federalizó (pasó a ser Territorio Nacional) en 1881, sufrió una venta masiva de tierras, por la cual el Alto Paraná pasó a depender de manos privadas. El territorio que comprendió la Colonia Puerto Rico había sido adquirido por un comprador. Luego de unas cuantas transferencias pasó a manos de Carlos Seguin, quien en 1911 vendió una parte para que se realizara el proyecto colonizador de San Alberto y en sociedad con la Misiones Land Company instaló en Puerto León un aserradero y obraje para extraer las maderas de ley de la selva misionera.

 

En 1919 Carlos Culmey y el Padre Max von Lassberg s.j. llegaron para conocer las futuras tierras a colonizar, visitaron Puerto León y quedaron muy impactados por lo que vieron.

 

“El día siguiente (10 de abril) queríamos salir nuevamente a caballo, e ir hacia el sur hacia el puerto más cercano que puede ser alcanzado por tierra, Puerto León, propiedad de una compañía que se dedicaba a la venta de madera y que tiene en la empinada costa un aserradero fantástico, pero que está parado porque todo debe ser trasladado a otro lugar. También las casas de los trabajadores estaban casi todas vacías. Llegamos en unas tres a tres horas y media, y volvimos por una picada más cercana a la costa siempre por el maravilloso monte. El encargado de la Compañía de Puerto León, un viajero de la nobleza pomerana, nos invitó a comer en su lujosa casa de dirección. Esta hermosa construcción de madera no fue hecha acá, sino en Noruega, y de allí ¡traída a la selva rica en madera! ¡Qué ironía!” (En: , Eine Erkundungsreise für deutsche Siedlung in Nordostargentinien und Paraguay, Freiburg im Breisgau, Caritas-Verlag, 1920)”, relata la historiadora.

 

Carlos Seguín vendió casi la totalidad de sus tierras a Carlos Culmey para que desarrollara su proyecto colonizador, pero mantuvo el predio de “Puerto León”, unas 300 hectáreas sobre el Paraná.

 

En ese entonces el río era la única vía de comunicación, por lo tanto, tener una salida propia era muy importante. Desde entonces, hasta la expropiación realizada por la Municipalidad de Puerto Rico en el año 2003, este predio se mantuvo en poder de su familia.

 

Es así, que sin pensarlo, “Monte Seguín” se mantuvo casi intacto, conservando todas “las maravillas del monte”, para que la gente de Puerto Rico goce de un regalo natural que disfrute toda la comunidad.

 

Desde que tomó estado público el hecho de la expropiación del predio a favor del Municipio de Puerto Rico, se fueron interesando cada vez más vecinos en la gestión de ese espacio. Por ejemplo, la Asociación Civil Nativos, participó activamente en diferentes propuestas concretas tendientes a revalorizar esa extraordinaria reserva natural para dotarla del status formal que garantice un manejo adecuado del mismo.

 

Es así como logró despertar el interés de afamados naturalistas como Juan Carlos Chébez que en vida recorrió el predio, dio una charla al respecto en el Cine Teatro San Martín lo que generó que el 15 de octubre del 2008, el HCD de la ciudad por Ordenanza Municipal dotara al Monte Seguín con la figura de “Parque Natural Municipal» según la Ley Provincial de Áreas Naturales Protegidas.

 

Avanzando con la iniciativa, en 2012, el Municipio presenta un proyecto en el marco de la Ley Nacional 26.331 ó comúnmente denominada Ley de Bosques para la elaboración y futura implementación del correspondiente Plan de Manejo.

 

“El proyecto tiene como principales objetivos la preservación de este importante remanente se Selva Ribereña, la investigación científica, la educación ambiental y el desarrollo de ecoturismo local y regional. También percibe la importancia de poder contar con una zona de amortiguación que correspondería principalmente a la cuenca baja y media del Arroyo León, donde también se prevé la restauración de bosques protectores, la creación de nuevas reservas naturales públicas y privadas y el desarrollo de actividades sostenibles en común acuerdo y participación con los vecinos propietarios”, señala el texto.

 

Por su parte el personal técnico de la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Ecología de la Provincia, realizó un relevamiento de flora y fauna contando con el apoyo de Guardaparques y un representante de la Asociación Civil Nativos. Se registraron numerosas especies de aves, mamíferos, árboles de gran porte, orquídeas terrestres y epífitas, como así también plantas frutales y medicinales nativas que habitan en la zona.

 

El sitio cuenta con una gran diversidad ambientes, la mayoría de ellos en excelente estado de conservación, otros albergan rastros de los primeros habitantes de la zona, tales como un antiguo cementerio y restos de lo que fuera uno de los primeros puertos del Alto Paraná.

 

Además el sitio cuenta con varios arroyos que nacen en el interior de la masa selvática, dejando ver la belleza de nuestros ambientes naturales. En esta ocasión, y con el fin de que pueda servir como información base para la elaboración del futuro Plan de Manejo del área, la Asociación Civil Nativos hizo entrega de una serie de listados preliminares de especies.

 

Foto: Myrna Arzamendia 

 

Un listado de aves correspondientes al periodo 2006-2012, donde se registran unas 211 especies, de las cuales: tres especies se encuentran amenazadas en el orden nacional (el Lechuzón negruzco, el Atajacaminos ocelado, el Arasarí chico), una especie insuficientemente conocida (Picaflor tijereta) y cuatro especies vulnerables (el Halcón montés grande, el urú, el Yacupoí y el Churrín plomizo).

 

Además se detectaron varias especies endémicas o propias de la Selva Paranaense, así como un elenco importante de aves migratorias y otras que enriquecen el acervo cultural de la Región Paranaense. Para los mamíferos el área cuenta con registros del lobito de río, el mono caí, carpinchos, acutíes, el aguará popé, la corzuela enana, coatíes, el coendú, entre las especies más significativas. Para los reptiles, el yacaré overo (Caiman latirostris) es la especie más vulnerable del área.

Como última novedad al respecto de esta reserva, el HCD generó la Declaración de “Interés Municipal”

 

Extracto del escrito de Leonor Kuhn. Publicado en el libro «Historias Inéditas de Puerto Rico II, año 2014  y en la página Hacia el Centenario de Puerto Rico. 

 

 

 

 

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas