Nuevos datos evidencian el vaciamiento corporativo y financiero de Vicentin

Mientras avanzan el concurso preventivo y causas judiciales que investigan supuestas maniobras fraudulentas, nuevos datos muestras que la agroexportadora Vicentin SAIC registró un proceso de vaciamiento corporativo, financiero y comercial que derivó en la cesación de pagos anunciada el 4 de diciembre de 2019 por una deuda total de $99.345 millones, tal como se desprende del expediente concursal.

 

Así se desprende de un del Banco Nación elaborado por los especialistas Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti que a pedido de la entidad oficial analizaron de forma minuciosa las recientes transformaciones de la estructura corporativa, la dinámica financiera y el intercambio comercial de la empresa fundada hace 90 años en la localidad de Avellaneda en Santa Fe.

 

Ante la falta de información fiable suministrada por parte de Vicentin SAIC, de hecho, en el concurso que se tramita en el juzgado de Reconquista la empresa aportó como último balance el de 2018, los autores del estudio accedieron a datos adicionales que echan luz sobre zonas oscuras del entramado corporativo y la evolución económico-financiera de la firma santafesina. Así consiguieron analizar los balances de empresas vinculadas y de las que se constituyeron como holding en el exterior. También analizaron causas judiciales e informes de organismos públicos, lo que les permitió dotar de más volumen a la investigación.

 

A partir de estos nuevos datos, el estudio revela que el proceso de vaciamiento corporativo incluyó la creación de empresas en el exterior, y cambios en la estructura corporativa, que a partir de 2013 conllevó “un desdoblamiento e internacionalización de su estructura empresarial”. Como parte de ese proceso se crearon las siguientes empresas holding en Uruguay: Vicentin Family Group, VFG Inversiones y Actividades Especiales, Industria Agroalimentaria Latam y Nacadie Comercial.

 

“Estas empresas fueron adquiriendo participaciones en firmas del grupo que hasta ese momento estaban controladas por Vicentin SAIC”, indicó el informe. Tal como se muestra en la evolución de la estructura corporativa, la dinámica de este proceso de vaciamiento de Vicentin SAIC en detrimento de la estructura paralela, que está controlada principalmente por Vicentin Family Group, fue especialmente intensa en los años 2014 y 2017.

 

Pero claro, antes de llegar al proceso de internacionalización, Vicentin vivió un ciclo de concentración y diversificación a partir de los años ’90. Según el informe del Banco Nación, en la última década del Siglo XX, “se produjo un aumento en la concentración empresarial en el procesamiento de soja y Vicentin logró consolidarse en el nuevo escenario aumentando su participación en las exportaciones totales: para el año 2000 continuaba siendo el cuarto exportador pero ahora explicaba el 12% del total del país”.

 

Pero, además, el grupo agroexportador también inició una importante diversificación, que se intensificó entrado los años 2000. Los principales desembarcos se dieron en el sector frigorífico (adquisición de Friar en 2004), biocombustibles (Renova, 2006), vitvinícola (Enav, 1997; Sottano, 2016; Viñas Argentinas, 2017), alimentario (Emulgrain, 2000; Alimentos Refrigerados, 2016) y servicios portuarios (Río del Norte, SD; Terminal Puerto de Rosario, 2010).

 

Tal como explican Gaggero y García Zanotti, por medio de la compra-venta de empresas en forma intra-grupo se produciría un relativo vaciamiento de una parte del grupo o conglomerado económico para estimular el crecimiento de otras partes del mismo. “El objetivo principal de estas operaciones comprende el vaciamiento de determinados holdings del grupo para favorecer a otras partes relacionadas”, sostienen los autores del informe.

 

Esa práctica se evidencia en Vicentin SAIC, que a partir de 2013 inició una transformación de su estructura corporativa, con la creación de una serie de empresas en Uruguay que durante los siguientes años absorbieron una parte de los activos más importantes del grupo. “La pieza clave de este ‘desdoblamiento’ fue Vicentin Family Group (VFG), con sede en Montevideo, que se transformó en el holding a través del cual se consolidaron las participaciones que se iban transfiriendo desde Vicentin SAIC”, dice el estudio.

 

Esa reconfiguración corporativa cruzando el charco dio lugar a los ya mencionados holding Vicentin Family Group, VFG Inversiones y Actividades Especiales, Industria Agroalimentaria Latam y Nacadie Comercial. Estas cuatros empresas “han tenido un rol central en diversos sentidos. Por un lado, y como ya se mencionó, han servido para transferir activos que antes estaban en manos de Vicentin SAIC e incorporar otros durante el proceso de diversificación, generando una verdadera ‘estructura paralela” con sede formal en Uruguay”. Además, tuvieron un rol central en la arquitectura financiera de Vicentin, otorgando y solicitando importantes créditos a otras firmas del grupo; y también funcionaron como intermediarios comerciales en las exportaciones del grupo.

 

El relevamiento muestra como para 2018 el grupo continuó con su proceso de diversificacion creando Vicentin Desarrollos, que pasó a estar bajo el control compartido de Oleaginosa San Lorenzo (Vicentin SAIC) y Sir Cotton (Vicentin Family Group). Como resultado de esta etapa el grupo desarrolló una estructura dual con dos empresas holding principales: Vicentin SAIC (Argentina) y Vicentin Family Group (Uruguay). La primera quedó con participaciones muy relevantes en las empresas oleaginosas (Oleaginosa San Lorenzo, Vicentin Paraguay, Vicentin Brasil, entre otras), de biocombustibles (Renova y Biogas Avellaneda) y comercializadoras (Tastil y Vicentin Europa). Por su parte, Vicentin Family Group quedó con el control de dos empresas en Uruguay (VFG IyA e IALatam), a través de las cuales administra, además de las algodoneras, buena parte de las firmas adquiridas durante el proceso de diversificación.

 

El informe enfatiza que “la reestructuración corporativa que llevó adelante Vicentin implicó la venta de numerosas empresas al holding encabezado por las empresas creadas en Uruguay, llevando a un vaciamiento de Vicentin SAIC como holding controlante”.

 

Vender pese al concurso

 

Esta semana se conoció que Vicentin vendió el 50% del frigorífico Friar al fondo Buenos Aires Finantial Capital (BAF Capital) y, al mismo tiempo, habría transferido a Uruguay los fondos que se generaron en esa operación.

 

En un marco de opacidad de los balances y el complejo entramado societario, esta operación de venta luego de que Vicentin SAIC entrara en concurso de acreedores “fue posible gracias al desdoblamiento de la estructura corporativa”. Sumado al guiño del juez federal, Julián Ercolini, quien no le dictó la inhibición general de bienes a los accionistas de la cerealera, aun cuando se lo había solicitado el fiscal general Gerardo Pollicita para preservar el patrimonio de la empresa, en la causa en la que se investiga delitos en el otorgamiento de préstamos por parte del Banco Nación durante el gobierno de Mauricio Macri.

 

En la misma línea, del informe surge que Vicentin SAIC realizó compras de empresas que nunca declaró en sus balances. Por ejemplo, según la justicia española en 2012 la firma le compró el 30% de Terminal Puerto de Rosario a Jordi Pujol Serrusola, empresario e hijo de un ex presidente de la Generalidad de Cataluña, involucrado en causas de lavado de dinero.

 

El crecimiento de las empresas del Grupo Vicentin a partir del año 2010 registraron un acelerado dinamismo, que queda expuesto en las ganancias operativas de Vicentin SAIC que fueron en ascenso continuo. Estas crecieron desde los u$s42 millones en 2010 a los u$s847 millones en 2019.

 

En ese sentido, al 31 de enero de 2020, la firma dio cuenta de un patrimonio neto por unos u$s1.054 millones; sin embargo, días después, el 9 de febrero de 2020 cuando ingresó al concurso preventivo, la compañía poseía un patrimonio neto de u$s41 millones. Al respeto, el informe sostiene que “el análisis de las fuentes y destinos del financiamiento permiten afirmar que las deudas comerciales y financieras vinculadas al capital de trabajo crecieron desmedidamente, siendo su destino un fenómeno sumamente llamativo dado que no fueron correspondidas con activos del mismo tipo”. Y agrega que “las firmas del grupo Vicentin desplegaron inversiones que no se vincularon al devenir del crecimiento productivo. Entre estas abarcaron tanto la compra de participaciones en empresas ya existentes, el otorgamiento de préstamos intra-firma, como así también la variación incremental de tenencia de efectivo (incluidas entre estas, la compra de dólares constantes y sonantes)”.

 

Fuente: Ámbito

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